Capítulo 71

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Brianna.

Los gritos de esa chica llamada Ninet son aterradores, las cosas rompiéndose, Mikhail está muy asustado, no ha parado de llorar desde que escuchó, y yo, yo soy una madre irresponsable por no estar ahí, al lado de mis pequeños, por el contrario, estoy aquí, paralizada como una estatua.

A ella le mataron a su bebé.

Es aterrador, la culpa llega a mí.

Pretendía golpear a Dmitry por hablarme así delante de una extraña, sin embargo ella no es cualquier extraña, es la hermana de Dmitry, una chica que ha sufrido los peores infiernos en esta vida.

El mundo está lleno de escorias que no limitan su maldad, no se dan cuenta que lastiman a seres inocente.

No tengo escrúpulos a la hora de matar, no tengo piedad, suelo ser egoísta en esta vida, luchó por lo que creo que merezco, lo que es mío. Hubo un tiempo donde me reduje a vivir solo por hacerlo, andaba por el mundo como una autónoma, mi cuerpo sólo se movía porque debía hacerlo.

En medio de mi perdición y vacío, yo jamás he tenido el estómago, el corazón tan negro como para dañar a un inocente, más un niño, un bebé que no llegó a ver la luz de este mundo solo porque un bastardo se le entró el demonio.

Ese perro...no llamar así a esa escoria es un insulto para ese animal.

Cambio por completo mi estado, mi temor, mi rechazo hacia esa chica es reemplazado por algo diferente, tengo la necesidad imperiosa de ayudarla, de que salga adelante.

Es la tía de mis hijos, es la hermana de Dmitry, del hombre que yo amo, es la hermana de las tres niñas que adopté. Es mi familia de ahora en adelante. Un solo acto es capaz de cambiarlo todo.

No sé que pueda estar sucediendo dentro de esas paredes, solo sé que hay un silencio que me inquieta.

La curiosidad hace que las plantas de mis pies piquen por moverme, no logro hacerlo, mi cerebro le da una orden a mi razón, es momento sólo, único y exclusivamente de ellos, no necesitan de interrupciones.

—Ella ha vivido el infierno más grande que nosotros, que todos juntos —giro en cuanto escucho a Leyla, ha llegado tan silenciosa como suele ser, sus pasos o algún movimiento suyo no se ha escuchado —. La vi de lejos, sin duda es nuestra hermana, corremos con la misma maldición.

Atesoro momentos así, Leyla es tan callada que me gustaría que fuera más cercana a mí, no soy de parlotear mucho, en lo absoluto, solo quiero tener un lazo con esta chica.

Verla a ella es ver a Dmitry, creo que en cuanto a temperamento, de esta línea sanguínea ellos dos les tocó igual.

—Está muy dañada, Leyla, necesita de apoyo, tiempo y ayuda.

Hace un leve silencio.

La invito a alejarnos, Mikhail ha cesado de llorar, en la puerta de nuestra habitación está el guardia.

Apresurada como soy, temiendo lo peor de quienes me rodean, estoy lo más rápido que mi cesárea me lo permite.

Leyla llega antes, inspeccionando a los niños, es precavida.

—Disculpe señora, no volveré a entrar sin su permiso, solo traje el desayuno.

Tengo mucha tensión, un pesado dolor está en mi cuello.

—Debes avisarme siempre, no puedes estar entrando aquí sin permiso —recuerdo —. Estás disculpada.

La chica deja de temblar, toma a Mikhail en brazos.

ALÉJATE © [Corrigiendo] Where stories live. Discover now