Capítulo 13

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-Hola Lena-.

-¿Cómo entraste? La puerta estaba cerrada-.

-La puerta sí, la ventana de tu habitación no-.

-Pero estamos en el segundo piso-.

-Escale el árbol – señaló al árbol que estaba a un metro, aproximadamente, de distancia de mi ventana.

Por supuesto, ya lo había hecho otras veces, tal vez tres o cuatro, cuando se quedaba a dormir sin que mi hermano se diera cuenta.

-¿Qué quieres?-.

Se acercó, estaba un poco sudado, tenía los ojos rojos y olía a alcohol.

-Estar contigo – alargó el brazo para abrazarme, me moví. – Oh vamos Lena no seas evasiva, sé que aún me amas-.

-Zayn vete por favor, estás borracho-.

 -Sólo tome un poquito, ven Lena – lo volví a esquivar.

Me pare a un lado de la puerta.

-Vete Zayn – señalé la salida.

 -Está bien – comenzó a caminar a la salida.

Con cada paso que daba me ponía más tensa y nerviosa.

Sin que yo lo esperara me tomó por la cintura y me llevó hasta la cama quedando él encima de mí.

-Zayn, basta – comenzó a besarme el cuello – basta – mi voz tembló.

-Vamos Lena, sé que te gusta-.

-No, vete – mis lágrimas estaban a punto de salir.

-Ya lo hicimos una vez ¿Por qué no una vez más?-.

-¡Basta! No quiero – mis lágrimas comenzaron a salir - ¡Vete!-.

-No me voy a ir hasta hacerte mía otra vez-.

-¡YA! – grité.

Metió su mano dentro de mi blusa y comenzó a acariciar mi abdomen para luego pasar a mis senos. Me movía sin parar intentando que él se detuviera.

-¡Quédate quieta! – me gritó.

-Ya – dije con un hilo de voz – por favor-.

Me tomó de la cadera y se subió encima de mí para inmovilizarme, arrancó mi blusa, la rompió y la apartó de mí. Mis lágrimas seguían saliendo y Zayn seguía besando salvajemente mi cuello, subió para besar mis labios, me resistí. Luego atrape su labio inferior y lo mordí fuertemente hasta hacer que sangrara.

-¡Puta madre! – se quejó quitándose de encima.

Aproveche el momento y salí corriendo escaleras abajo, lo escuche correr tras de mí.

-¡Lena! – Me gritó - ¡Ven aquí!

No deseaba mirar para atrás, no quería saber que tan cerca de mí iba, sentía que en cualquier momento me atraparía, yo lo sentía muy cerca. Mis piernas temblaban de miedo y no lograba explicarme cómo diablos es que podía seguir corriendo y no caía al suelo.

 Logre llegar a la cocina, Zayn llegó un par de segundos después. Tome lo primero que vi que podía ser útil para defenderme: un cuchillo que estaba en la barra.

-¡Lárgate!-.

-Lena...-.

-¡LÁRGATE! – Grité más fuerte, mis manos temblaban, aún lloraba y no sabía de dónde había sacado el coraje para enfrentarlo. – Vete y nunca más vuelvas a buscarme ¡Nunca más!-.

-Los dos sabemos que no eres capaz de clavarme eso – dio un paso adelante.

-No me retes, porque te aseguro que puedo hacerlo; no quiero, pero lo haré de ser necesario. Así que vete ya y nunca más vuelvas, porque te juro que si lo haces te vas a arrepentir-.

-¿Ahora me amenazas?-.

-Tú lo has hecho ¿Qué te hace pensar que yo no puedo hacerlo? – Mis lágrimas se habían detenido y ahora me sentía mucho más fuerte – Vete ya Zayn-.

-Lena...-.

-Ahora – lo vi directo a los ojos.

-Esto no se ha acabado Lena-.

-Puedes apostar a que ya lo hizo. Se terminó, para siempre. Vete ya-.

-¿Todo es por ese maldito bastardo?-.

-¿De quién diablos hablas? – baje el cuchillo.

-De tu amiguito, ese con el que me pelee hace unas semanas. Con el que has estado casi todos los días-.

-¿Niall?-.

-Sí, ese maldito fue el que te dijo que me dejaras-.

-Espera ¿cómo supiste que estuve con Niall?-.

-¿Creíste que me había alejado todos estos días? Error, estuve más cerca de lo que crees, te seguía a los lugares a donde ibas y con quien ibas. Siempre frecuentabas a ese imbécil aunque fuera por unos pocos minutos-.

-¿Liam y Jake te dijeron que me vieron con él?-.

-No hizo falta, yo estaba afuera del restaurante. Y hoy en la fiesta, los vi bailar, le bailabas de la forma más vulgar que he visto-.

-¡Yo no...!-.

-Ya no me resistí – me interrumpió – iba a golpearlo ahí mismo y a ti te iba a traer a casa aunque tuviera que arrastrarte por toda la calle, pero Liam me detuvo. Entonces fui a tomar todo lo que se atravesaba en mi camino, me puse ebrio ¡¿Y?! ¡¿Cuál es el puto problema?!-.

-Que viniste a mi casa-.

-Hubiera venido borracho o no, ya estoy cansado de ver que andes de zorra con todo el mundo. Eres mía, solo mía – su mirada era siniestra, de igual forma no aparte la mirada, continúe firme.

-Punto número uno: yo no soy tuya ¡Terminamos! Te lo recuerdo, me importa poco lo que digas, tú y yo TER-MI-NA-MOS. Punto número dos: ¡NO! soy ninguna zorra y te agradezco que te preocupes por mi reputación, pero de eso me encargo yo. Ahora hazme el favor de irte Zayn, vete, vete y no me busques más, ni aquí en mi casa, ni en mi escuela, ni en ningún otro lugar, solo vete y déjame tranquila-.

-Lena... – se acercó a mí.

Volví a levantar el cuchillo.

-Lo digo muy en serio; vete ahora, no me hagas hacer algo que de verdad no quiero y de lo que me podría arrepentir-.

Zayn me vio por unos segundos directo a los ojos sin siquiera parpadear y, aunque por dentro (tal vez también por fuera) temblaba de miedo y preocupación, le mantuve la mirada sin titubear. Al fin se dio la vuelta y salió de la casa.

Corrí a cerrar puertas y ventanas, tanto del primer piso como del segundo piso. Me encerré en mi habitación, aún tenía el cuchillo, lo deje en mi mesa de noche, fui a la cama e intenté dormir; cosa que no pude hacer muy bien.


Possessive [En edición]Where stories live. Discover now