Capitulo 5

834 141 42
                                    

Donghae estaba bebiendo un batido de chocolate con Siwon, después del encuentro que tuvieron en la iglesia habíamos seguido en contacto, resultó ser un buen oyente y bastante comprensivo. El rubio había salido de trabajar apenas unos cuantos minutos atrás y se quedaron de ver ahí.

—Creo que deberías decirle lo de la fiesta de cumpleaños que planeas, dices que está muy...ocupado en su trabajo. No quiero que te desilusiones.- Responde el hombre sonriendo cortésmente.

—Lo se, pero yo quería que fuera especial.- Susurra el más joven.

No le había dicho mucho a su acompañante respecto a su matrimonio y menos mencionó lo del mensaje. No sabía si confrontar a Hyukjae o simplemente ignorar las palabras que le mandaron. Cada vez que las recordaba su estómago se revolvía en un sentimiento incómodo.

—Estoy seguro que así será. El te ama, después de todo es tu esposo.- Anima el moreno revolviéndole la cabellera en un gesto juguetón. Donghae solo sonríe algo avergonzado antes de responder.

—Tienes razón.- Le sonríe ampliamente bebiendo un poco más de su bebida de chocolate.

—Todos los matrimonios pasan por un momento inestable, es común. Pero ahí que ser pacientes y actuar rápido.- Aconseja Siwon en una amplia sonrisa.

—Muchas gracias, te dejo debo pasar a la tintorería.- Se disculpa el joven poniéndose de pie y sacando la billetera.

—No te preocupes, yo invito.- Añade colocando una de sus manos sobre la del rubio haciéndolo sonrosar.

—Gra-Gracias.- Murmura avergonzado, toma sus cosas y sale corriendo en dirección al auto.

¿Que le sucedía? Era un hombre casado por qué se ponía así con Siwon. Era bastante guapo, eso no lo negaba pero de ahí a tartamudear y avergonzarse. Suspiro y le restó importancia al asunto, encendió el auto y manejo hacia la tintorería para recoger algunos trajes.

Después fue a la lavandería, estacionó su auto y bajo con la bolsa de ropa sucia, entró en el lugar, solamente estaba un muchacho sentado en espera de su ropa. Echo su ropa y espero a dos asientos del desconocido, era bastante alto y delgado con un gesto serio, no se dio cuenta que lo veía fijamente hasta que giró el rostro.

—¿Hola?- Cuestiona el más alto sonriéndole algo divertido.

—Hola.- Responde rápidamente viendo nuevamente al frente, concentrándose en la ropa que agitaba una y otra vez dentro tras el vidrio.

—¿Cómo te llamas?- Pregunta acercándose un asiento más cerca del rubio. Donghae voltea a verlo y le sonríe mientras siente como las mejillas se colorean de rosa.

—Lee Donghae.- Contesta escuetamente.

—Jung Yunho.- Se presenta el otro con la diversión en la voz. —Te he visto algunas veces por aquí, eres alguien difícil de dejar pasar.- Agrega con el tono juguetón y coqueto.

—¿Gracias?- Responde algo confuso ante la voz del otro.

—De nada, jamás había visto un rostro tan hermoso con una actitud tan adorable.

Donghae lo voltea a ver con las orejas ardiendo sin saber que responder.

—Tengo que hacer una...- El rubio carraspea aclarándose la garganta. —Llamada.- Agrega antes de levantarse corriendo hacia la puerta, el hombre solo sonrió y negó volteándose al frente de nuevo. El rubio marca el número de su esposo y espera pacientemente que le responda. Tomaría el consejo de Siwon y le preguntaría a él mayor sobre su cumpleaños.

—Teléfono del presidente Lee Hyukjae habla su asistente Jeon Sunhee ¿Quien es?- Pregunta la voz de una mujer al otro lado de la línea.

—Habla Donghae, su esposo ¿Donde está..?- Cuestiona el otro, acaso la mujer no vio el número registrado.

—Ohh, Hyukkie está descansando en su habitación, estaba en la cocina preparándole algo para el dolor de cabeza.- Responde la voz aguda con un tono demasiado inocente que lo irritaba demasiado.

—Quiero hablar con mi marido.- Pide el más joven sintiendo el nudo en la garganta y los ojos llorosos.

—Lo siento, el esta muuuuuy agotado.- Dice Sunhee terminando la frase con una risita tonta.

—Dile que es urgente.- Ordena el rubio, trata de sonar fuerte y autoritaria pero solo logra que le tiemble la voz y el labio.

Las palabras del mensaje la noche anterior volvían a su mente, rondaban en su cabeza repitiéndolo una y otra vez. Parecía que se habían grabado a fuego vivo en su cerebro y no desaparecerían con facilidad, le dolían en su corazón y el resto de su cuerpo.

—Mira lo estoy atendiendo como es debido ya que su esposo parece que no puede hacerlo.- Después la tal Sunhee le cuelga, el rubio se queda escuchando el pitido de su celular casi en shock.

Durante su vida había pasado por situaciones raras, dolorosas e incómodas, en las que no sabía que hacer. Todo a su alrededor se volvió borroso y la vista se le nubló por las lágrimas que caían por sus mejillas. Jamás creyó que algún día tendría miedo de volver a su propia casa, a su hogar, nunca pensó que estaría aterrado de lo que podría encontrar ahí. Y mucho menos miedo de que Hyukjae le pudiera herir, por primera vez en años y quizá en toda su vida se sentía tan...solo.

El final de un corazón rotoWhere stories live. Discover now