Cap 1 | Fuck

5.2K 422 364
                                    

Narra Rubius

Una semana había pasado desde la última vez que había visto a mi Vege, una semana en la cual había tenido que salir del pueblo y hasta hoy regresaba.

Y no lo negaría, lo había extrañado demasiado, pero joder que necesitaba aquella salida.

Preguntaras ¿Porqué era tan importante? Pues fácil.

Porqué me gusta ser imbecil.

Flashback

Miraba cómo Vegetitta colocaba piedra en la que sería su nueva isla y si, el muy hijo de perra se había construido una isla flotante, sobre su isla flotante, mientras que yo no podía ni terminar ni la mía, aunque para ser sinceros, la mía es mucho más isla que la suya, la de el mucha piedra y poco isla.

-¡Doblas! Te estoy hablando cabezon - chillo el antes nombrado.

Yo solo pude sonreír como disculpa.

-Lo siento Vegetitta, es que pensaba en cuanto faltara para tu pastillita - solté burlonamente.

El chasqueo la lengua en forma de desacuerdo.

Como me gusta sacarlo de quicio.

~¿Y es lo único que te gusta
de el?~

Mi cara enrojeció al escuchar a mi oso y lo peor de todo es que ya era una costumbre, una estupida costumbre que iba de mi oso molestándome con Veg y yo poniéndome nervioso sin razón alguna.

Sacudí mi cabeza para quitar ese molesto sonrojo y trate de ignorar a mi tonto oso.

-Vamos a ver es que eres tontisimo - dijo tratando de mostrarse molesto.

Yo sonreí al saber que es lo que quería.

Como le gusta hacerse la victima.

~Quien habla~

-Anda Vegetitta, que fue una bromita - dije acercándome para recostar mi cabeza en su hombro.

Y como siempre que hacía eso, Vegetta me abrazo por los hombros para luego comenzar a acariciar mi cabello, pero.

Esta vez se sentía tan diferentes sus delicadas caricias, esta vez por alguna razón sentía la gran necesidad de acurrucarme en su pecho, de aspirar su aroma, de que acariciara mis orejas.

Mi colita comenzó a moverse inquieta y mis orejas se agacharon levemente.

¿Porque mi cuerpo comenzaba a sentirse caliente?

~Rubius, deberíamos irnos~

Pero no quiero.

~Rubius, debemos irnos YA~

Que no quie...

-¿Rubius... estás soltando tu.. l..lubricante? - escuché a Vegetta y fue ahí cuando noté lo que pasaba.

Oh no.

Me separé de un tirón sintiendo el calor subir ahora a mis mejillas, las manos de Vegetta aún estaban en mis hombros y yo no podía hacer nada más que tratar de calmar mi corazón aún sintiendo sus ojos en mi y sin decir nada me separe lo suficiente para que sus manos ya no me tocaran y me dirigí hacia donde estaba mi chocobo, lo tome para huir de ahí lo más rápido posible y todo lo hice ignorando su voz.

¿Que mierda acababa de pasar?

~Te lo dije tonto~

No, esto no estaba pasando, aun no debía entrar en celo.

~Pues parece que cierto chico logró que se adelantara nuestro celo~

-Eso es imposible, no me gusta Vegetta- dije lo más seguro posible.

~Claro y yo no sueño con que se la chupemos a Vegetta~

Imágenes de eso pasaron por mi mente, logrando que aquel calor aumentara, tanto en mis mejillas como en mi cuerpo.

-No ayudas - grite tratando de control el chocobo y al mismo tiempo a mi mismo.

~No planeaba hacerlo~

Gruñí molesto mientras trataba de ignorarlo.

¿Cómo voy a verlo a la cara? Digo, no es normal que haya echo eso y menos cuando el estaba abrazándome, ¿qué podía hacer? ¿Qué podía decirle? ¿Dónde podría esconderme?

~Sigo sin entenderé como eres tan tonto~

Una vez llegue a mi isla corrí lo más rápido que pude hacia mi habitación.

Y es que cada vez se me hacía más complicado caminar, sin mencionar que mi cuerpo se sentía tan caliente que podría gemir con el simple roce de mi ropa.

Al entrar me tiré sobre mi cama y comencé a quitarme la ropa con desespero.

Pero al hacerlo fue inevitable rozarla con mi polla, la cual cada vez estaba más dura.

-Ah... - solté mis gemidos ya sin vergüenza alguna, después de todo estaba solo, aquí podía gemir tanto como quisiera, aquí podía gemir e imaginar cómo me follarian.

Mis manos comenzaron a bajar por mi cuerpo, acariciando mis puntos más dulces y sensibles.

Mi cuerpo se retorcía de placer ante todo lo que sentía.

Una de mis manos se dirigió a él Cajon junto a mi cama y con rapidez saco mi juguete favorito.

~Hmm moradito~

Comencé a pasarlo por sobre mis labios de manera lenta, cerrando mis ojos en el proceso e imaginado que lo que tenía en mi boca era una verdadera polla.

Y como si mi mente quisiera joderme más, esos ojos llegaron a mi mente.

Pase a Moradito entre mis labios pero de una manera más profunda  hasta que comencé a meterlo lentamente en mi boca, para luego sacarla y repetir el procedimiento, creando falsas embestidas.

¿Cómo se sentiría si fuera realmente el?

Mi otra mano paro en mi polla la cual bombeo a su gusto, dando el mismo ritmo que le daba a mi juguetito.

Y una vez estuvo tan húmedo como mi entrada, me di la vuelta para darle la bienvenida como se merecía.

Y de una estocada entro en mi, volví a cerrar los ojos dejando que mi imaginación corriera y que en ningún momento dejara de pensar en esos ojos morados, en esas manos grandes que seguro tomarían con fuerza mis caderas, que azotarian mi tracero hasta dejarlo rojo, mientras toma mi cabello y me susurra lo mucho que le gusta follarme, hacerme chillar por más.

-Veg..- solté imaginando tenerlo encima mío, tenerlo solo para mi - Veg... ah.

Pero algo paro mis movimientos, mejor dicho un ruido.

Me giré asustado para ver qué pasaba y lo que vi hizo que mi piel se erizara.

-¡Lo siento n..no vi nada! - y con ese grito salió despavorida la persona con la cual me estaba masturbando.

Fuck.

Fuck

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Vuelve a mis brazos [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora