❦︎ ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 12 ❦︎

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12. ¿Qué mierda fue eso?

Diciembre 2017

La cafetería era diminuta, pero al menos había calor dentro. El aire olía a café y chocolate: las bebidas que los profesores servían. Después de volver del baño Casey pasó por la barra para que Saye le alcanzara una taza de café enorme y un sándwich de jamón y queso. La profesora la había mirado con una ceja arqueada después de calentar con sus manos el café para ella.

-¿No piensas dormir en todo el viaje? -le preguntó.

-No duermo bien en vehículos en movimiento -confesó con una ligera sonrisa, sosteniendo la taza por el asa y llevándola a la mesa donde Adalyn y Marshall se habían atrincherado. Él mordía perezoso una manzana y Adalyn devoraba lo que parecía ser su tercer sándwich de queso. Casey se sentó junto al chico y frente a ella. Las mesas eran reservados: con asientos de cuero rojo y mesas de madera.

-¿Café? -le preguntó Adalyn señalando la taza con su barbilla.

Casey asintió dando un enorme trago y sintiendo el calor bajarle por la garganta.

-Nos vamos en cinco minutos -anunció el entrenador Ricardo desde la mesa que los profesores tenían junto a la barra. Hubo varias voces de protestas, pero la gente empezó a apresurarse. Casey se tragó primero todo el café y luego empezó a picar el sándwich en trocitos que se llevaba a la boca con pereza.

-Voy al baño -se apresuró Adalyn, hablando con la boca llena y limpiándose las migajas con prisa. Marshall y Casey la vieron salir de la cafetería y trotar hacia el extremo de la gasolinera donde se encontraban los baños.

-Tu forma de comer es inquietante -le dijo el Virgo a Casey, arqueando una ceja.

Ella se encogió de hombros.

-Si no te gusta no me mires.

Él sacudió la cabeza y se dedicó a mirar por la ventana y terminar su manzana.

-¿Qué crees que hagamos en el campamento? -preguntó, volteando a ver a Casey momentáneamente, solo para decidir que no quería verla descuartizar el pan trozo por trozo.

-No lo sé, ¿tú no sabes? ¿Adalyn no sabe? ¿Su hermana no le dijo nada?

-Ella me dijo que Jillian en su año solo tuvo un campamento normal -se encogió de hombros-, sabrá ella lo que significa eso.

-Probablemente una fogata, vida al aire libre, baños en un río o algo -murmuró Casey con un escalofrío mal disimulado. Marshall soltó una risa baja al verla-. Hace un frío terrible, no quiero bañarme en ningún río.

-Ni yo -secundó él, encogiéndose de hombros-, pero dudo que no tengamos baños decentes. Jillian es el tipo de persona que se hubiera quejado de eso y lo habría contado a Adalyn y ella no hubiera dudado en darnos esa información.

Casey hizo una mueca de acuerdo.

-En eso tienes razón -comentó.

-Bien, chicos, es hora de irse -llamó Eloise-. Dejen, dejen sus platos que ya alguien los limpiará después. Dense prisa ahora y vayan todos al autobús.

Casey y Marshall caminaron hacia allí con el resto de los estudiantes, ella miraba de vez en cuando hacia el baño donde había una fila de al menos tres personas esperando por entrar. Le pareció que eran las gemelas y Jules. Subieron al autobús, el profesor Hiroshi, encargado de los Signos de agua, los contaba a medida que pasaban. Casey fue el número diez en subir y se apresuró a su asiento, encontrándose con los ojos de Alexei en el camino. Lo ignoró.

Hijos de EstrellasWhere stories live. Discover now