Prólogo

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Zeth


Siempre he escuchado que mudarse es la mejor manera de tener un nuevo comienzo, pero nunca mencionan lo ajetreante que puede ser el cargar todas tus pertenencias de un lugar a otro...hasta en los actos más comunes he de recordar que todo cuesta en esta vida, principalmente la felicidad.

Al entrar al pequeño, pero muy cómodo departamento que desde hoy será mi hogar, observo a mi madre quien al percatarse de mi presencia habla:


— ¿Esa fue la última caja? —pregunta. Respondo moviendo la cabeza en forma de afirmación mientras coloco la pequeña caja arriba de las otras que se encuentran apiladas en una esquina—, ya estoy cansada. —la vuelvo a observar, su rostro ya no es visible, ha desaparecido detrás de ese gran libro que se ha pasado leyendo la última semana.

— ¿Cansada? Si no me ayudaste en
nada—al acercarme noto que ese gran libro ocultaba unos ojos llorosos y pequeñas lagrimas que caían por aquellas pálidas mejillas—. Erica ¿estás bien?

—Sí, solo es que me duele alejarme de ti—coloca el libro a un lado de ella y comienza a limpiar su rostro—. No quiero que estés solo, después de todo lo que paso, no es lo mejor para ti. La soledad no es buena para nadie y mucho menos para alguien que ha sufrido tanto como tú.

—No te preocupes, mírame, yo estoy bien—me acerco al sillón para poder abrazarla—. Te quiero.

—Yo también te quiero—me da un beso en la mejilla. Siempre he creído que gran parte de lo que le digo es mentira, puede que ella hasta lo note, pero dicen que aquellas mentiras que son por amor solo consumen en su totalidad al que las dice y si he de consumirme en mi desgracia, lo hare para no preocupar a la única persona que en realidad importa en mi vida.

Una melodía proveniente de su celular hace que nos separemos.

—Ya me tengo que ir, debo de arreglar algunos pedidos—se queda acariciando mi rostro por unos breves segundos—. Aún puedes arrepentirte y regresar conmigo.

Sé que ella no está de acuerdo con mi decisión y que no perderá la esperanza, pero lo necesito; huir de todo, alejarme de aquel lugar que tanto me trae malos recuerdos, no pienso volver.

—Madre, eso no pasara—en su rostro se forma una sonrisa, pero tan triste que me hace sentir mal.

—Lo sé...—se levanta del sillón, acomoda su bolso. La acompaño hasta el elevador. —Cuídate y no olvides llamarme a diario— dice. Asiento con la cabeza, me da un último abrazo, la miro hasta que las puertas del elevador se cierran.

Fue mejor así, los últimos tres años ha sufrido por mi culpa...lo cierto es que siempre ha sufrido por mí. Este es un nuevo año, después de todo lo que paso un tiempo solo es lo que necesitaba, mudarme era lo mejor que podía hacer...me lo repito hasta no tener dudas.

.

.

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Hoy es mi primer día en mi nueva universidad, ayer termine de arreglar las últimas cajas que me faltaron el sábado. No logre dormir en toda la noche, las pesadillas no me abandonan, son oscuros recuerdos que se hacen presentes para que no pueda olvidar, pero tengo que dejar el pasado en el pasado y concentrarme en mi presente.
Si me toca ocultar mi ser para estar mejor lo haré, no dejaré que me vuelvan a lastimar, ya no.

Tomo las llaves del departamento junto con las de la moto y me marcho para comenzar el primer día de una vida nueva.




Tyler

—Hola, amor—saluda Tany. Se acerca y me da un beso.

—Hola—la miro, está igual de guapa que siempre. Hoy lleva su negro cabello amarrado en una cola alta, con un vestido rosa, que combina con su piel canela y unos botines de color negro.

Se percata de que la estoy mirando y sonríe.

—Guapo, no me mires mucho que me gasto— dice. Le regalo una sonrisa; llevamos años saliendo, antes de ser mi novia era mi mejor amiga. Muchas personas desean encontrar aquella persona especial que cambiara sus vidas, ella no solo cambio la mía, la mejor sacando todo lo bueno que puede tener una alma que se ha pasado gran parte en la oscuridad.

—Perdóname por no haber ido a buscarte, es que me quede en casa de mi padre—expreso. Su mirada cambia de una alegre a preocupada.

— ¿Volvieron a pelear?—pregunta.

—No, solo hablamos un poco—miento. La verdad es que cada vez que nos vemos terminamos peleando, ha sido así desde la muerte de mi madre y sé que eso nunca cambiara...cuando algo no tiene cura solo queda intentar sobrevivir con lo que nos pueda mantener vivos, pelear es lo único que nos mantiene unidos. Una vida de dolor es ocultada por una imagen perfecta y otra arrogante con dinero.

—Gracias por esperarnos chicos—una voz interrumpe nuestra conversación, nos volteamos a ver; son las
gemelas—. Sabemos que no pueden vivir sin nosotras—habla Zara.

—Es que somos un gusto
de ver—agrega Clary (la otra gemela) guiñándome un ojo.

— ¡Oye, chica! Deja de guiñarle el ojo a mi novio—la reprende Tany—, busca el tuyo—dice haciendo pucheros. —Tany, no te pongas celosa, sabéis que también te queremos a ti—Zara le da un beso en la mejilla—, tú eres nuestro amor.

— ¿Segura que ustedes son solo amigas?—les pregunto a las gemelas señalándolas y no es que piense que algo raro. Las tres me miran y comienzan a reírse, ellas son unas locas inseparables.

Comenzamos avanzar para entrar a clases, noto que Clary se acerca a mí.

— ¿Dónde está tu jodido amigo?— pregunta.

—No tengo idea—contesto. Trevor siempre me pone en esta situación, lo más
probable es que anoche se hubiera ido a una fiesta y como es de costumbre quedarse hasta la mañana, pero no le digo, ya que son novios o algo parecido, aunque ella debería saber cómo es él.

—Adiós, cariño. Nos vemos en las prácticas—se despide Tany, antes de irse se acerca para enredar sus brazos en mi cuello y darme un beso al cual correspondo acercándola un poco más a mí; después de unos segundos no separamos.

Las gemelas se despiden y las tres se marchan juntas a sus respectivas clases.
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Ya es la quinta hora, me he sentado al fondo de la clase, literatura es la materia que más me aburre y me toco tomarla por una apuesta, lo cual me armo un gran lio o más bien arme un enredo en mis verdaderas clases.

Se abre la puerta y entra un chico alto, de piel blanca, vestido todo de negro, al igual que su cabellera oscura.
No lo reconozco y eso que conozco a muchas personas, es algo que conlleva la popularidad...hablar con personas que no están interesadas en ti, solo en esa imagen que irradias y claro el dinero, el cual es de mi padre no mío.

—Permiso ¿Esta es la clase de literatura?—pregunta el chico dirigiéndose al profesor. Observo sus gestos, es más entretenido que leer un libro tan aburrido como el que nos han puesto de tarea.

—Sí, usted debe de ser el joven Zeth— contesta el profesor—tome asiento, que solo se ha perdido medía hora de clase. Procure llegar puntual a sus clases.

El chico levanta la vista buscando una silla y camina a la que está a un lado de la mía. Al caminar muchas chicas se han volteado a verlo y unas cuantas han comenzado a murmurar algunas cosas. El nuevo se sienta y saca una libreta, me le quedo mirando solo por curiosidad, hasta que el profesor habla:

—Bueno chicas, la clase es adelante no atrás—todas se voltean embobadas otra vez, para seguir con la tarea.

Por lo que he notado el chico se ha puesto nervioso por las miradas de algunas chicas, que raro es, a cualquier chico le gusta ser deseado por chicas y más cuando son guapas como ellas.

En fin, todavía faltan largos minutos para salir de esta prisión.

My Destiny  (Borrador)Where stories live. Discover now