Cap 31

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— ¡Anthony, muchacho! ¡Mira cuánto has crecido! Pasa, pasa, por favor.

El señor Frank Storm, lo recibía en su casa. El tío de Susan, quien lo había querido mucho desde que lo conoció.

— Por favor, toma asiento mi querido muchacho— el señor Storm se sentó frente a él  y de pronto su sonrisa bonachona cambió a un gesto derrotado— Supongo porqué vienes.

— Sí, me enteré hace poco de la muerte de ella— Su voz salía en un pequeño hilo.

— Bueno, hijo. Cosas de la vida, recuerdo haber hablado con ella hace unos días atrás, me dijo que estaba muy feliz de por fin ser madre y no sabes lo doloroso que fue para mí recibir el telegrama informándome de su muerte— El señor Storm juntó sus manos y miró hacia arriba— Tal parece que fue ayer cuando también sus padres murieron y me dejaron aquí a una bebé de apenas seis meses.

Tony sonrió ante las memorias de aquel buen anciano. Dada la buena postura de él, el viejo continuó — Y no creas que no me acuerdo cuando llegaste tú, eras un muchachito rebelde que parecía que todos se le atravezaban en el camino. Ah, pero como suspirabas de enamorado cuando la viste por primera vez— Tony lo miró con asombro.

— Vaya, y yo que pensé que mi amor era secreto.

— Pues no lo ocultaste bien, a leguas se notaba como te brillaban los ojos cada que mi niña bajaba las escaleras y te sonreía— Suspiró con derrota— ¿Sabes una cosa, hijo?

— No, mi buen anciano. ¿Qué?

— Hubiera preferido que tu te casaras con ella y no ese chupa sangre de Víctor.

Tony suspiró resignado— Decisiones son desiciones y nada más queda respetarlas aunque en el camino uno se estrelle— el viejo asintió compartiendo su criterio. Tony lo miró, después volvió su mirada al suelo — Sabe señor Frank, yo quería pedirle la- No terminó la frase, no podía ni quería pero el anciano entendió perfectamente.

— Por supuesto hijo, te anotaré todo. Mi niña y tu merecen despedirse.

...
"Susan Von Doom 1958-1997"

Eso decía la lápida de quien en vida, fue su primer amor.

Tony se sentó a un lado, en el pasto junto a ella— Hola Susan, so-soy yo, A-anthony. Tu tío me dijo donde estabas, y quería pasar a... Despedirme de ti—Acarició con delicadeza el mármol— Susan, yo quería decirte que estabas muy hermosa cuando te volví a ver pero no tuve valor. Tampoco lo tuve cuando te conocí — En su mente se reproducía como una película, cuando llegó a Texas buscando trabajo de cualquier cosa y fue recomendado con el señor Frank Storm, allí trabajaba alimentando a las vacas y a los caballos, también aseándolo. El señor Frank le tomó mucho cariño pronto, tanto que no lo mandó a dormir con los otros obreros, le acomodo un cuarto de huéspedes y lo dejaba frecuentar la casa. Hasta que un día, él con sus tan pocos quince años de vida, se enamoró de la hermosa rubia que bajaba de las escaleras. Tony se enteró que ella ya era mayor, tenía veintiún años.

Muy pronto se hicieron buenos amigos, aunque Tony estaba desecho por ella, las tardes en su tiempo libre se la pasaba  escribiendo canciones, sólo pensando en ella. Se las dedicaba a la hora del almuerzo y también en las cenas, con descaro frente a su tío a quien no le incomodaba para nada el amor disfrazado en canciones por el joven.

Por un momento Tony pensó que la señorita Susan se enamoraría de él tanto como él ya lo estaba. Pero todo fue aclarado cuando un día ella llegaba haciendo alboroto a su tío "¡Me voy a casar!" presumía a todos, el anillo de compromiso. Víctor Von Doom, era el afortunado, Tony fue invitado a la boda, pero ni siquiera pensó en aparecerse por allá. No sabe cómo aguantar los primeros años de ellos casados, Víctor la engañaba en sus narices pero él creyó que Susan se daría cuenta pronto y él estaría allí para consolarla.

Nada de eso sucedió, por lo que un día sólo se perdió de Texas, lejos de todos. Hundido en el licor y en las apuestas, aunque aún manteniendo contacto con Víctor debido a unos negocios.

— Mi amor— Se atrevió a decir Tony— Te compuse una canción cuando me marché lejos de ti. Me había prometido no cantarla para nadie más pero una vez rompí mi promesa y se la canté a un error.

"Nocturno de celaje deslumbrante, tu encanto rememoro a cada instante"

Comenzó a cantarle.

"Romance, de un momento en que vivieras con el alma iluminada, descubriendo en tu mirada un amor que nadie tuvo para mí. Aunque aciago el destino, dividió nuestro camino y angustiado para siempre te perdí.

Fatalidad signo cruel, que en su rodar se llevó el mas valioso joyel que tu querer me brindó. El valor permanente de un cariño que ávido como un niño de ti tanto esperé. ¿Por qué te fuiste mujer? Como un sueño fugaz, dejando en todo mi ser una ansiedad pertinaz, ahora espero en las noches tu regreso al sitio donde un beso fue chispa de mi fe"

Al terminar la canción, se limpió las lágrimas y sonrió. Con cuidado se acercó a besar la lápida donde su primer amor se hallaba.

—  Hasta siempre, Susan.

El SinvergüenzaWhere stories live. Discover now