❁El Club de las Flores❁ [NCT/WAYV]

🌸El Presidente🌸

Cuando Yuta por fin pudo dejar de expulsar los pétalos de magnolias por sus labios DoYoung lo abrazo por la cintura para asegurarse de que no caiga al suelo sin fuerzas  mientras dejaba el balde a un lado y tomaba las toallitas húmedas que Ten le alcanzaba como si fuera una rutina de todos los días.

— Ya estas bien, Yu, ya esta. — Susurro dulcemente en el oído del mayor mientras limpiaba la sangre de sus labios y mandíbula con los pañuelos. — ¿Cómo te sientes?

—Como si mis pobres pulmones se hubieran salido junto a esas putas flores. —Gruño y KunHang escucho por primera vez la voz rasposa y cansada del chico de cabellos largos. — Esto es tu culpa, Doyo ¿Para que me despertaste?. — Se quejo golpeando débilmente las manos del azabache.

DoYoung solo rio suavemente y ayudo al mas bajo a recomponerse, aun sosteniéndolo del brazo en caso de que aun no pudiera mantenerse de pie por su cuenta.

— Tu fuiste el que nos dijo que si había un nuevo miembro te avisáramos. — Dijo Ten desde su lugar en el sofá y con sus palabras los hermosos y profundos ojos del castaño se posaron en el y se sintió nervioso por la forma en la que los labios que hacen un momento no podían parar de expulsar flores ahora se ensanchaban formando una de las sonrisas mas hermosas que vio en su vida.

No tan hermosa como la de Xuxi, pero aun así era muy linda.

— ¡Un nuevo miembro! ¿¡Y por que recién me avisan!?. — Chillo emocionado mientras Doyoung y Ten rodaban los ojos. — ¡Bienvenido al club de las flores!

— Ya le dije eso. — Hablo XiaoJun a su lado, recibiendo una mala mirada del mayor.

— Tu no eres el presidente, no tienes derecho a decir eso, niño. — Refunfuño. — De todos modos, Presidente Nakamoto Yuta, a tu servicio. — El castaño hizo una reverencia y se rio cuando se enderezo. — En realidad, ustedes están a mi servicio, ya que yo soy el presidente.

— Así no funcionan “democracias”, Yuta. — Lo corrigió el chico a su lado pero el extranjero simplemente lo ignoro y tomo del brazo al miembro recién llegado, sonriéndole con emoción e ignorando al peligris. — Ay, ya ni se para que me gasto.

— Después de años con Yuta te das cuenta que realmente es imposible discutir con el. — Doyoung intento confortar a DeJun con unas suaves palmadas en la espalda mientras veían a Yuta alejarse junto a KunHang.

— Entonces ¿Tu nombre es?

— KunHang. — Respondió el menor intentando separarse un poco del castaño pero este lo apego mas a el con su brazo.

—¿Tienes algún apodo?

— Ya no...

Yuta asintió comprendiendo, y como una madre a punto de darle una lección de vida a su pequeño retoño se puso frente a su cuerpo, tomando sus manos entre la suya y mirándolo de forma maternal.

— Cariño, hace poco te diagnosticaron ¿Verdad?.— Pregunto suavemente, sorprendiendo a KunHang por la forma en la que las caricias que sus dedos dejaban sobre el dorso de su mano lo confortaba.

— Dos meses.— Murmuró dándole la razón.

— Comprendo ¡Con razón aún sigues en la etapa de la depresión!

— ¿Etapa de depresión?

— Usualmente sales al año, aunque Chittaphon sigue en ella hace tres años.— Chismoseo volviendo a entrelazar sus brazos y rio al escuchar a Ten bufar.

— Muy gracioso, Nakamoto, búrlate lo que quieras pero al final del día tu eres el que llora en soledad hasta dormirse.

— Cierto, tu lloras en los brazos de tu sugar daddy, por poco me olvidó, para nada depresivo.

— ¡Ya te dije que no es un sugar daddy!.— Chillo el rubio pisando con fuerza para hacer énfasis en su enojo.

— Claro que no, Ten, un hombre que te paga para que finjas ser su novio, te obsequia lencería y al que le envías nudes no es tu sugar daddy.— Contestó sarcástico y rodando los ojos, sin soltar el brazo del azabache que sentía que estaba quedando en medio de una batalla campal entre los "líderes del club".— ¿Verdad, chicos?

Los menores que seguían inmersos en sus videojuegos pero aún así levantaron la vista y dijeron con seguridad "—¡si, jefe!".

— Les pago para que digan que si a todo lo que digo, como los presidentes de verdad, genial ¿No?.— Le mostró con orgullo Nakamoto y KunHang rio ante sus ocurrencias.— ¿Por qué no le cuentas tu historia a KunHang y dejamos que él decida si yo tengo la razón o no?

Chittaphon suspiro y asintió rendido.

— Siéntate y prepárate para oír una triste historia, cariño.— Le ordenó Yuta, empujándolo hacia el sofá y sentándolo en el.— ¡Niños! ¡Hora del cuento!.

Les aviso a los demás que caminaron hacia ellos y se sentaron junto a él y se acurrucaron entre ellos, RenJun se sentó junto a él y le sonrió tiernamente antes de decirle con señas algo a ChenLe, que rio de forma adorable.

KunHang los miro con confusión hasta que ChenLe lo iluminó.

— RenJun dice que eres muy lindo.— Tradujo, sacándole una sonrisa al mayor sin que se de cuenta.

— ¿Como le digo gracias?.— Pregunto realmente interesado en aprender y el azabache menor alzo su mano hacia su mentón apoyándola y luego deslizándola para delante, el mayor lo copio bajo la mirada del chico sordo, que asintió con felicidad dándole a entender que había comprendido su respuesta.

— ¡Atención! ¡Atención!.— Todos guiaron sus miradas a Yuta, que estaba junto a Ten parado en medio de la sala como si fueran maestros a punto de dar una lección.— Nuestro vicepresidente Ten nos va a contar la bonita historia de como conoció a su Sugar Daddy, presten atención y aprendan, excepto ChenLe, que aún es muy pequeño para conseguir uno.— Aclaró señalando al más joven que asintió obedientemente.

— Bueno.— Una vez que Yuta había abandonado su puesto junto al rubio y se acomodo sobre las piernas de DoYoung que lo abrazo por la cintura toda la atención pasó al tailandés.— Todo comenzó cuando...

Gracias en lenguaje de señas: