XII ° Paseo De Media Tarde °

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 "Luego de regañarse a si misma, se sentó en el sofá de la sala con fastidio y decidió admirar la flama de la chimenea, acurrucándose mientras sus ojos se cerraban lentamente".

...

- Vaya que descuidada, me ignoro por completo y se durmió en el sofá – soltó el castaño con una mirada neutral – que remedio, traeré una manta.

 Alastor no entendía realmente que lo había motivado a ayudar a aquella joven, normalmente no le importaba lo que le sucedía a los demás, mucho menos a los extraños, pero cuando la oyó gritar, su voz lo atrajo, y una vez que la tuvo cerca, aquellos ojos y esa mirada despertaron un fuerte interés en el castaño, era curioso, y quería averiguar a que se debía esa sensación, quizás tuvo suerte de que ella estuviera desahuciada y no recordara lo que le sucedió, ya que era la perfecta excusa para llevarla a su casa.

 El mayor sonreía casi de manera siniestra, mientras cubría con una manta a la pequeña muchacha que descansaba plácidamente en el sofá, le agradaba como lucia ella con su ropa, su cuerpo era pequeño y no poseía grandes atributos, pero se veía muy linda de ese modo, como una pequeña niña indefensa.

- Mierda... No debería verla de ese modo, parezco un pederasta – pensó el mayor mientras masajeaba su cuello con cansancio.

 La observo dormir unos pocos minutos y luego se retiró a su habitación, estaba agotado y debía madrugar, ya que tenía trabajo al día siguiente en la estación de radio.

...

 Eran ya las 9 de mañana, Ágata se estiraba en su lugar para sacar la pereza de su cuerpo, no recordaba en qué momento se había dormido, pero se sentía totalmente descansada, se levantó lentamente del sofá dirigiéndose al baño para lavar su rostro y arreglar su cabello. Le parecía raro no haberse topado aún con Alastor, pero imagino que seguía dormido.

 Ya en la cocina se preparó un delicioso café el cual olía particularmente bien, mucho mejor que el que bebía en el infierno. Se sentía un tanto incomoda por usar las cosas del mayor sin permiso, pero su hambre era demasiada, sin mencionar su adicción a la cafeína.

 Mientras disfrutaba su infusión quiso salir a investigar el lugar, así que tomo su manta y se puso unas botas que estaban en la entrada.

- Las devolveré antes de que siquiera lo note jaja – se dijo a sí misma la castaña mientras reía confiada.

 Al salir el olor a naturaleza llenaba sus pulmones, la brisa era fresca pero la manta y el café le mantenían caliente, hacía ya mucho tiempo que no disfrutaba de cosas como esas, incluso mucho antes de haber muerto, se sentía en paz.

 Se mantuvo ahí de pie incluso luego de terminar su bebida, observando todo el paisaje y el contraste armonioso de la cabaña en éste. Era relajante oír a las aves cantar y al viento pasar a través de las copas de los árboles.

 Una vez sintió que ya había pasado suficiente tiempo decidió volver a entrar, pero cuando se dirigía a la entrada divisó un vehículo que se acercaba lentamente para estacionar, dentro de éste se encontraba Alastor, quien le sonreía y saludaba con la mano.

-¡¡No puede ser!! ¡¡Ahhh creía que estaba dormido!! – pensaba avergonzada la menor, mientras sonreía nerviosa y levantaba lentamente su mano, fingiendo estar en calma.

- ¿Qué tal estuvo tu mañana? Veo que descansaste bien – mencionaba el mayor mientras salía del auto y se acercaba a la castaña sonriente.

- Si dormí muy bien gracias, yo... creía que dormías jajaja que torpe – dijo avergonzada la menor.

ENTONCES, ¿ES UN TRATO?  (Alastor x Reader/OC) [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora