Día 7: Noche.

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Ser rey era una tarea aburrida y demandante.

No apreciaba que usaran títulos o lo trataran con un respeto absoluto, Bam prefería ser nombrado de la manera normal.

Fue coronado como monarca cuatro años atrás; no por gusto, voluntad o parentesco, esta elección fue tomada por la corona, era una tradición dentro del Reino Hada que al morir el rey o reina se realizaran los ritos funerarios durante la noche, para que a los primeros rayos del sol la sagrada corona de ramas y flores silvestres decidiera quien se convertiría en el nuevo gobernante.

La corona poseía magia que ninguna otra criatura mágica comprendía o podía explicar con claridad, incluso las propias hadas no conocían cuáles eran las características que tomaba en cuenta la corona a la hora de escoger al próximo monarca, la única que era evidente fue que todos los elegidos debían ser hadas, nunca apareció alguien diferente; dentro de los libros de historia se explica cómo algunos reyes y reinas fueron considerados tiranos crueles, mientras que otros aun eran recordados con cariño por el pueblo.

La noche de su coronación, Bam estaba lejos del reino junto a Androssi y Yuri, los tres habían formado un trio que marchó en busca de aventuras y conocimiento, se encontraban rumbo a la ciudad de los enanos cuando todo sucedió. Fue una desagradable sorpresa notar como desaparecía a mitad de la cena que compartía con sus acompañantes para aparecer sentado sobre un trono con una corona y frente a miles de hadas que lo aclamaban como el rey.

El recuerdo aun le provocaba escalofríos, su consuelo fue contar con la ayuda de Shibisu quien le explico lo que había sucedió, él se mantuvo a su lado en todo momento, también sirvió la pronta llegada de Yuri y Androssi, las dos se apresuraron a seguir su rastro hasta el castillo que ahora era su hogar, se negaron a marcharse, le juraron lealtad y pidieron convertirse en su guardia real.

No fue fácil lidiar con la política, conocía los prejuicios que existían hacía su gente, desde la extrema belleza hasta lo cruel que podían llegar a ser, mentiras y verdades a medias, pero era como todo, él había conocido a varios elfos estúpidos y era bien sabido que estos deberían ser seres llenos de inteligencia; a algunas brujas que no deseaban aprender magia e incluso enanos que despreciaban el oro, su longevidad le había permitido no juzgar a la criatura que se presentará frente a él.

Yuri le contaba sobre los miles de rumores que se expandían sobre él, desde los ciertos hasta los que eran mentiras, su prioridad como rey siempre fue la tranquilidad y estabilidad del pueblo hada, lo estaba haciendo bien, no existía descontento y nadie parecía dudar de sus capacidades, aunque en un comienzo tuvieron sus dudas, no los culpaba, Bam tenía la apariencia de un joven de 16 años de edad en ese momento, aunque la realidad era que había vivido más años de los que aparentaba, su crecimiento físico era más lento que el promedio dentro de las hadas.

La mayor parte de sus actividades se concentraban en permanecer en la sala de tronos o en la biblioteca, algunas veces se movía a los jardines, pero casi no lo hacía, ahí era abordado por varias hadas que buscaban su favor y Bam no quería otorgar privilegios, incluso con sus amigos aplicaba la misma regla, ellos lo entendían e incluso veían con buenos ojos que se mantuviera estricto en ese aspecto.

—Bam —levantó la mirada para encontrarse con Androssi, ella era lo que muchos considerarían el estereotipo perfecto de un hada, belleza atrapante y palabras que envolvían, la realidad fue que las circunstancias la convirtieron en eso.

Androssi portaba un vestido de tonos rojizos, notó que sus alas se mantenían ocultas, existió un tiempo donde las hadas fueron cazadas por diferentes razas que deseaban poseer sus alas, muchos de los suyos terminaron muertos, no fue hasta que el rey antes que él, Lero Ro se decidió por cerrar las fronteras y cortar todo tipo de trato comercial hasta que los respectivos reinos tomaran represalias a quienes cometían este acto, además de concentrarse en buscar una manera en que las hadas pudieran ocultar por completo las alas, sus acciones permitieron que miles de vidas se salvaron, pero no regresaría las almas de los que ya habían muerto, entre esas pérdidas estaban los padres de Androssi.

KhunBam Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora