Capítulo IX

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Acércate, camina despacio, camina con cuidado. No aplastes la hierba, camina a través de ella. Las abejas te conocen por tu caminar.

Están ocupados ahora, no se detendrán. Cuidado con lo que dices. Te golpearán de otra manera, esquivando el aire, haciendo sus líneas de abejas, cada una regresando con un saco lleno de polen, con la panza llena de néctar.

Una picadura de abeja duele, pero no es el fin del mudo. Sin embargo, no deberías sacarla. La Dra. Markham le había enseñado lo que tenía que hacer. Cómo rasparla, con la uña o con la herramienta de la colmena, y entonces todavía le dolía, pero no tanto.

Les habló a las abejas en voz baja, para no alarmarlas. Lo hizo suave y fluido, como el humo que bombeó del fumador. Ahora conocían su voz. Se imaginaba que la conocían por su color y su olor, como conocían las flores. Les hablaba del jardín y de lo que pensaba que haría el tiempo, y a veces les decía otras cosas.



-Bananas:3

Tell it to the bees (TRADUCCIÓN)Where stories live. Discover now