Capítulo 21. [Incertidumbre]

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—¡Lo sabía!

Juliana volteó a ver a Sebastián con el ceño fruncido sin saber a lo que se estaba refiriendo. El castaño blanqueó los ojos, y se sentó a su lado. Cerró el libro que la morena tenía en sus manos, ganándose una mirada de reproche.

—¿Por qué?

—¿Por qué, qué?

—¿Por qué me cierras el libro cuando estoy en medio de una lectura bastante interesante?

—Porque tengo algo muchísimo más interesante que decirte, sobre ya sabes quién—susurró, viendo hacia los lados.

—Ehm—Juliana lo vio—, no sé de qué estás hablando.

—No entiendo cómo es que ligas tanto, Juliana.

—¡Pero es que no ligo—gritó la morena con frustración captando la atención de las personas que estaban en la mesa de al lado. Sebastián les regaló una sonrisa penosa, y regresó la vista hacia la morena que volvió a su lectura ignorando su presencia.

—Esto te conviene.

—No, no me conviene—dijo rápidamente sin verlo.

—Juli, créeme que sí.

—¡Que no!—volvió a gritar.

La morena detalló el rostro de Sebastián percatándose hacia donde tenía la vista él. Tragó grueso cuando se encontró con unos ojos color miel viéndola con confusión y sorpresa. Mentalmente, maldijo a Sebastián. Ahora comprendía porqué el interés del castaño en captar su atención.

—Hannah—dijo la morena cerrando el libro. Sebastián soltó una risita al ver la expresión de sorpresa de Juliana. Por debajo de la mesa, lo pateó haciendo que Sebastián abriera los ojos—. Discúlpame. Yo... No sabía que estabas aquí.

—Si tan solo me hubieses escuchado...—murmuró Sebastián por lo bajo.

Hannah vio a Sebastián, y luego a Juliana.

—Quería invitarte a mi fiesta de cumpleaños. Será este viernes, y... Pensé que de pronto te gustaría asistir—Hannah le sonrió—, será algo muy íntimo. Nada de fiestas alocadas. 

Hannah le pasó una tarjeta de invitación. En la presentación venía su dirección, número telefónico, fecha y hora de la misma. La morena le sonrió en agradecimiento. Sus palabras apenas salían de su boca, completamente fuera de sí. Era el primer acercamiento que Juliana tenía con Hannah. Antes habían coincidido en clases, pero nada fuera de lo académico. Al principio se extrañó de recibir esa invitación pero de cierta manera, en su interior, sentía gran alegría porque Hannah, una de las chicas mas populares de la universidad la había invitado a ella a su fiesta de cumpleaños.

—Esta es para ti—habló Hannah ganando la atención de Sebastián. La morena vio como esta le daba una tarjeta igual a la suya a su amigo. Sebastián le regaló una sonrisa brillante. Tan brillante que era capaz de iluminar el resto del lugar.

—¿De verdad?, Gracias. ¿No es linda?—le preguntó Sebastián a Juliana. Hannah la vio fugazmente, esperando una respuesta. La morena se limitó a asentir.

—Espero que puedan ir. Me gustaría mucho que vayas—dijo viendo a la morena. Sebastián vio a ambas con una sonrisa cómplice en los labios. Los ojos de Hannah se encontraron con los de Juliana—. Que vayan, quise decir—aclaró dándoles una sonrisa penosa.

—Descuida, Hannah. Allí estaremos.

Hannah sonrió satisfecha, y se fue dejándolos solos nuevamente. La morena en silencio volvió la vista hasta su libro. Sebastián se mantuvo allí, esperando que la morena dijera algo pero no fue así. En cambio lo que recibió fue un silencio absoluto de su parte. Como si no le hubiese emocionado un poco que la mujer que la traía, literalmente loca, la haya invitado a su fiesta.

𝐂𝐡𝐨𝐜𝐨𝐥𝐚𝐭€ || ×Juliantinas× AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora