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Como era de esperar, el lugar donde iban a ir de copas era Rick's, en Midtown, un club de striptease bastante popular del que Harry, Ash y Jace eran clientes habituales. Jace y Ash ya estaban allí flirteando descaradamente con dos camareras cuando Harry entró en la sala vip. Las miradas de las chicas se dirigieron inmediatamente a Harry con el interés reflejado en sus ojos.

Él las despachó con una mirada tras pedir con tono lacónico su bebida, y ellas salieron de la suite como alma que lleva el diablo.

-¿Un mal día? -le preguntó Ash cuando Harry se sentó.

Se quería reír. «Mal día» no empezaba siquiera a describirlo. Era uno de esos días para dejar apuntado en un libro de récords. No se lo pensó dos veces y lo compartió con ellos. Jace y Ash eran las únicas personas en las que confiaba para cualquier cosa personal.

Harry hizo una mueca.

-Mi padre vino a la oficina hoy para comer conmigo.

-Mierda -murmuró Jace-. Lo siento, tío. Sé que es una putada. Y a todo esto, ¿cómo lo está llevando tu madre?

-Cené con ella el fin de semana. La tuve que arrastrar hasta la ciudad. Incluso pensé en convencerla para que vendiera la casa y se mudara a un apartamento en el centro, pero supongo que eso ahora ya no es posible.

Ash alzó una ceja.

-¿Por qué?

Harry suspiró.

-Mi padre ha decidido que la ha cagado y que quiere recuperar a mi madre. Esa fue la razón por la que quería comer conmigo hoy.

-Joder -dijo Ash. Jace gruñó.

-¡Qué narices! Se ha tirado a todas las cazafortunas de Manhattan. ¿En qué estaba pensando?

-Según él, no se ha acostado con ninguna de ellas y no significaron nada para él.

Ash puso los ojos en blanco.

-Guau. Esa es la excusa más cutre de la historia.

-Dímelo a mí.

-Dios, tu día sí que ha sido una mierda -murmuró Jace-. Primero tu padre y luego Lisa.

-Sí. Mi madre ha estado acribillándome por teléfono para criticar a todas las mujeres con las que han visto a mi padre. Y ahora me acribillará con su última ida de olla.

-¿Tú quieres que vuelvan? -le preguntó Ash con curiosidad.

-Nunca quise que estuvieran separados -contestó Harry con un tono serio-. No tengo ni idea de qué diablos le pasó a mi padre por la cabeza. Suena a una gilipollez muy grande cuando intenta explicarlo. No creo que ni él sepa lo que pasó. Así que, sí, me gustaría volver a verlos juntos, pero quiero que sean felices, y, si mi padre va a salir de nuevo con esas paranoias, prefiero que lo dejen ya. No quiero que mi madre pase por esa situación otra vez.

-Sí, te comprendo -dijo Jace.

-Y hablando de reconciliaciones -dijo Ash de forma casual-. ¿Qué narices estaba haciendo Lisa en tu oficina?

La mandíbula de Harry se tensó y sus dientes rechinaron. Lo último que Harry quería era hablar de Lisa, pero también sabía que sus amigos tendrían curiosidad. Estuvieron apoyándole cuando Lisa lo dejó. Se quedaron a su lado cuando ella empezó a sacar mierda, y era normal que se preocuparan cuando ella había vuelto a aparecer.

-¿Echaste a la loca esa y le dijiste que se fuera a la mierda? -le preguntó Jace con el ceño fruncido.

Harry rio entre dientes, animándose. Siempre podría contar con Jace y Ash para ir directos al grano y sin pelos en la lengua.

Mi Éxtasis (01)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora