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Ambas mujeres mantenían sus pensamientos en los sucesos que les había deparado aquel fatídico día.

Lisa al llegar a casa siguió el consejo de Jennie, preparó la tina con espuma encendiendo el estéreo que mantenía el sonido cálidamente en aquel apartamento.

La voz de Amy Winehouse hizo presencia con el tema "tears dry on their own" mientras buscaba su copa favorita para llenarla de vino, la posicionó en el borde de la tina para luego buscar un cigarrillo y el encendedor dejándolos al lado de la copa.

Sonrió para sí misma despojándose con calma de las prendas que cubrían su cuerpo. Lentamente se sumergió en la bañera, sin mojar su cabeza ni sus manos para poder prender su cigarro.

El humo pasaba por su garganta invadiendo rápidamente su interior, la sensación de tranquilidad la embargo de inmediato mientras el recuerdo de la última parte de su día la hizo sonreír inconscientemente, pensaba en que nunca se había abierto tanto a una persona.

Sus amigos habían intentado acercarse más a ella, pero todo había sido en vano, tenía miedo de ser juzgada. En cambio, con Jennie, todo parecía ser diferente. ¿Qué la hacía confiar? Se preguntaba con insistencia buscándole respuesta a esa vaga pregunta, aunque por un momento llego a pensar que podría ser el hecho del que no podía verla, es decir, no la juzgaría ni con la mirada; pero pensar así estaba mal, decirlo en voz alta sonaría como un monstro.

El sonido del teléfono interrumpió sus pensamientos, su cigarro y su copa ya iban por la mitad sin ella darse cuenta de aquello. Se levantó con cuidado de no resbalar mojando la baldosa del baño, cogió el teléfono mirando el identificar de llamadas, tomo una gran bocanada de aire antes de contestarle a su padre.

-¡Papá! - respondió Lisa intentando sonar feliz

-Hija, ¿Cómo estás? - ruido de música se escuchaba al fondo de su llamada, parecía estar disfrutando de su retiro.

-Bien padre ¿tu cómo vas?, aunque por el ruido parece que la estás pasando bien- comento riendo mientras buscaba su bata de baño vino tinto

El hombre soltó una carcajada y al parecer se estaba alejando porque la música cada vez sonaba más lejos.

-¡Fuera de la zona-rió el hombre -hija, quería hablarte porque me comuniqué con Benjamín más temprano- confeso sonando más serio
Lisa suspiro de nuevo, encontrándose un poco nerviosa ante lo que su padre podría saber sobre lo que sucedía en la empresa, el solo conocía de algunos avances, pero no tan complicados como lo estaban ahora

-Me dijo que su hija tomara el puesto por él, ¿Cómo vas con eso? Se lo que es para ti trabajar con alguien más- continuo y Lisa se tranquilizó

-Lo estoy tomando con calma, sabes que esto es nuevo para mi

-Él me explico la situación- hablo refiriéndose a la ceguera de la nombrada- sé que puede llegar a ser difícil para alguien como tienes que dejarte ayudar y entender.

-Pap...

-Déjame hablar hija-Lisa bajo la tapa del baño y se sentó allí cogiendo el corto cigarrillo que le quedaba- He escuchado que has estado más estresada de lo normal y lo entiendo cariño. Tener el control de la empresa es fuerte, pero eso no significa que debas tratar mal a tus empleados-

-Pero yo no...

-No me interrumpas Lisa- pidió más serio- te conozco, tú no eres así y se más que nadie que ese cambio tiene un nombre

-Oh por Dios- susurró en vano la pelinegra dándole una última calada a su cigarrillo

-Dios nada Lisa, tienes que dejar tu pasado donde debe estar. Si sigues atascada allí no serás feliz, eres una mujer hermosa y exitosa, ¿sabes cuantas personas quisieran estar contigo? Han pasado tres años hija - hablaba con amor aquel hombre- dime algo, ¿te has dado la oportunidad con alguien?

-No quiero hablar de esto papa- respondió con voz suave

-Tu nunca has querido hablar de eso ¿o me equivoco? - preguntó sin recibir respuesta- Lisa, después de eso te escuche llorar en las madrugadas, sentía como sufrías y yo sufría contigo en silencio. Esperaba que tu llegaras a contarme todo, a hablar conmigo, pero nunca lo hiciste, te guardaste todo, y ahora ese dolor está haciendo estragos a ti, ¡mírate!

Lisa involuntariamente alzo la mirada hacia el espejo que estaba a un lado. Sus ojos estaban rojos, era una clara señal que las palabras de su padre estaban llegando al lugar indicado.

-Desearía que volvieras a ser tú, que el brillo que siempre tenías en la mirada volviesen. Esa Lisa amable y bondadosa que crié con mis mayores esfuerzos- hablaba y el corazón de Lisa se hundía ante aquellas palabras, las lágrimas empezaban a quemar sus mejillas- tienes mucho por vivir mi pequeña niña, tienes un mundo y tiempo por delante, no lo malgastes en pensamientos que no lo valen, en alguien que no lo vale.

Los pequeños sollozos de Lisa estaban presentes

-Sabes Lisa-continúo contando el hombre- cuando me dijiste que te gustaban las chicas estaba tan orgulloso de ti, desde que te vestías con mis corbatas de pequeña y te quedaban gigantes, cuando preferías los video juegos, los autos y estar con tus amigos, lo supe. Yo estaba preparado para aquello- rió recordando haciendo reír a la pelinegra entre lágrimas- y ahora estas tan grande, te dañaron y me siento culpable porque no supe que hacer ante eso hija. Pero de algo estoy seguro y es que en cualquier momento llegara alguien a pegar cada pedacito de ti, pero antes de eso tienes que arreglarte tú misma- aconsejó con voz amorosa

-Si- dijo apenas con un hilo de voz

-Vuelve a ser tú, porque estoy seguro que también te extrañas- finalizó escuchando los sollozos de su hija.

Hablar de ese tema por teléfono no era lo que tenía planeado, pero Benjamín lo hizo cambiar de parecer

-Gracias papi-agradeció aun sorbiendo por la nariz-yo... yo me perdí, por alguien que no lo vale-confesó por primera vez haciendo sonreír a su padre en algún lugar del mundo

-Sé que lo lograras princesa. Sé que resolverás todo, incluyendo el problema que tienen en la empresa-comentó con calma y Lisa sintió un leve vacío recordando. No quería decepcionar a su padre, él era su héroe sin capa, su favorito.

-Lo haré papa, tu sigue con tus vacaciones- pidió con una sonrisa a través del teléfono

-Dalo por hecho mi niña, te llamo luego ¿vale? Esta llamada me saldrá costosa, no creerás donde estoy

-no quiero saberlo papi- dijo riendo

-Hasta pronto hija- colgó entusiasmado sin dejar responder a la pelinegra

Lisa sonrió a medias dejando su teléfono, su mente volvió al lugar sonando de fondo ahora "Versace on the floor" de Bruno Mars.

Se quitó la bata dispuesta a terminar su baño previamente interrumpido.
Al sumergirse, sintió que un peso se le quitaba de encima. Como si hubiera sacado, o, mejor dicho, como si hubieran sacado todo lo que ella tenía por dentro. Rió como una tonta agradeciendo estar sola.

Luego del baño haría algo que no hacía desde hace mucho: Observar las estrellas y la luna. Pero ella no sabía que, en ese plan, cuando lo llevara a cabo, el pensamiento de una castaña recién llegada a su vida invadiría su mente, siendo la responsable del más hermoso desvelo junto con su pasatiempo favorito.

En La Oscuridad / Jenlisa (Adaptación)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant