Min Yoongi, el típico morro castroso de los plumones, si te atreves a perderle uno de sus poderosisímos plumones, considerate muerto, compa.
y luego está Kim Taehyung, el vato que esta al culo de pendejo enamorado de Yoongi, así que se le ocurrió l...
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El sol se asomó por la ventana esa fría mañana, dando por comenzado un día más en el cual tendrían que reprimir los instintos asesinos que tiene cierto pálido hacía su padre.
Taehyung poco a poco se levantó algo adolorido, pues tuvo que dormir en el sofá debido a que su pequeño Hyung se había adueñado de su habitación.
Somnoliento se quedó un buen rato mirando una chancla, tratando de investigar telepáticamente de quien era; así hasta que escuchó un gritó desde el pasillo de su habitación.
—¡Alerta amarilla, alerta amarilla! —se escuchó que Hoseok corría cómo desquiciado por todo el apartamento, y su humor mañanero hizo de las suyas.
—¿De qué mierda hablas, Hoseok? —preguntó de mala gana mirando con recelo al pelinaranja.
—¡Se nos escapó Yoongi! —tan sólo esas palabras lograron despertarlo por completo y lo hicieron comenzar a sentirse preocupado; ah, y también despertaron a Jungkook, el cual había dormido en el piso de la cocina por falta de muebles cómodos.
—¡¿Cómo es eso de que se nos escapó la wawa?! —gritó Jungkook sorprendido. —¡Dijo que lo cuidaría, Hyung! —reprendió con un puchero mirando con desaprobación a Hoseok.
—¡No se preocupen! —dijo Tae tratando de calmar la situación. — Lo llamaré. —dice mientras saca su celular y marca el número del rubio chico.
Entonces el celular comenzó a sonar en la sudadera de Jungkook, haciendo que ambos mayores lo mirarán con una ceja alzada.
—Hobi me dijo que se lo quitará. —se excusa rápidamente. —Es su culpa.
—Después me agarran a escobazos, ahora salgamos a buscar a mi bebé. —dijo Hoseok, tomó una hoja de papel y anotó una dirección en él, para posteriormente entregárselo a Taehyung. —Yo iré a la casa de la tía de Yoon, tal vez fue a ver a su madre, —comenta mientras se pone sus zapatos al igual que los otros chicos. —tú, Tae, irás a su casa, esa es la dirección, —el mencionado mira aquel papel. —y tú, Jungkookie, es mejor que te quedes por si regresa.
Ambos asintieron sin rechistar, y cada quién se fue por su camino, excepto Jungkook, quien pidió algo comida a domicilio para que Yoongi desayunara por si volvía.
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