Capítulo 15: Hermanos

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—Entonces a por el duque cuando puedas caminar —Katrina hace una pose de guerra que provoca que Aiden y yo riamos divertidos.

Hace dos días desperté, dos días donde el rey no ha dado rastros de recordar mi existencia dentro de su casa, Trina ha ido a nuestra casa y dijo que todo está hecho un desastre allí, los soldados hicieron destrozos en nuestro hogar así que mientras regresamos a acomodar trajo hasta aquí nuestros objetos más preciados para no correr el riesgo de perderlos. Les comuniqué a ambos que he decidido hablar con los Lovelace, me vi a punto de morir y si eso hubiera pasado entonces ellos hubieran perdido a un miembro más de su familia sin saberlo, estar a punto de morir me dio la respuesta a este embrollo.

Todos merecemos una segunda oportunidad, sobre todo si quien la anhela comparta sangre contigo. Ariana merece saber que tiene dos nietos aparte de Alan y sobre todo la familia completa ha de saber que mi padre está muerto, es cruel que sigan teniendo la esperanza de verlo cuando él jamás va a regresar.

Deben saber su pérdida y llorar su luto, si después de eso no nos quieren en sus vidas estará bien, cada uno puede seguir la senda de su camino sin enlazarlos para nada.

—La verdad siempre encuentra un camino para ver la luz, solo es cuestión de tiempo que ellos encuentren las piezas del rompecabezas que les faltan y den con la historia completa —les digo encogiéndome de hombros con cuidado de no moverme brusco de ninguna manera —. Solo haremos que encajen un poco antes, hay muchos corazones enredados aquí que merecen consuelo.

—He escuchado que habrá una reunión de nobles mañana para asuntos políticos del reino, como representante de la casa de Lorieta seguramente Guillermo estará aquí —comenta mi hermano sentado en el borde de la cama donde aún permanezco acostada —. Podríamos hacer que venga hasta aquí.

—En realidad eso no suena mal —Katrina sonríe de manera que me indica que su cabeza loca ya formó un plan completo —. Podríamos hacer que el duque encuentre a sus sobrinos por casualidad, ¡que emoción! De seguro voy a llorar.

—Trina —arrastro las vocales de su nombre con un tono de advertencia para que se detenga en lo que esta maquinando.

—Oh vamos, por las barbas del conde de Bairam, Crystal tu ni siquiera debes moverte solo tienes la parte narrativa —sonríe mostrando los hoyuelos que se forman en sus mejillas de manera casi adorable —. Después de todo, el objetivo es que tu familia sepa de ustedes.

—¿Estás seguro de esto? —miro a Aiden para confirmar que realmente él quiere vincular su vida a ellos.

—Sería genial tener un primo —susurra con las mejillas encendidas, tiene vergüenza de decirnos que esta querido con fuerza tener una familia más grande que esta.

—Entonces, debido a mi incapacidad temporal yo te nombro a ti Katrina, la líder de esta misión —le digo a la rubia que rompe a reír llena de emoción ante la idea.

—Solo esperemos que no retrasen la reunión por la lluvia —Aiden suspira dejándose caer hacia atrás sobre el colchón —. Ha llovido desde anoche y los caminos deben estar poco transitables.

—Bueno, pues que el destino decida cuando nos ha de reunir con Guillermo —digo mientras veo a Trina sentarse en el hueco que queda libre en el colchón.

—Lo importante es que pase lo que pase siempre vamos a tenernos los tres —Katrina susurra mientras se acurruca sobre la cama, sonrío había ella girando levemente en su dirección y Aiden se apresura a quitarse los zapatos y arrastrarse hasta quedar en la mitad de ambas.

Allí y con el sonido de la lluvia que choca con los cristales de las ventanas al fondo los tres nos quedamos en un silencio agradable, tras algunos segundos donde los pensamientos se cruzan en mi cabeza sobre toda mi vida en general siento a Aiden acercarse más a mi hasta que su cuerpo queda tan cerca que siento el calor que desprende, Katrina lo imita acercándose hasta que puede acariciar los mechones rebeldes de mi hermano con una mano y empieza a cantar apenas audible una canción de cuna, esta yo la conozco, esta es la que mamá cantaba para Aiden y para mi cuando no podíamos dormir.

Con cuidado de no lastimarme paso un brazo alrededor de Aiden, el niño no tarda en empezar a adormecerse entre la canción, la lluvia y el calor que podemos brindarle la rubia y yo. Debió estar muy asustado, para él seguir la vida sin mí sería imposible y lo sé porque sin él yo tampoco podría continuar.

Somos hermanos, eso es todo cuanto me importa aquí y ahora.

El amor eterno, leal y valiente entre tres hermanos unidos por lazos sagrados entre sus almas.

Las palabras de aquella gitana llegan a mis recuerdos como una ola que se ha perdido de la corriente, sola y sin que le esperara. Así Katrina no tenga nuestra sangre el cariño que existe entre nosotros basta para que pueda llamarla mi hermana.

Aquí y ahora no me importa que Kel eso libre, no me importa que la herida me duela, no me importa los problemas que tenga con los Lovelace, ni siquiera me importa que el rey este ignorando mi existencia. Aquí y ahora todo cuanto me importa son mis hermanos y el hecho de que a pesar de las situaciones difíciles a las que nos hemos enfrentado estamos bien y permanecemos juntos.

—Se ha dormido —susurra Katrina mirando al chico que respira con tranquilidad en la mitad de ambas.

—Dejémoslo descansar, se llevó un susto terrible —susurro mientras aparto de su frente mechones castaños que caen de manera rebelde —. Duerme, hermanito.

—Tú también deberías dormir, necesitas fuerzas para lo que se viene —sonríe divertida y me contagia de su entusiasmo.

—No deben pasar las tres de la tarde —digo mirando el exterior a través de la ventana que permanece cerrada para que la lluvia no se cuele al interior de la habitación.

—No importa la hora, importa que estamos juntos a salvo —susurra ella cerrando los ojos para seguir a Aiden en un sueño tranquilo.

Mis hermanos.

En el nombre del reyWhere stories live. Discover now