ᝰ 31

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𖥸

Despertar junto a Yeosang es algo que nunca se habría imaginado que podía sucederle, mucho menos que llegaría a gustarle tanto.

Ambos se encuentran bien cubiertos por las mantas a raíz del fresco clima que los acompaña, sin embargo, aquella no es la única fuente de calor que comparten. El abrazo en el que están envueltos es quizás más cálido que cualquier método de abrigo que puedan utilizar. Seonghwa experimenta cierta gracia al notar que Kang se encuentra prácticamente encima suyo, descansado con comodidad la mejilla sobre su pecho.

Sonríe somnoliento al ser consciente de que su compañero se mantiene plácidamente dormido, tan profundamente sumergido en su sueño que aparenta no despertar con tanta facilidad. Es una decisión algo ingenua por parte del mayor dejarse guiar por aquella impresión pero, de cualquier forma, sigue su primer instinto. Una de sus manos se va hasta la rubia cabellera del chico y acaricia, jugando con un par de mechones. Claro que su confianza no lo lleva a contar con el sueño ligero del que Yeosang es dueño, especialmente durante mañanas. Se trata de una tarea ridículamente sencilla lograr que el joven despierte, y aquello es lo que sucede.

Kang abre sus ojos sin prisa y levanta un poco la cabeza, únicamente para encontrarse con el mayor. En lugar de esbozar la tierna sonrisa que Seonghwa espera con paciencia, sólo forma su ya clásico mohín de molestia. No le agrada la idea de ser despertado, por nadie realmente, mucho menos un fin de semana. Emite un sonido de queja, removiéndose un poco hasta terminar recostado junto al más alto, abrazándolo como si se tratara del peluche gigante que siempre deseó.

— ¿Estás cómodo?— molesta Seonghwa entre suaves risas.

— Quiero dormir— contesta rápidamente el chico, su voz siendo amortiguada por el abrazo.

El mayor ríe y se aleja un poco. Con una mano, toma el mentón del contrario y lo obliga a salir de su improvisado escondite, sin brusquedad alguna— Debe ser tarde. Tenemos que desayunar algo— es su excusa para que inicien el día, haciendo visible la diferencia de rutinas que ambos mantienen durante un fin de semana. Seonghwa se preocupa por cumplir con cierto horario, incluso si es domingo. Yeosang... Yeosang desea dormir todo el día.

— No importa si es tarde, quiero dormir— repite, abultando más sus labios.

Park sonríe levemente, accediendo al pedido ajeno con un asentimiento. Espera que su compañero cierre sus párpados y nuevamente se deje llevar por el adormecimiento, sin embargo, nada de eso sucede. El menor no hace más que permitirle jugar con su cabello, demasiado distraído en sus no expresados pensamientos para tratar de conciliar el sueño una vez más. Parece ser que cualquier atisbo de somnolencia se ha perdido de repente, y eso se demuestra en lo pronunciada que de repente se vuelve su mueca. El más alto vuelve a reír, con su dedo pulgar acariciando por un par de segundos el labio inferior ajeno. Se acostumbró demasiado a llevar a cabo aquel gesto cada vez que la oportunidad se da, al punto en el que puede afirmar con seguridad que se trata de un nuevo hábito recientemente desarrollado. Se inclina lentamente para besar al menor, sin embargo, no logra hacerlo. Yeosang es mucho más rápido al ladear su rostro, abrazándolo para nuevamente ocultarse.

— ¿Qué pasa? —frunce el ceño Park, extrañado

— Quiero dormir.

— Ni siquiera estás durmiendo, ¿no quieres un beso?— finge ofenderse, acariciando la espalda contraria.

— No. Tengo sueño— se niega, involuntariamente sonando un tanto infantil—. Y no nos lavamos los dientes...

Al mayor se le escapa una carcajada por el último comentario, comentario que logra quebrar levemente el ambiente, aunque tampoco le molesta—. Entonces vamos a lavarnos los dientes, realmente quiero darte un beso.

𝐈𝐍𝐒𝐈𝐃𝐈𝐎𝐔𝐒𝐋𝐘 | seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora