Tres.

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-Se te está haciendo costumbre acompañarme a tomar el bus, ¿qué escondes Lith? - Sus ojos tratan de analizarme pero no lo logra.

-Sólo quiero acompañarte madre. - Ella sigue intentando descifrarme.

-Ya llegó el bus. - Se despide y voy rápidamente al estacionamiento. Entro en mi coche y espero pacientemente a que llegue mi vecino.

Pasa media hora y él todavía no llega pero lo sigo esperando.

Es cuando pasa una hora y mis ojos empiezan a cerrarse que me doy por vencida.

Salgo del estacionamiento y llego hasta el edificio. Empujo la puerta principal pero esta no abre, lo intento una vez más y obtengo el mismo resultado.

Aquí es cuando me golpeo por no tener una copia de la puerta principal.

-¿Necesitas ayuda? - Esa maldita voz, detrás de mí otra vez.

Termino por asentir rendida. Me hago a un lado y él abre la puerta. Una vez dentro la vuelve a cerrar y tomamos el ascensor juntos.

¿Cómo es que siempre me toma desprevenida? ¿Es adivino o qué?

-Ya veo que eres una niña maleducada.

-¿Qué? - Lo observo confundida y después de unos segundos me responde.

-Estoy esperando a que me agradezcas, niña.

Esa jodida palabra ya me está molestando. El ascensor se detiene en mi piso por fin.

-Gracias. - Dicho esto, salgo de ahí, me doy la vuelta antes de que se cierren las puertas, noto una sonrisa maligna en su rostro y las puertas se cierran.

Corro hasta el departamento, abro y cierro la puerta rápido.

Debo admitirlo, ese chico me está empezando a dar un poco de miedo, no me gusta su mal augurio. No sé porqué a veces se porta decente y otras se torna indeseable.

Amable y cruel.

Ignoro eso, eso de significado de los nombres está chicle y no me lo creo. Sólo quiero descansar.

(*)

Los fuertes toques en la puerta me interrumpen la siesta, camino lentamente y con pereza.

-Hola Lilith. - Saluda mi buen vecino y amigo de infancia, Rafael.

-Hola. - Me hago a un lado para dejarlo pasar. -¿Por qué tan temprano?

-La convención de cómics, ¿No me digas que lo olvidaste?

Sí.

-No...

Se cruza de brazos y enarca una ceja.

-De acuerdo, puede que lo haya olvidado.

-Lilith. Ahora nos perderemos parte del itinerario.

-Ve sin mí, yo te alcanzo allá.

-No podría...

-Sólo vete Davis, los sabemos que quieres seguir el itinerario al pie de la letra, así que vete antes de que me arrepienta.

-De acuerdo. - Sonríe, me besa la mejilla y se va.

El sueño me abruma un poco pero decido no ceder ante la tentación de irme a la cama nuevamente pero alejó esos pensamientos porque tardé semanas ahorrando.

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