Elio Perlman es un brillante estudiante de danza y tiene uno de los papeles protagónicos en el nuevo montaje que la academia presentará en verano, pero hay un problema: él cree que lo sabe todo, y vive en una "burbuja" donde piensa que todo lo que l...
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Me encuentro ahí parada, viendo cómo forcejean Emil y Oleg. Para mí sorpresa, los demás parecen estar familiarizados con esto. Agnes se resigna y saca sus celular para comenzar a grabar la pelea.
—¡¿QUÉ HACES! —le grito desesperada a Agnes.
—Es buen material —me responde con cinismo.
—¡YA BASTA! —grita Marion y logra posicionarse entre ambos para darle una bofetada a Oleg—. ¡Ya estoy harta! ¡Estoy cansada de ustedes!
Ambos se calman pero ahora Marion parece perder los estribos.
—Está bien, Marion, ya pasó —le dice Elio para calmarla.
—¡No! ¡Nada de esto está bien! Ya me cansé de que siempre pase esto y después todos actúan como hipócritas, nadie aquí es honesto ¡todos quieren apuñalarse por la espalda!
—¡Marion, tranquila! —le alza la voz Elio, sujetándola amablemente por los brazos.
—Oye, déjalos, son unos tontos por pelearse, pero tú ignóralos, todo está bien —le digo a ella gentilmente. Elio me lanza una mirada como de bomba pero le ignoro.
—¡No! ¡Tú no entiendes! ¡Todos aquí se odian y tienen secretos! —chilla Marion , ya a punto de llorar a mares.
—Bueno, ella tiene razón; aquí todos tienen secretos, ¿verdad, Ofelia? —me dice Elio, de nuevo en ese tono inquisidor y amenazante que tanto me crispa los nervios.
—No discutas con Argento, Elio. Ella parece ser de la misma madera de Falshmann... —le aconseja Oleg.
—¿¡Lo ven?! Aquí nadie dura ni dos segundos sin pelear —chilla Marion—. ¡No somos una maldita familia! ¡Todos se aborrecen!
—Marion... —se le acerca Agnes.
—¡NO! Hay que dejar claro todo de una vez. Emil no es el único psicópata... ¡Todos lo son! Yo sé que lo de Noah no fue un accidente... A todos los creo capaces de lastimar a alguien. No dudaría que alguno de ustedes lo haya aventado por las escaleras —dice finalmente.
—¡Estás de broma! —le dice Elio de inmediato.
—¡No, no lo estoy!
—¡Marion, esa es una acusación muy seria!
—¡Déjame en paz! —le grita ella y sale corriendo y llorando del salón. Puedo escuchar sus sollozos desolados a lo lejos. Elio intenta correr tras ella pero Oleg coloca una mano sobre su pecho y lo detiene.