Es ᴄᴜᴇsᴛɪᴏ́ɴ ᴅᴇ ᴘᴇʀᴄᴇᴘᴄɪᴏ́ɴ || ᴊᴇᴏɴ ᴊᴋ.

↬Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 18↫

Ｍ-Ｍｅ... Ｖｉｏｌａｒｏｎ.

|↬❀↫|

Y. Han Soora.

     Llegué a la propiedad donde Rose me necesitaba, era una casa vieja algo grande de dos plantas, la pintura de su exterior estaba deteriorada y el jardín yacía muerto, la parte hermosa y viva ya no existía en aquel espacio tan vacío. Bajé de mi auto, era un hermoso Audi R8 de color plateado y sentí aquel frío colarse por mis brazos, mi blusa azul cielo no era de mangas tan largas, era sin hombros y de manga media, también llevaba un blue jeans oscuro y unas sandalias del mismo color de la blusa, pero con las suelas de color marrón.

     Estaba asustada, no tenía muy buena pinta aquel camino hasta la entrada, todo estaba silencioso y no mentiré, tenía miedo y no había traído nada para defenderme.

     Estaba indefensa y con los vellos de mi piel erizados.

     Cuando el camino a la puerta terminó respiré con más tranquilidad, no porque había llegado a la boca del lobo, si no porque había llegado a salvo a ella. Toqué el timbre y escuché como resonó en toda la vieja casa, una luz se encendió y un chillido de los viejos tablones de la madera me hizo temblar, tragué saliva y esperé lo peor.

     Debí haber besado a Jeon antes de enfrentarme a la muerte.

     La puerta fue abierta y me horroricé por lo que veía, Yunnie tenía moretones en su rostro y sentí que el mundo se paralizó, ¿Quién le había hecho eso? ¿Quién se atrevió a ponerle una mano encima? Ella tomó de mi mano sin decir nada y me adentró en aquella deteriorada casa, pero me sorprendió lo linda que era por dentro, cálida y muy acogedora, nada comparado con su exterior.

     Mis hermanas se encontraban al rededor de una gran chimenea, hacía un frío infernal. Me acerqué más a Yunnie y la abracé con fuerza, sentía como su cuerpo temblaba y recibía mi abrazo con cierta incomodidad.

     —¿Qué te pasó? —pregunté a la altura de su oído.

     —M-Me... Violaron —dijo con la voz quebradiza y me tensé.

     —¿Quién te hizo esto? —ella decidió separarse de mí y negar con su cabeza— Puedes decirme, Yun, buscaremos una solución, lo encontraremos y encerraremos —le aseguré, pero ella siguió negando con su cabeza con miedo.

     —Fue su esposo, el señor Kang junto a sus amigos —sentí a Lynah lo suficientemente cerca de mí, pero su voz salió en un susurro.

     Quería llorar y tragué saliva junto a las inmensas ganas de asesinar a ese imbécil. Solté a Yunnie y abracé a Lynah, tenía demasiado tiempo que no las veía y lo primero que recibía de ellas era una llamada alarmandome por completo. Observé a Lynah segundos después y me aseguré que su esposo no fuese un violento o que siquiera se haya atrevido a tocarle un cabello, pero todo estaba bien.

     —No, mi esposo no me golpea, Hannie.

     Solté un suspiro, ese que tanto había sostenido y le dediqué una sonrisa.

     Me alejé de ella para saludar a mis otra hermanas, Hardy estaba viendo un punto muerto, Rose intentaba quedarse dormida en el hombro de Lenay, pero ella quería llorar sin ser molestada y ni hablar de Jessica o Jenna, ellas fingían estar bien para no contar las desgracias que habían pasado en sus hogares.

     —¿Qué les pasó? Estaban tan llenas de vida antes que ahora no las reconozco —Me paré delante de la chimenea y capté la atención de todas.