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____ se sentó en la cama vestida con una de las camisetas de Harry que le llegaba casi hasta las rodillas. Harry estaba en la ducha y ella estaba esperando, nerviosa, a que volviera a la cama. Le había llevado su tiempo decidir exactamente qué era lo que quería decir. No había querido reaccionar demasiado rápido cuando sus emociones eran tan difusas. No había querido decir o hacer nada de lo que luego pudiera arrepentirse. La situación era demasiado importante.

Pero ahora ya había reunido todo el coraje que necesitaba y estaba lista para enfrentarse a Harry. No con un ultimátum, sino con la verdad.

La puerta se abrió y él salió con una toalla enrollada en la cintura. El pelo lo tenía mojado y el torso brillante por la humedad de su piel. Era... guapísimo. No había otra palabra para describirlo.

La toalla se deslizó por sus piernas cuando él se agachó para sacar la ropa interior de la maleta, así que ____ obtuvo un primer plano de su culo, y, cuando se giró, de su miembro, que era impresionante incluso estando completamente relajado.

Ella apartó la mirada; se sentía culpable de estar comiéndoselo con los ojos así como si nada. No se quería distraer.

Cuando Harry se acercó a la cama, ella cogió aire y se lanzó al ataque. Si no lo soltaba ya, nunca le iba a decir todo lo que necesitaba para desahogarse. Era mejor decirlo ya sin importar lo poco elegantes que fueran sus palabras.

-Odié la noche de ayer -dijo abruptamente, las palabras sonaron suaves y vacilantes. Él cerró los ojos por un momento y se quedó quieto en la cama sin tumbarse. Estaba sentado en el borde, manteniendo una pequeña distancia entre los dos.

-Lo sé -le respondió él en voz baja.

Ella continuó, sabía que aún tenía mucho más que decir. Mucho más que necesitaba sacar.

-Odié que me tocara. Sé a lo que accedí, Harry. Sé que firmé un contrato. Y sé que dije que no me oponía completamente a la idea, o al menos a experimentar. Pero no quiero que nadie excepto tú me toque. Me sentí violada. Me sentí sucia. Y no quiero volver a sentirme así en la relación que tengo contigo.

-Dios, cariño, no -le susurró.

Su rostro estaba afligido y su mirada se veía herida.

Pero, aun así, ella continuó. No quería dejarlo hablar todavía.

-Me importa un comino lo que el contrato diga -le dijo con la voz rota-. Lo odio. Ahora mismo, el único hombre que quiero que me mire eres tú. No quien tú decidas que quieres dejar que me use como su juguete sexual.

Un sonido ahogado salió de la garganta de Harry, pero ____ alzó la mano y lo hizo callar. Estaba decidida a sacárselo todo de encima. Dios, no le podía dejar que la interrumpiera ahora o nunca volvería a tener el coraje suficiente para decir todo lo que tenía que decir.

-No lo volveré a hacer -____ negó con la cabeza con firmeza para reafirmar su declaración. Para que supiera que iba muy en serio-. Sé que accedí a ello, pero no lo quiero. Nunca lo voy a querer. Odié cada minuto que pasé. Y si vuelve a ocurrir de nuevo, se acabó. Me iré y nunca regresaré.

Como si no se pudiera contener ni un minuto más, Harry se echó hacia delante y la estrechó entre sus brazos y mantuvo contra su pecho. La abrazó tan fuerte que ____ apenas podía respirar.

-Lo siento, ____. Lo siento muchísimo. Nunca más volverá a ocurrir. Jamás. Nadie te tocará. Dios, yo también odié cada minuto de lo que pasó. Iba a parar la escena, pero entonces te oí gritar. Escuché el miedo en tu voz y te oí decir que no. Y yo te juré que esa era la única palabra que ibas a necesitar pronunciar para que yo u otra persona paráramos. Y luego ese hijo de la gran puta te pegó antes de que yo pudiera llegar a ti. Por todos los santos, nunca me perdonaré por eso, ____. Nunca. Por ese miedo, por ese cabrón que quería obligarte a hacer cosas que tú no querías.

Mi Éxtasis (01)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt