Capitulo 2

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Draco jamás pensó que cada mañana (desde hace una semana) despertaría encontrando a Harry Potter en su cocina preparando el desayuno al ritmo de una canción muggle con su hijo que reía a carcajadas e intentaba bailar.

Los elfos siempre miraban mal al castaño cuando éste les decía que él cocinaría y luego sonreían cuando éste les pedía hacer o traerle algo, sí, definitivamente no lo esperaba pero mentiría si no dijera que le gustaba encontrar esa escena cada mañana.

-Hola. -le sonrió Harry, acercándose a donde se encontraba.

-Hola. -respondió con una sonrisa.

-Papi, Harry me dejó ayudarlo a hacer el desayuno. -mencionó acercándose a su padre.

-¿En serio, Scorp? -preguntó alzando a su hijo, quien asintió con una sonrisa.

-¿Por qué no vamos a comer? -menciono Harry dirigiéndose a la cocina, pero fue detenido por Minsy quien le apunto la mesa-. ¿Qué pasa? -preguntó mirando hacia allí confundido.

-Amo Harry, siéntese, nosotros nos encargamos ahora. -dijo empujando al castaño hacia la mesa.

Draco en serio que intentó contenerse pero no pudo evitar soltar una carcajada y fue seguido por su hijo, atrayendo la atención de Harry.

-Sí, muy gracioso. -dijo Potter, pasando de largo a ambos rubios que sólo rieron aún más.

Entre pláticas y risas el desayuno y la mañana pasaron volando, Harry se preguntó cómo sería poder "tener" ésto todas las mañanas, no más bien todos los días.

Draco amaba cada pequeño detalle de Harry, descubrió que éste sonreía por la más mínima cosa (en especial si Scorpius estaba involucrado), que cuando estaba nervioso giraba una pulsera que tenía en la mano derecha, que cuando algo lo alegraba sus ojos se iluminaban y sonreía más brillante que nunca, que prefería el café dulce al té o que cuando cocinaba siempre ponía música y bailaba lentamente.

Harry descubrió que Draco amaba los chocolates, también que cuando se ponía nervioso miraba a los lados y luego hacia arriba, si estaba contento tarareaba una canción (que no conoce) y si estaba enojado (con Scorpius) era la copia exacta de Lucius Malfoy.

Ambos notaron los pequeños detalles del otro, ambos amaron esos detalles pero ninguno tenía el valor para decirlo. Hasta que una botella de buen vino y un Scorpius decidido de que era hora de que Harry se convirtiera en su "mami" hicieron presencia un viernes por la noche.

-Harry, ¿tú serías mi madre? -preguntó mirando esperanzado al castaño.

-Scorpius, eso no depende de mí. -dijo mirando a Draco, quien se encontraba en el ventanal abierto leyendo una carta.

-¿Y si yo te ayudo? -dijo mirando a su padre que convocó una silla para sentarse-. Hoy es viernes y puedo ir a casa de Luke a pasar la noche. -propuso mirando a Harry.

-¿Quién es Luke? -pregunto mirándolo.

-El hijo del tío Blaise. -Harry casi (casi) se golpea la frente al olvidar a su ahijado.

¿Su ahijado? preguntarán, bien les explico, dos años después de la guerra hubo una cena donde Ronald Weasley presentó formalmente a su esposo (sí, esposo) Blaise Zabini, con quien tenía una relación desde quinto año y ahora esperaban a su primogénito*, los Weasley pusieron el grito en el cielo pero luego de muchas explicaciones ellos aceptaron de buena manera al nuevo integrante de la familia. Luego de que Ron le pidiera muchas disculpas a sus amigos, le sonrió a Harry y preguntó si éste quisiera ser el padrino de su hijo ("Draco también es su padrino, a petición de Blaise" fue lo que le dijo) y sin poder evitarlo éste aceptó gustoso y aprovechando el momento les dijo a su familia (de corazón) sus preferencias sexuales, los demás sólo contestaron con un muy divertido: "Al fin."

||¿Quieres ser mi mami?||Where stories live. Discover now