↬Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 05↫

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Empresapeleas
  sorpresas.

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Y. Han Soora

     Un brazo estaba encima de mí, aferrándose a mi cintura, prácticamente no dejaba moverme y el frío se estaba colando por mis huesos, ¿En dónde había quedado la sábana con la que me había dormido anoche? Sentía el frío desde los pies hasta mi cabeza y necesitaba de esa gran sábana.

     Abrí mis ojos lentamente, acostumbrandome a la claridad de la habitación y visualicé un pecho desnudo, ¡Esperen!, ¿En dónde estaba la barrera de almohadas? Mi brazo rodeaba su gran y fuerte pecho, ¿Cómo puede estar tan fuerte, marcado y duro si es parapléjico? ¡Tenía un increíble six-pack! ¿Qué demonios?, Si era una broma, no era divertida.

     Su cabeza descansaba en la almohada, dejando su cabello totalmente rebelde sobre la misma, viéndose tan tierno, pero no se movía solo respiraba tranquilamente, me causó tanta ternura que no pude resistirme y pasé mis dedos por su sedosa cabellera castaña clara, era tan suave y delicada.

     Todo un ángel.

     Podía detallar mejor sus facciones y rasgos, era simplemente perfecto, piel blanquecina como la leche, cejas pobladas a la perfección, un cutis de envidia y sin hablar de su pecho, tampoco me quiero imaginar sus piernas, también deben de estar muy marcadas.

     —Si sigues viéndome, vas a desgastarme —aquella voz salió gruesa y rasposa.

     Fue inevitable no sentir vergüenza.

     —Lo siento —desvié mi rostro y retrocedí poco a poco en la cama, él había apartado su brazo de mi cuerpo.

     —Si sigues, caerás al suelo —me advirtió antes de sentir como mi trasero ardía ¡Me había caído de la maldita cama!—. Te lo dije, Soora —Soltó una risita nasal.

     Que me descubriera mirándolo me desconcertó por completo y aquí me ven, en el piso de madera con los glúteos de seguro más rojos por el impacto que, mis mejillas al recordar como acariciaba aquel six-pack sin vergüenza.

     —Que lindo de tu parte, Jung Kook —me puse de pie con cuidado, no estaba acostumbrada a caerme de la cama al despertar.

     —Sé que soy más que lindo.

     Reí por sus palabras.

     —¿Tú, lindo? Estás loco —lo miré a los ojos, su mirada era profunda y nada divertida.

     —Señora Jeon, usted sufrirá las consecuencias de sus palabra —me mostró una amplia sonrisa y palmeó la cama, quería que me acostara de nuevo con él—. Veremos la televisión un rato, es muy temprano para ir a la oficina.

     No dudé en acercarme.

     —Usted tiene una forma muy extraña de pasar su mañana, Señor Jeon.

     Gateé hasta la cama y me acosté a su lado, apoyando mi cabeza en su fuerte pecho, él acariciaba mi cabello con toques suaves, relajandome por completo.

     —Nunca había despertado con una mujer a mi lado, Soora, siempre estaba de viaje o con mis amigos —explicó sacando un control de la mesita de noche con la mano que no estaba utilizando y apretó un botón, haciendo que el televisor salga del techo.

     Había mirado hipnotizada como el televisor bajaba lentamente hasta quedar en la posición exacta y Jeon presionó otro botón encendiendo la pantalla plana (de vete a saber tú de cuantas pulgadas).

Es ᴄᴜᴇsᴛɪᴏ́ɴ ᴅᴇ ᴘᴇʀᴄᴇᴘᴄɪᴏ́ɴ || ᴊᴇᴏɴ ᴊᴋ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora