Capítulo 13

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El tiempo se había pasado volando y  ahora me encontraba en la estación para tomar el tren a Hogwarts. 

–¡Hey Sarah!– era Mandy, me alejé de los Weasley para llegar a donde ella estaba–Me encanta tu suéter-había decidió llevar el suéter que me había hecho mamá

-Muchas gracias, mamá lo hizo por Navidad...

-¡Hola chicas!–dijo Terry mientras se acercaba a nosotras

-Hola Terry–contestamos a unisono

–¿Por qué no vamos subiendo? Así tendremos mayor probabilidad de conseguir un buen lugar

–Por supuesto, iré a despedirme–comenté. Fue así que regresé con los Weasley para tomar mi equipaje–Muchas gracias por todo, realmente me la pasé muy bien

–No tienes nada que agradecer nena, nos ha encantado que hayas venido a casa para las fiestas. 

–¿Cuídate mucho sí?–prosiguió mamá–Prométeme que no te pondrás en ningún peligro–oh no..., eso no podía prometerlo–¿Sarah?–tenía que hacerlo, coloqué mi mano en la parte de atrás y crucé los dedos

–Lo prometo...–Mamá me abrazó inmediatamente

–Cuídate mucho nena ¿sí? No olvides que te amamos demasiado

–Yo también a ustedes–les di un último abrazo y caminé hacia Mandy y Terry

–Tengo demasiada hambre, creo que me devoraré todas las ranas de chocolate–Mandy y yo reímos

–Ay Terry...

Al llegar a Hogwarts lo primero que hice fue correr a la enfermería pues Harry y Ron me habían dicho que Hermione había tenido un accidente al usar un pelo de gato para la poción multijugos. Hablamos un rato después de que se lo rogara a la Sra Pomfrey y luego volví a mi habitación; tenía que terminar los deberes de posiciones. Así lo hice y tras varias horas, Mandy y yo fuimos al gran comedor por algo de comer y después simplemente volvimos a la sala común y hablamos un poco con las chicas. En cuanto dieron las diez, todas nos fuimos a la cama pues, al menos para quienes habíamos llegado en el expresso, había sido un día cansado y mañana empezarían de nuevo los entrenamientos de quidditch ya que nuestro próximo partido sería con Slytherin 

[...]

El partido no salió muy bien pues Jeremy y Duncan terminaron en la enfermería. No habíamos hecho muchos puntos pero estaba segura de que podríamos recuperarnos en el siguiente partido.  Ya habían pasado algunas semanas desde que regresamos a Hogwarts y Hermione aún seguía en la enfermería. Ron, Harry y yo íbamos a verla todos los días con el pretexto de llevarle los deberes. 

—Si a mí me hubieran salido bigotes de gato, aprovecharía para descansar — dijo Ron cuando terminamos de entregarle todos los libros a Hermione

—No seas tonto, Ron, tengo que mantenerme al día —replicó Hermione, a quien ya le había desaparecido el pelo de la cara y los ojos– ¿Tienen alguna pista nueva? —susurró para que la  señora Pomfrey no nos escuchara. 

—Nada —contestó Harry 

—Estaba tan convencido de que era Malfoy... —dijo Ron 

—¿Qué es eso? —preguntó Harry, señalando algo dorado que sobresalía debajo de

la almohada de Hermione.

—Nada, una tarjeta para desearme que me ponga bien—dijo Hermione intentando esconderla pero Ron se la quitó para leerla en voz alta. 

La Heredera de Ravenclaw y La Cámara de los SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora