06

1.1K 60 4
                                    

Oficinas SCM. Lunes, en el presente.

____ se quedó allí en la puerta mirando fijamente a Harry. No estaba tan seguro como había aparentado en un principio, pues aún se podía ver alivio en esos ojos azul oscuro.

Abrió la boca para decirle que aún no le había dado una respuesta, pero no pensó que fuera una buena idea provocarlo de esa manera. Parecía estar tan nervioso que lo último que ____ quería era empezar las cosas enfadándolo.

-Estoy aquí -le dijo con voz ronca.

Harry alargó el brazo y la cogió de la mano para conducirla hasta la sala de estar, que se encontraba en el otro extremo del despacho.

-¿Quieres algo para beber? -le preguntó. Ella negó con la cabeza.

-Estoy bien así. Estoy demasiado nerviosa como para beber nada.

Harry le hizo un gesto para que se sentara en el sofá de piel y entonces se acomodó a su lado, y colocó las manos sobre su regazo.

-No quiero que estés nerviosa ni que me tengas miedo, ____. Esa no es para nada mi intención. Te di una descripción bastante detallada de lo que sería nuestra relación para evitar cualquier temor o confusión. Yo solo quiero que sepas exactamente lo que conllevará nuestro acuerdo, pero nunca tuve intención de que te sintieras asustada o intimidada.

Ella le devolvió la mirada, decidida a mostrarse segura de sí misma y a ser clara.

-Confío en ti, Harry. Siempre lo he hecho. Y esa es la razón por la que he decidido aceptar tu proposición -algo tan primitivo se apoderó de sus ojos que la hizo sentirse extremadamente vulnerable, pero la sensación a su vez era pecaminosamente deliciosa y le provocó un escalofrío-. Pero tengo algunas condiciones -dijo con cautela. Harry alzó una de sus cejas y, divertido, arqueó los labios en una sonrisa.

-¿Ah, sí?

Si ____ no actuaba firme ni se mantenía en sus trece, no tendría ninguna posibilidad en esta relación. Pese a que le estaba cediendo el poder a él, ella no iba a comportarse como una imbécil sin cerebro que prefería acobardarse a decir lo que de verdad pensaba.

-Hay una cláusula que... me... ha molestado.

-¿Cuál es?

____ intentó controlar el rubor de sus mejillas porque incluso decirlo en voz alta le daba muchísima vergüenza.

-La del tratamiento anticonceptivo y los condones.

Harry entonces frunció el ceño.

-¿No puedes tomar pastillas anticonceptivas? Eso no es ningún problema, ____. Yo nunca te forzaría a hacer algo que no puedes por razones de salud. Aunque prefiero no ponerme condones, lo haré si eso significa protegerte cuando otros recursos no están disponibles para nosotros.

____ sacudió la cabeza.

-Déjame acabar. Había una parte que decía que los condones solo se usarían con otros. No entiendo lo que eso quiere decir. Pero si es lo que creo que es, entonces me quiero reservar el derecho a negarme. Darme a otro como capricho no me hace la más mínima gracia. Me asusta -se sinceró.

La expresión de Harry se suavizó y alargó la mano hasta su cara para deslizarla hasta su mentón.

-____, escúchame. El contrato es un poco engañoso en lo que a darme todo el poder sobre ti se refiere. Hasta cierto punto sí que es verdad, pero te puedo asegurar que nunca te voy a hacer algo que vea que realmente no quieres hacer. Mi trabajo es estar pendiente de tus necesidades y deseos. No valdría mucho como hombre si no puedo hacer eso por la mujer que tengo bajo mis cuidados. El máximo poder reside sobre ti, porque tú controlas mis acciones y porque quiero complacerte. Es muy importante para mí el que te complazca. Quiero que estés satisfecha y quiero mimarte, consentirte y cuidarte para que no quieras estar con nadie más que conmigo todo el tiempo.

Mi Éxtasis (01)Where stories live. Discover now