CAPITULO 9.

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BÁRBARA

Jamás me hubiera imagino que al llegar a mi casa Daniel y su "novia" estuvieran aquí, ¡de saberlo me quedo màs días en Londres! ¡Precisamente tenían que estar aquí! ¡Te odio Daniel Moretti!, lo único bueno de esta visita es volver a ver a Emma y a Gia, me dio tanta penar tener que cancelar nuestro día de compras, esta chica es maravillosa, sé que cuando conozca a Alaia se llevaran muy bien.

A pesar del mal rato que estoy pasando trato de mantenerme calmada, arriba esta mi hija- también hija de Daniel, gracias por recordármelo subconsciente- si antes existía una pequeñísima posibilidad de contarle a Daniel que teníamos una hija, ahora más que nunca no pienso decirle nada, si él está con alguien más, no veo porque arruinarle su felicidad.

Veo como Soph entra a la sala y me hace señas para que salga.

-Si me disculpan- digo muy tranquila caminando hacia Soph

-¿Qué sucede? ¿Le pasa algo a Alaia?- pregunto nerviosa

-La deje dormida en tu habitación- responde y la miro enarcando una ceja- la que está al final del pasillo- sonríe- pienso que deberías estar con ella cuando despierte.

-Tienes mucha razón- miro hacia la sala- además no quiero estar en el mismo lugar que Daniel y esa

-¿ya te enteraste?

-Claro que sí, acabo de conocer a Ciara Prado Castelo- digo imitando la voz de aquella mujer

-Hermanita tu llevas las de ganar- añade tomándome de la mano y caminando hacia las escaleras

La miro enarcando una ceja

-Tú tienes algo que te va a unir a Daniel por toda la vida- me mira y sonríe- y te aseguro que si Daniel se entera, deja a esa mujer y corre a tus brazos.

-Gracias Soph, pero ahora más que nunca Daniel nunca lo sabrá

-Pero Barbi...

-Discúlpame con los demás, Alaia me necesita

Antes de que mi hermana pueda decirme algo, subo las escaleras y voy directo a la última habitación, abro la puerta muy despacio, no quiero despertar a mi niña. Al entrar la veo dormida, y como es su costumbre, está a mitad de cama toda estirada- es más que obvio que eso no lo heredo de mi- me acerco a ella, la cubro con su cobijita de la bella durmiente, me siento en la cama acariciando su cabello.

Es increíble como mi niña ha crecido en todo este tiempo, aún recuerdo la primera vez que la sostuve en mis brazos, era muy pequeñita, sentí que podía romperse, pero con el tiempo, mi amor por ella fue creciendo más y más, fue el más hermoso regalo que la vida puedo darme, sin duda Alaia ha ocupado el amor que sentía por Daniel, mi hija lo es todo para mí, no sé qué sería de mi si ella no estuviera aquí, después de todo Daniel me dio algo de él que estará conmigo toda la vida.

Veo como mi niña se empieza a despertar, abre sus hermosos ojitos y me ve.

-Mami ¿ya llegamos a Italia?- pregunta medio dormida

-Hola mi niña- le doy un pequeño beso en su cabecita- ya llegamos pequeña, de hecho ya estamos en casa

-Tengo sueño mami- dice cerrando poco a poco sus ojitos, quedándose dormida otra vez

-Duerme mi niña...cuando despiertes aquí estaré

Mi niña se queda dormida, el viaje la ha dejado cansada, la arropo bien, me recuesto junto a ella y me voy quedando dormida.

***

Me despierto por el ruido de la puerta que se ha abierto.

-Barbi, te quedaste dormida mi amor- dice mi mamá cerrando la puerta

Siempre TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora