76 11 20
                                    

Estuve pensando una y otra vez ese día por un par de semanas. Rohan antes de que me gritara de que me largara de su casa me iba a mostrar un boceto con tal de hacerme lo mismo que Koichi pero parece que se arrepintió. ¿Por qué?

Últimamente he tenido más sueños con él y sueños poco decentes. Creo que me estoy volviendo loco.

Tan solo tomo la almohada y la restriego en mi rostro con ese sonrojo que no sé cómo disimular. ¡Genial! No puedo quitarme sus ojos, su rostro, su sonrisa, su voz de mi cabeza. ¿Qué le dire ahora a Okuyasu? Ya no me quedan más excusas para decirle que no quiero verlo pero tampoco es su culpa, solo he perdido interés en hacerlo tras eso.

Ya basta, tienes novio, recuérdalo. Ese imbécil te odia, tu lo odias, es algo mutuo como con Okuyasu. ¡No! No no, a Okuyasu yo lo quiero, lo amo.
Creo que el imbécil aquí soy yo.

Me levanto de una vez por todas de la cama pero porque mi mamá lo pedía. No la entiendo, solo dice que tengo vista. Me visto lo más rápido que puedo de manera casual, me tuve que ir rápido al baño para peinarme y seguía con una cara de sueño que mi mamá me va a cachetear. Ya, una vez que mi hermoso peinado estaba listo y mi rostro se veía decente pude bajar.

–Josuke –se dirigió hacia mi Jotaro.

Supe en ese momento por su mirada no traía buenas noticas pero su tono serio de siempre decía que era un asunto bastante importante. Hizo un gesto con la cabeza con la cabeza para salir, allí pude ver que atrás de mi estaba mi pareja y mi mejor amigo. El grupo estaba reunido, esto no suena bien.

–Mamá, voy a salir con Jotaro.

–No me des excusas para no mostrar un poco de respeto a nuestro invitado –se queja–. Siempre buscando evadir tus responsabilidades. Te estás ganando el castigo, mocoso.

–Señora Joestar –interrumpe Jotaro–, no se preocupe, es mi imprudencia por no avisar con anticipación pero es que de verdad necesito a Josuke ahora.

Ella le quedó mirando y le sonrió pero luego me quedó mirando por un rato a mi. Hoy estaba actuando un poco extraña.

–Está bien, le hará bien despegarse de los videojuegos por un rato. Y por última vez, Jotaro llámame por Tomoko.

Mi madre sonríe melancólica hacia mi y para ese momento yo ya había cruzado el umbral al mientras la miraba antes de cerrar la puerta. Hay veces que quisiera saber qué le pasa y que me contara qué le sucede.

Jotaro nos pasa una foto una vez que estamos en un lugar seguro para hablar dijo que supuestamente mi padre me estaba buscando para saber qué mierda hacia con mi vida y solo encontró un extraño stand como si fuera compuesto de líquido, stand el cual pertenece un hombre muy peligroso el cual se supuestamente debería estar muerto.

–¿Preguntas? –finaliza Jotaro.

–Si, ¿qué mierda le importa a él qué hago con mi vida?

–¡Josuke! –me regaña Koichi con una mirada juzgadora hacia mi.

Jotaro suspira, parece bastante agotado.

–Entiendo que deseas que tu padre esté presente, que no viaje tanto, que esté para ti y tu madre y él se arrepiente tanto pero solo quiere saber cómo acercarse a ti porque te nota distante.

Puedo comprender que mi comportamiento no sea el usual de siempre pero no me gusta. Se supone que él ama a mi madre, que es algo mutuo y que por eso se casaron pero no fue así, se casaron porque yo estaba en el vientre de mi madre. Soy el pegamento en la relación de mis propios padres y eso me da pena saber con el tiempo porque estoy abierto a cumplir cada expectativa de ambos para mantener lo que tienen a flote. Aún recuerdo cuando me enfermé mi madre estaba furiosa con mi padre porque no había regresado, en excusa él decía que mi hermanastra estaba en las mismas hasta con el mismo riesgo de fallecer que yo. Solo nos llegó una llamada y era la de Jotaro en representación de Joseph, mamá tuvo que reconfortarse con eso.

NiégameloOnde histórias criam vida. Descubra agora