IX

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Hacía mucho que no se sentía tan perdido. Por lo regular no se preocupaba por sus pretendientes, desde que esa falsa reputación se volvió parte de él, podía salir con quien le gustase y no había ningún problema, no sentiría esa presión y mucho menos sentía ese miedo enorme y constante de que no era lo suficientemente bueno como para salir con Chanyeol.

No va a mentir. Esas clases si que las disfrutaba, y cuando estaba abajo de Chanyeol apunto de hacerlo no pudo evitar excitarse, no pudo evitar volverse ansioso deseando que Chanyeol lo hiciera suyo una y otra vez.

Cerró los ojos mordiéndose el labio de tan solo recordar sus pensamientos de esa noche. Y que lo han perseguido hasta ahora, BaekHyun prácticamente huyó de la ciudad y se fue a esconder a la casa de su abuela en Busan. Era demasiado cobarde como para enfrentarse a sus propios sentimientos.

—BaekHyun, la cena está servida.

—¡Ya voy, abuela!

Despegó la vista de la ventana, usualmente la casa de su abuela lo hacía sentir feliz y sin preocupaciones como si fuera todavía un niño de cinco años al que solo le importaba jugar con sus juguetes de cochecitos, Pero ahora era diferente, seguía sintiéndose ansioso, como si aquella casa se hiciera cada vez más pequeña y él termine atrapado ahí dentro.

—BaekHyun ¿Estás Bien corazón?

Pego un brinco al sentir a su abuela cerca.

—Todo Perfecto abuela, vamos a comer, muero de hambre.

—¿Mueres de hambre? Entonces ¿por eso te comes las uñas?

—¿Eh?

Su abuela tomó su mano con mucho cariño y le mostró sus propios dedos.

—Sí sigues mordiéndote las uñas así, te quedarás sin ellas y tus dedos se verán muy feos.

—No sabía que me mordía las uñas—murmuró sorprendido.

—¿Seguro estas bien?

—Sí, solo un poco distraído.

Decidió ocupar su cabeza creando una discusión en su cerebro sobre lo horrible que era lavar trastes y como es que había gente que disfrutaba de hacerlo. Siempre pensó que se casaría con alguien rico que le permitiera tener una cocinera, pues él no era bueno en la cocina, y ella tendría que lavar los trastes, no él. Aunque con el tiempo, pensó que quizás era imposible casarse con alguien podrido en dinero, y pensó en la posibilidad de casarse con alguien que supiera cocinar, así él se encargaría de la limpieza y su pareja de la cocina. Claro que olvidó por completo que odiaba lavar trastes. Pero Chanyeol sabía cocinar, y también lava trastes sin objeción.

—Si sigues apareciendo en mis pensamientos, maldito orejón, te pateare tu inexistente trasero.

—¿Que dices?

—Nada abuelita, ya termine los trastes, yo cerraré las puertas tú puedes ir a dormir.

—De acuerdo, no te duermas tarde.

BaekHyun asiente y se despide de su abuela para el poder renegar a gusto.

A la mañana siguiente maldijo su cabeza por hacerlo soñar con el alto, se maldijo aún más cuando tuvo que masturbarse en la ducha recordando esos besos en el cuello que le proporcionaba el orejón. Al menos no iba a maldecir al susodicho.

—¡BaekHyun! ¡Tienes visita!

Grito su abuela desde el primer piso. BaekHyun terminó de sacarse el cabello y bajo confundido pues en aquel vecindario no tenía amigos.

Te ayudaréWhere stories live. Discover now