Vigésima quinta molestia

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No le importó la posibilidad de llegar tarde al trabajo, incluso le sorprendióel hecho de que el club se iba a abrir a pesar de que Shoga podría estaren peligro, se cambió tan rápido como pudo y salió a las calles de Amefuku en busca de la tienda que había visitado con Shoga después de su primer día como bailarina. Hay mucha gente a su alrededor, y por alguna razón siente que todos están obsrvandola indiscriminadamente, obligandola a mantener la mirada baja y la guardia en alto, en cuanto divisa la pequeña tienda de artículos de belleza entra y sube las escaleras al segundo piso. El local está desierto, no hay nadie más que la anciana bebiendo té mientras mira la ventana, como si no se hubiera movido desde la primera vez que la vio. Viste un largo vestido azul, bastante sencillo y sostiene un cigarrillo en su mano libre, del cual toma una larga calada.

"Madame Den." Le llama acercándose lentamente a la mujer con voz irregular, llena de preocupación. Ella voltea a verla y sonríe sin arrugar los ojos.

"La amiga de Shoga ¿Qué puedo hacer por ti?" Pregunta dejando la taza sobre el plato con mucho cuidado.

"La primera vez que vine, le dijo a Shoga que se fuera ¿por qué?" El rostro de la anciana se marchita, una expresión increíblemente triste se apodera de ella, solo es capaz de apartar la mirada y voltear a la ventana.

"¿No la encuentras, cierto?" No hay ningún rastro de sorpresa en su voz a pesar de que está en lo correcto.

"¿Cómo sabe?" Madame Den agacha la mirada, como si de repente fuera golpeada por un cansancio agotador.

"Hay un negocio mórbido en la zona roja se Amefuku. Ya estoy cansada."

"Madame Den, necesito encontrar a Shoga. ¿Sabe donde está? ¿Qué es ese negocio?" La anciana niega con la cabeza bastante desilusionada.

"Shoga me agradaba bastante, tambien aquella chica... Keiko." El rostro de la Kunoichi cae al suelo ante la mención del nombre de la chica. Tanto que la había estado buscando para venir a escuchar su nombre en el lugar menos esperado.

"¿Keiko Rima? ¿la conoce?" Cuestiona rápidamente sin parpadear, está anonada y necesita respuestas.

"Claro, trabajaba donde tú. Akayume, su nombre artístico era Vanille." A Sakura le cuesta procesar toda esa información de golpe. Keiko trabajó en Akayume, quien sea que la raptó, abusó de ella y dejó su cerebro en la línea de lo irreparable, seguía suelto y posiblemente tenía a la pelirroja.

"Escuche, necesito encontrar a Shoga. Lo que sea que pueda decirme me ayudará demasiado." Intenta dejar en claro la gravedad del asunto, necesitando aun más información.

"Unos hombres extranjeros vinieron hace tiempo, se la vivían en la zona roja de Amefuku e intentaron iniciar su propio negocio, un prostíbulo especial pero las trabajadoras no duraban mucho, las que se fueron dejaron el pais y el lugar se fue en bancarrota. Ellos desaparecieron y su negocio olvidado se convirtió en Golden Rose. Después de eso ninjas llegaron, y las chicas en diferentes clubes comenzaron a desaparecer." Relata con bastante seriedad, sin despegar su mirada de Sakura. Entonces si había ninjas involucrados, y si eso era, alguien les estaba pagando.

"¿Qué les pasó?"

"Nadie las ha vuelto a ver, pero por ahí escuche algo extraño. Algo así como... escoge la chica que quieras y después de unos días, será la esclava perfecta. No le tomé mucho sentido... hasta ahora. " Sakura lo piensa demasiado, tiene que ser alguna clase jutsu y por supuesto que esto es la obra de algún ninja. Esto es un caso muy serio de trata de blancas, entonces lo sabe, tiene que encontrar a Shikamaru. Si misión acababa de convertirse en una aún más peligrosa.

"Encontraré a Shoga, Madame Den." Asegura Sakura deseando que así sea. La mujer no responde, tan solo se lelva su cigarrillo a los labios y asiente con los ojos fríos, y dolidos,, como si estuvieran lamentando algo. Afortunadamente el ninja de la hoja le había dicho en que hotel estaba por aquella noche, salió de la tienda de Madame Den y corrió por las calles de la zona roja de Amefuku limpiando las lagrimas de sus ojos. No podía creerlo, todo este tiempo estuvo donde Keiko, todos pensaban que había escapado pero tan solo estaba sufriendo cosas inimaginables. Le duele la injusticia y sufre por el dolor que la joven experimentó. A pesar de su enojo y desesperación, se calma. Controla sus lágrimas y regula su respiración. Necesitan un plan de como llegar a la raíz de dicha organización.

Al llegar al hotel sube las escaleras y entra a la habitación 37, para su sorpresa no hay nadie allí. Aún así decide entrar y echarle un vistazo al lugar. El cuarto está en orden, tan solo hay una bolsa sobre la cama y una maleta de ropa escondida bajo la cama. No sabe si lo verá esta noche así que por si acaso decide dejar una nota. Toma el block de notas sobre la mesita de noche y piensa en qué escribir. No sabe como explicarle la situación.

Keiko trabajaba en Akayume. Encontré información sobre un severo caso de trata de blancas y un ring de prostitución. Hay ninjas involucrados.
Necesitamos coordinarnos, hasta entonces, ten cuidado.

S

Deja la nota sobre la cama, esperando a que sea fácil de encontrar y no la pase por alto. Decide sentarse sobre la cama y pensar las cosas un poco. No puede sacar de su cabeza a Keiko, la pobre y hermosa chica sufriendo en un sueño permanente en el hospital de Konoha. De verdad quiere curarla, pero sabe que es poco probable de que salga de esta y eso la deprime. Ella no merecía lo que le pasó, seguro le hicieron cosas inimaginables mientras las chicas creían que se había escapado con el amor de su vida. Todo esto estaba mal y era su deber acabar con ello pero...¿como?

Sus ojos se posan en la bolsa sobre la cama de Shikamaru, se pregunta si sería correcto o no echar un vistazo. Al final decide hacerlo, no hay secretos entre ellos ¿cierto? Toma la bolsa y mira el interior. Hay tela roja, la toma y la extiende para ver que es con más detenimiento.

Es el vestido rojo que atrapó sus ojos el primer día que llegaron a Amefuku. Él había regresado por el vestido. Sakura sonríe con melancolía y lo dobla cuidadosamente para meterlo de vuelta a la bolsa.

¿Quien diría que Shikamaru Nara era todo un detallista?

¡Que molestia! ♡Shikasaku♡Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ