Día 3: Lesión.

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Él odiaba muchas cosas, en realidad, eran pocas las que podía decir con total seguridad que soportaba y aun más que le gustaban, eso se resume incluso en la cantidad de personas que le rodeaban, mucho se relacionaba con la manera en que fue criado y tratado, contaba con demasiados aliados, pero eran pocos a los que podía llamar amigos.

Khun Agüero Agnis fue uno de los hijos desperdigados por Khun Eduan que contó con la fortuna de ser reconocido oficialmente por el hombre, solo un puñado fue tomado bajo su ala y criado como futuro heredero de su fortuna, muchas personas aspiraban a tener el favor de cualquier niño con apellido Khun, no contaban que todos ellos fueron criados para no confiar fácilmente en las intenciones de quienes lo rodeaban.

Vivir de esa manera pudo ser dura para cualquier niño, sobre todo al soportar las constantes muestras de manipulación de su propia madre, era tan insoportable, por eso prefería pasar tiempo en la mansión de su padre, odiaba al hombre, sí, eso nadie lo negaría, pero al menos ahí tenía libertad y tranquilidad. También el carácter de su madre influyo para que solicitara que su hermano Hachuling fuera su tutor, no fue un proceso largo como imagino, un poco de dinero extra y que sus dos progenitores firmaran unos cuantos papeles fue suficiente para que ellos no pudieran tomar las decisiones por él mientras fuera menor de edad.

Khun Eduan era un padre ausente y apenas reconocía a alguno de sus hijos, incluso a los que tenían su apellido, siempre se encargo de recordar a cada niño que lo poseyera que solo lo hizo porque no lucían tan mediocres.

La única constante por parte de Khun Eduan era el cheque que llegaba a la prestigiosa escuela en la que estudiaba y las constantes cenas formales en las que se veía obligado a participar como uno de los hijos reconocidos, tanto Ran como él las odiaban, parecían una perdida de tiempo, pero al menos Khun sabía fingir de manera correcta y veía el lado positivo, podía conseguir dar una buena impresión en los grandes empresarios que asistían, de esa manera en un futuro le sería mucho más fácil destronar a su padre como cabeza de las empresas Khun.

Ran lo seguía debido a una promesa que ambos poseían, sus historias eran hasta cierto punto similares, los dos contaban con hermanas biológicas mayores, solo una de ellas fue reconocida también como Khun y fue la de Ran, mientras que la de Agüero fue negada, esta fue otra de las razones por la que su madre estaba tan obsesionada con que él brillara más que nadie.

Sus otros hermanos simplemente lo ignoraban y estaban decididos a conseguir una parte de la empresa o simplemente sobresalir en las propias áreas que ellos eligieron, eso era bueno, la estrategia de Agüero se limitaba a desviar la atención de él durante el tiempo suficiente para luego atacar sin que lo esperaran.

Es por eso qué ante el primer vistazo de Rachel se encargo de mantener su distancia, ella realmente no debía tener nada que la hiciera destacar ante los ojos de Agüero, pero él podía ver a través de ella, la niña frente a cualquiera aparentaba inocencia junto a una apariencia ligeramente común y, sin embargo; todo, desde sus palabras hasta expresiones eran mentiras, nada era real en su personalidad.

Agüero era digno de varios adjetivos, tanto positivos como negativos, eso no impedía que reconociera y aceptara cada uno de estos como parte de sí mismo, lo contrarió a esa chica que fingía para atraer la piedad de quien la rodeara, no dudaba que fuera una experta manipuladora y sobre todo que con un poco de lágrimas conseguiría cualquier cosa que deseara. Al menos el sentimiento de desagrado era mutuo, él podía verlo en las pocas interacciones que compartieron la máscara se desquebrajaba un poco, solía lanzarle malas miradas y a veces su sonrisa se crispaba, Rachel siempre huía de él, porque era consciente de que Agüero conocía cada una de sus mentiras y fácilmente con facilidad frente a todos, ella le tenía miedo.

KhunBam Week 2020Where stories live. Discover now