35. Estoy aqui.

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Maratón 1/4

Narra Amber: Alex se preocupa mucho por Sebastian, pues luego de que se empezaron a acercar y trabajar en su relación, ambos desarrollaron mucha empatía el uno por el otro, también descubrieron que había muchas cosas del otro en cada uno de ellos.
Admiro mucho su relación, ya que estaba muy rota, pero ellos tuvieron el valor de tomar pedazo por pedazo y pegarlo, hasta que su relación se convirtió en la que es hoy. Una relación que se basa en la confianza, en la sociedad, en crear una amistad entre padre e hijo, en que ambos se apoyen el uno al otro y eso es admirable.

Alex y yo pasamos por el departamento a dejar a Carlos y a tomar el auto, ahora Alex iba manejando, pero iba tenso, preocupado, con la mandíbula tensa, los nudillos blancos de lo apretada que tiene la mano.

—Amor, relájate, todo estará bien— le sonreí, tomando su mano.

—¿Y si Rami murió? ¿Qué le debo decir? ¿Qué debo pensar? ¿Cómo me debo sentir?— preguntó el, preocupado.

—Rami no murió, Sebastian te hubiese dicho, te hubiese preparado para eso, no te preocupes— tomé su mano y la besé.

—¿Qué es entonces? ¿Por qué tanto misterio?— preguntó el, irritado.

—Alex, contemos hasta diez ¿Quieres?— le propuse y el asintió.
Tendré que hacerle una llamada a Octavio.
[...]
Las sospechas de Alex no eran reales, para nuestra suerte, ya que fue el mismísimo Rami el que nos abrió.
Está vivo señor, que suerte.

—Hola, chicos, pasen—el sonrió, abriéndonos paso.

—Hola, Rami— dijo Alex, abriéndome paso a mi.
Todo un caballero, mi bello marinero.

Después de que yo entrara, Alex lo hizo. Siento que a veces Alex me ve como su salvavidas, pues cuando está asustado, nervioso o se siente que está a punto de explotar por lo que sea, me busca a mi y me necesita cerca.

—¿Quieren tomar algo?— preguntó Rami, con una sonrisa amable.

—No, gracias— respondió Alex, serio, mandíbula apretada. Rami agachó la vista, pues claro, Alex no se va a volver amable con él solo porque está enfermo. Pues está tan vulnerable como lo estaba Alex de niño y no creo que él haya pensado eso en ese entonces.

—Yo sí quiero— dije, con una sonrisa amable. Rami levantó su vista, con una sonrisa de alivio.

—¿Qué quieres?— preguntó el.

—¿Qué me ofrece?— pregunté, burlona, tratando de agregarle algo de diversión a la situación, tal vez puedo disolver un poco la tensión.
Al parecer funcionó, ya que Rami soltó una pequeña risa, lo que me dio gracia, ya que es raro oírlo reírse.

—Tengo helado ¿te apetece?

—Sí, gracias— respondí, sintiendo como los brazos de Alex rodeaban mi cintura.
Rami desapareció por ahí, supuse que fue a la cocina, así que aproveché para enfrentar a Alex. Él seguía con la mandíbula igual que una roca, así que levanté mi mano y acaricié la zona, él lo entendió y soltó un suspiro, mientras todo su rostro se relajaba.
—¿Ves? No debías preocuparte— susurré, apoyando mi frente en la suya.

—No deje de estar preocupado, pero no me gusta estar aquí— me abrazó más fuerte, acercándome aún más a él. Rodee su cintura con mis brazos, mientras apoyaba mi mejilla en su pecho. El rodeo mi cuerpo, antes de besar mi frente.
Yo no creo que haya algo en el mundo entero que me guste más que estar así con Alex. Me siento tan protegida y amada, siento que no hay mejor sensación que esa.

Alex (||)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora