Capítulo 1

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Lauren's POV

La brisa fría pegaba contra mi cara mientras corría las calles de Vancouver en bicicleta, yo trataba de acomodar mi gorra con una mano mientras que con la otra continuaba llevando la dirección del caballo de hierro. Aquel día estaba helando más de lo normal y es que cómo no, si se acercaba la nieve. Mi chaquetón, que abrigaba bastante, incluso necesitaría un refuerzo porque en caso de no hacerlo mis pulmones podrían sufrir y acabando por empeorar las cosas. No me gustaba el frío.

Cuando llegué a la dirección anotada sobre el papel me detuve y aparqué la bicicleta a un lado de la acera acercándome a la canasta que traía en la parrilla para luego sacar una caja de tamaño medio, anduve hasta la puerta y toqué el timbre donde segundos después una mujer de tez morena respondió. Hice lo rutinario al entregar paquetes y luego de aquello volví a montar en la bicicleta para continuar con mi trayecto, me quedaban algunas direcciones por visitar.

Cuando por fin terminé con el trabajo del día me percaté de que ya había oscurecido y que gotas de lluvia comenzaban a mojar las calles de la ciudad. Al salir de la oficina de correos tuve que correr una calle abajo, empapándome totalmente para poder tomar el autobús que me llevase a casacy vivía lejos lo cual hacía todo peor. Llegué a casa cubierta por un frío que me partía hasta la última y más diminuta célula de mi cuerpo, al entrar lo primero que hice fue acercarme a la chimenea la cual ya estaba encendida por lo que suponía mi primo estaba en casa.

— ¿Malcolm? — le llamé esperando una respuesta que no llegó, repetí 2 veces la acción y seguía sin obtener respuesta.

Rápidamente me acerqué a la que era su habitación, no estaba preocupada, solo se me hacía extraño que no contestase. Malcom no estaba allí, ni en mi habitación, ni en ninguna parte de la casa. Solo me quedaba por ver el baño pero no pude entrar porque estaba asegurado con llave. Golpeé varias veces la puerta con mayor temor, no recibía ningún tipo de respuesta y aquello comenzaba a inquietarme.

— Un poquito más de cuidado con la puerta que no andamos para pagarla, joder. — sentí como todo mi cuerpo se relajaba e inconscientemente solté un suspiro.

— Lo siento, pensé que...

— ¿Que iba a matarme? No. — dijo dirigiéndose a su habitación y lo seguí. — No otra vez.

Malcolm vivía conmigo desde hacía un año y poco más, se había convertido como en mi mejor amigo, era realmente mi mayor apoyo.

— Pues con esa cara tuya mira que si lo intentaría. — dije en tono de burla y lo vi bufar.

— Idiota.

— ¿Qué tal tu día? — lo vi acostarse en su cama y tomé asiento en la esquina de esta.

— Como siempre, nada cambia, autos por arreglar por aquí y por allá. ¿Tú?

— No hay novedad tampoco, supongo.

A veces sentía que estaba demasiado muerta para ser tan joven, sentía que no respiraba, pero es que con la vida que cargaba era muy difícil mantener con las energías de un adolescente promedio. Mis días se basaban en 3 cosas básicas que no cambiaban: por las mañanas asistía al instituto, por las tardes me dedicaba a trabajar en la oficina de correos y por las noches hacía mis deberes escolares y si me quedaba tiempo limpiaba la casa, todo dependía de la suerte del día.

Luego de hablar con Malcolm fui a resolver algunos ejercicios de matemáticas, yo corría con la suerte de ser becada en el instituto debido a mis buenas notas y a mí situación económica, no me gustaba recibir esta ayuda por parte del gobierno por pesar pero no me quedaba de otra, era esto o no estudiar y claro que eso no era una buena opción, así que me adaptaba a las cosas. Aproximadamente una hora después acabé con mis deberes y fui a mi habitación donde caí dormida minutos después.

Breathe || CAMRENWhere stories live. Discover now