Capítulo 35_(TE)

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Descargo de responsabilidad: Los personajes de Victorious no me pertenecen.

Capítulo 35

Jade chequeaba la mesa servida, había preparado un rico desayuno para su mujer compuesto de frutas, variedad de panes y de bebidas. La noche anterior transcurrió con una distancia severa por parte de la menor, y aunque la entendía, le había dolido. Antes de viajar al siguiente día, quería dejar arreglada las cosas.

- Woww – fue lo primero que dijo la ojiazul al ver el banquete que le esperaba. – Todo se ve apetitoso.

- Lo está. Toma asiento. – le abrió la silla cortés, acompañado de una dulce sonrisa. El gesto enterneció a Nara.

Con ambas sentadas, empezaron a desayunar. Comieron e intercambiaron un poco de conversación vana, evadiendo los verdaderos problemas que afrontaban, especialmente Jade con el tema del viaje. Se estaba reconsiderando el asistir, primero, por el daño que le hacía a su relación, y segundo, por lo inquieta que la había puesto el ver a Vega nuevamente. Estaba segura que amaba a su novia, pero sentía cierta espina respecto a su ex esposa, y hasta que no aclarare aquello, no se quedaría tranquila. Todo este tiempo sin verla, sin ninguna clase de contacto, sí, le ayudaron, mas el nuevo actuar de Tori, la descolocó. Debía resolverlo, por su bien, y porque no era justo para Nara. Con su ojiazul había experimentado cosas nuevas y superiormente intensas, pero la nube gris de su historia con Vega había vuelto a aparecer. Esta vez necesitaba aclararse de raíz. Sonaba descabellado, pero era necesario.

- Mi madre me escribió en la mañana. Quiere que nos reunamos – comentó Nara al terminar de desayunar.

- ¿Cómo consiguió tu número? – la preocupación pintó el rostro de la ojiverde. Lily no era una buena señal.

- Por Frank. Es muy amigo suyo también.

- ¿Te vas a reunir con ella? No creo que sea una buena idea. – Con sutileza Jade tomó la mano de su novia - ¿Quieres reunirte con ella?

Nara inhaló profundo, su madre le había hecho daño, pero algo en su interior la empujaba a escucharla. – Sí.

- ¿Qué tal si se ven la otra semana al yo estar aquí? – propuso acariciando la suave mejilla.

- No. Hoy en la tarde la veré en el Mirage. – Se levantó intentando no llorar. El toque de Jade le dolía. Las dudas de Jade le dolían. – Lavaré los platos. Ha estado delicioso.

- Deja, cariño. Lo hago yo. – Se apresuró a recoger. - ¿Quieres ver una película? – propuso.

La ojiazul la siguió hasta la cocina, ayudándola con los platos. – No. Tal vez es mejor que prepares tus maletas.

Jade capturó la molestia en sus palabras, pero eligió callar.

- ¿Jade?

- Dime – ninguna de las dos se atrevió a mirarse. Jade continuaba con la labor de los trastes, y Nara jugueteaba con su anillo de compromiso.

- No me quiero casar contigo. –

El sonido de un vaso rompiéndose, cortó el abrupto silencio. Después de lo que les pareció un siglo, Jade respondió. - ¿Es un desquite por el viaje?

- No.

- ¿Entonces?

- Yo no soy una opción. – Nara se felicitó por hablar fluido y no dejar que el nudo en su garganta la hicieran tartamudear. Toda la noche su mente la acribilló, llegando a la conclusión de que lo mejor sería romper. Sobre todo, por ella. Por amor propio, y por respeto a sí misma.

- ¿Estás segura de lo que dices? – la ira goteaba en una herida ojiverde.

- Sí.

Jade enervada golpeó el mesón de la cocina, lastimándose. - ¿Por qué? – gruñó con voz trémula y el corazón agonizante. ¡Dolía!

- ¡Por tu indecisión!

Pese al violento arranque de Jade de acorralarla contra una de las paredes, Nara prosiguió – ¡Porque mentiste! ¡Porque con solo unas cuántas migajas de Victoria y tu familia, te olvidas de quién te ama, y vuelves como idiota a cegarte con ellos! ¡Porque eres una egoísta e inmadura que no sabe valorar lo que tiene! ¡Porque te conformas con tan poco...porque no me mereces!

Aquellas amargas palabras, rompieron a Jade. Retrocedió varios pasos de la ojiazul, y dirigiéndole una helada mirada, buscó herirla - ¿No te has puesto a pensar por qué? - ironizó - ¿Quizás porque ella sí es una verdadera mujer? o ¿Por que a ella sí la amo? o...- la sonora bofetada calló la boca venenosa de Jade! El dolor y la amargura habían sacado lo peor de ambas, y la hermosa nueva vida del fénix, se esfumó.

- ¡No quiero volver a verte! ¡En tu vida vuelvas a buscarme! ¡Lárgate! – gritó Jade desenfrenada a modo de defenderse de quién sentía le acababa de destrozar el corazón.

Las dos mujeres no paraban de llorar. La ojiverde corrió a encerrarse al baño, y Nara armó rápidamente su maleta. Su cuerpo temblaba de nerviosismo, como pudo guardó algo de ropa, y antes de salir del cobertizo, sacó su anillo y lo dejó sobre la veladora. En un dos por tres, todo acabó.

Continuará...?

Esta es la primera parte de Fénix. Para algunos la situación les pudo ser precipitado, y molesto, tal vez. Pero es más o menos lo que tenía en mente. A diferencia de mi otra historia (Cambios inesperados), a ésta quiero seguirla.

Tengamos en cuenta el proceder de Jade, no hay justificación para sus acciones, pero entendamos todo lo primero que Tori fue para ella. A veces, inconscientemente, nos permitimos seguir conectados hacia ese alguien del pasado que creemos superado, y las cortinas de humo pueden hacernos tropezar, hacernos perder de nuestro camino. Gracias por leerme. Me inspiran a seguir escribiendo.

¿Nos estamos leyendo? 

FÉNIXWhere stories live. Discover now