Ir a la oficina del director por quedarse dormido parecía una tontería para Ezequiel Maverick, pero todo cambió cuando se enteró del "castigo" que le esperaba y quiénes lo iban a acompañar: Greta Baker, Bowie Howard y Elena Dunne Doyle Castro. Algun...
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—¿Qué?
Ezequiel se frotó los ojos. Los toques se hicieron más insistentes.
—¡Vamos, Zeke! —la voz baja de Bowie llamó—. Levántate. No quieres hacer esperar a los chicos, ¿verdad?
Sacudiendo la cabeza, Ezequiel se obligó a moverse, sentándose en el asiento y echando un vistazo al muchacho en el lugar del conductor.
—¡¿Qué demonios hago en tu coche?! —exigió, mirando directamente a la cara de Bowie—. ¡¿Y por qué tengo una manta y una almohada?!
Bowie levantó una mano y se aclaró la garganta entre risas que disimulaba.
—Es una historia bastante simple —comenzó, su voz sonaba bastante entretenida—. Parece que el toque de Greta sobre tu cabello te dejó fuera de combate y las chicas no podían hacer que despertaras —agregó con tranquilidad—. Elena me llamó y decidimos que lo mejor sería descansar hasta que fuéramos al río.
—Así que fue eso —dijo Zeke con un suspiro. Comenzó a bostezar, tratando de sacudir la cabeza para no dormirse otra vez—. Supongo que debo darte las gracias —añadió con una sonrisa perezosa.
—Esto cuenta como aventón corto también —expresó Bowie con orgullo, antes de que sus hombros cayeran, al igual que su semblante—. Elena me dijo que saldrías con Patsy.
Ezequiel soltó otro suspiro y miró por la ventana del coche. La pálida luz del sol de media tarde entraba sutilmente, la vista era suficiente para ver el ritmo silencioso que tenía Little Egg Harbor en ese horario, pero aun así se quedó contemplando el escenario vacío con interés. Cualquier cosa iba a ser válida para quitar el cansancio de su cerebro.
—¿Greta dijo algo?
—Estaba concentrada con sus apuntes de Lingüística —explicó el otro muchacho, frunciendo el ceño—. Lo único que mencionó fue algo de Ezequiel y Zeke. Sé que suena estúpido, pero insinuó que parecías otra persona.
—Sí... —murmuró Ezequiel. Ni siquiera lo miró, su mirada seguía fija en la ventana—, hubo un par de comentarios de Patsy extraños, me dejaron pensando. Le sorprende que te llame idiota porque soy una persona más precavida y el asunto de Zeke también. Ella siente que Ezequiel suena mejor —Bowie farfulló enojado, pero lo cortó—. No te molestes. Incluso a mí me está pareciendo aburrido mi nombre desde que me llamó Zeke.
—Igual no tienes que tomarte tan literal lo que digan las personas. Incluso viniendo de mí —acotó Bowie. Cuando el líder iba a hablar, lo detuvo con una mano en alto—. Lo que otras personas digan de ti no son órdenes, son opciones. Luego decides qué hacer con eso.
Ezequiel volvió para mirarlo, sus labios en una mueca caída.
—Lo siento mucho, no debí dormirme de esa forma —indicó mientras extendía su mano hacia Bowie como disculpa. Este carcajeó—. ¿Por qué te ríes?
