Recuerdos ✨🌌✨ y conversaciones 🗨❤️️

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Yuzu

8 de agosto: Día de mi cumpleaños.

Desde que recuerdo siempre han sido celebraciones tranquilas y sin tanta algarabía.

Debido al trabajo de mamá, ella y yo nos mudábamos mucho cuando era pequeña, por lo que nunca pude gozar lo que era una fiesta de cumpleaños como se requiere.

Con el paso de los años me acostumbré a ése hecho: comidas caseras en la comodidad del hogar, pastel y la típica canción entonada por la voz de mi madre mientras me aplaudía.
A mi me encantaban, me hacían feliz aunque mi mamá no lo pensara así.

Mi madre solía recriminarse éso a ella  misma cada año, ya que se sentía culpable por no ser una buena madre y por no darme una fiesta como a los demás. En ocasiones se lamentaba  porque yo no podía disfrutar de la compañía de otros niños, jugar o comer dulces.
Ella quería que tuviera ésas experiencias, como cualquier niño.
Sé que se esforzaba demasiado para intentar mitigar el vacío que dejó la muerte de mi padre.

Me parece que se atormentaba mucho por eso, porque la verdad es que a mi no me importaba el no tener fiestas con un montón de niños.

Yo era feliz solo estando con mi madre, sentada a la mesa con un pastel enorme de color rosa preparado por ella misma, y observándola con admiración; mientras ella me cantaba con tanto cariño y veía ese brillo de orgullo en sus ojos al celebrar mi nacimiento.
¿Para que necesitaba más? Sólo la necesitaba a ella.

Con la llegada de Mei los cumpleaños adquirieron un nuevo significado para mi.
Siempre habíamos sido mamá y yo.
Yo no quería y no sentía la necesidad de compartirlo con alguien más, y de pronto llegó esa pequeña niña de cabello negro y mirada indiferente.

Mei era la nueva integrante de la familia, y desde la primera vez qué la vi en ése primer año en que nos convertimos en hermanas, ése sentimiento egoísta desapareció de mí como por arte de magia.

Flashback

Ella estaba sentada en una silla a mi derecha, con sus manos aferradas al filo de la mesa y mirando hacia cualquier parte que no fuera yo.

Ya estaba acostumbrada a eso y la verdad es que no me molestaba.
Así era ella y ya lo había aceptado.

Cuando mi madre apareció en la sala con el pastel lleno de velas, sus ojos de inmediato se iluminaron; expectantes.
Yo no sabía que en el "hogar para niños" como le decía mi mamá no les celebraban los cumpleaños.
Me había enterado tan solo ésa misma mañana.

Por eso a Mei le brillaban tanto los ojos.
Era el primer pastel que veía en su vida.
Se podía notar la felicidad en su interior aunque no lo demostrara.

- ¿Quieres cantar Mei-chan? - Le preguntó mi madre en tono amable.

Había puesto el pastel en el centro de la mesa frente a mí.

Ella no contestó de inmediato, solo apartó un poco la mirada y suspiró.
Se veía triste.

- No sé cantar - Dijo entonces.

- Yo tampoco - Le dije sonriendo. Quería animarla. - Pero si cantamos juntas no se escuchará tan mal.
En tu cumpleaños también cantaré contigo ¿Qué te parece?

- ¿Yo también tendré un pastel?

Los ojos le brillaban tanto... Y sus mejillas estaban rojas...
Se veía tan tierna con su cara llena de ilusión.

Un Amor Diferente 💕 [ Citrus ]Where stories live. Discover now