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—Sin editar—

07 | Aventura Secreta
"Nos amaremos en el silencio de un secreto mientras nuestras almas mudas no digan nada aunque sientan todo."



Ivana

Apenas el sol salió, salí de mi ahora cuarto nuevo con Demian y Massimo detrás de mí tras habernos duchado cada uno en diferentes cuartos y ponernos ropa limpia. Al mismo tiempo que salimos los tres, ya que me habían venido a buscar, la puerta de al lado se abrió también dejando ver a los hermanos Guzmán y Zambada, algunos viéndome pasmados y con sus ojos bien abiertos, otros simplemente neutros y Ovidio con una sonrisa que por poco le llegaba de oreja a oreja. Mordí mis labios bajando mi mirada sonrojada sabiendo que seguramente habían escuchado todo.

Decidí ignorarlos y tomé las manos que mis amigos me extendían comenzando a caminar por el pasillo, al mismo tiempo oí a Ovidio decir en un susurro.

—Oigan es mi ídola, nos superó a todos nosotros.—Los tres nos reímos por lo bajo y giré levemente mi rostro para verlos caminar a unos pasos detrás de nosotros. Vicente golpeó la cabeza de Ovidio mientras que la mala cara de Alfredo era la que más se destacaba, además de su mirada fulminante y asesina si pudiera.

Cuando bajamos el primer escalón de las escaleras no me pude contener a soltar un pequeño quejido.

—Cabrones fueron muy bruscos los dos, me duele todo.—Susurré fulminándolos con la mirada. Ellos se carcajearon y tras Dem darme una nalgada Massimo me cargó al estilo nupcial tomándome por sorpresa.

—Yo no te escuché quejarte, sólo gemir preciosa—Reí escondiéndome en su cuello para intentar pasar la vergüenza de que los hombres detrás nuestro nos oían.—Y por lo de snetarte no te preocupes, te sientas en mis piernas y ya..

—Ivana ¿Podemos hablar?—Salí del cuello de Massimo cuando oí la voz de Vicente, seria, limpia, alta y demandante. ¿Y a este qué?

—¿Puede ser después de desayunar?

—No, es urgente.—Massimo me bajó cuando llegamos al final de las escaleras y pude notar como entre ellos dos miraban serios a Vicente, seguramente celosos al notar la demanda en el tono de voz del Zambada.—Por favor.—Suspiré y me despedí por lo bajo de mis dos amigos para asentir y seguir el paso apresurado de Vicente, a quien sus amigos y hermano lo miraban confundidos.

—¿De qué querías hablar?—Dije apenas llegué a su lado en el jardín alejados de la mansión.

—Este.. de.. Me gustaría que cuando tu trabajo con el señor Joaquín acabe, trabajes para mí. ¿Puede ser?—Asentí muy poco convencido por el tono de su voz, poco seguro, todo lo contrario a como era segundos antes. ¿Acaso estaba mintiendo?

—Sí, claro, apenas tenga los papeles e informes te entrego un presupuesto para la cantidad de personas y..

—Antes necesito tus datos ¿Puede ser? 

—¿Qué datos?

—Dónde naciste, cuando, tus padres ¿quiénes son? ¿Tienes hermanos? Referencias, ¿dónde vives? Datos Ivana.

—¿No quieres que te traiga una prueba de ADN también?—Pude notar como abrió sus ojos como platos pero rápidamente hizo desvanecer esa actitud dejándome confundida.

Realmente éstas personas son extrañas, tienen actitudes muy diferentes a cualquier otra persona que me ha tocado entrenar y por algún extraño motivo eso me llama demasiado la atención, me incita a querer descubrir cómo son ellos en confianza, qué esconden y cómo piensan para poder actuar y ser así, algo que no podía ser posible, nada de ellos me podía atraer cuando simplemente soy una trabajadora más y ya.

Aventura Secreta | Alfredo Guzmán |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora