Sólo tú, Deku

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<Rubia esa... ¡Mierda! Se refiere a... >

Katsuki sabía muy bien lo que hizo esa tarde con esa rubia, las calles que recorrieron y el lugar al que llegaron para hacer lo que habían planeado, pero que Izuku lo supiera era algo que definitivamente no quería que pasara.

—Bebé, no es lo que piensas... — movía sus brazos a manera de defensa, Izuku caminaba hacia él comenzando a emitir destellos verdes de sus ojos, de ambas manos sus látigos negros comenzaban a manifestarse, Katsuki caminaba hacia atrás lentamente alejándose del inminente peligro.

—¿Entonces qué es Katsuki Bakugo?

<Mierda ¡Voy a morir!>

—¡Maldita sea Deku, solo confía en mi!— desesperado trató de huir usando sus explosiones para alejarse, debía llegar a la habitación por su móvil, su vida dependía de ello, a pocos metros de las escaleras uno de los látigos del peliverde lo tomó por el tobillo haciéndolo caer de frente al suelo.

—Ven aquí Kacchan, no te pienso hacer nada— su pecoso novio habló con calma, el rubio sabía que eso era aún peor.

<Dios... soy yo de nuevo>

—¡No Deku! ¡AAAAaaaaah!

—¡No Deku! ¡AAAAaaaaah!

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Dos días después, en el hospital...

—Ya te dije que lo siento mucho Kacchan... por favor, no me ignores ¿sí?

Katsuki volteó el rostro, aún estaba indignado de que su novio le rompiera el trasero (no de una manera placentera) por los malditos chismes del enano de las bolas moradas.

<Ese infeliz de Mineta me las pagará> En la frente del rubio se veía una vena bastante resaltada que palpitaba, Izuku trataba de disculparse por dejarlo inconsciente por casi tres días, ese había sido un smash demasiado fuerte.

—Vamos, Kacchan, acepta que tú también tuviste la culpa, por favor— se sentó con los brazos cruzados al lado de la camilla del rubio.

—¡¿Ah?! ¿Sigues creyendo esos malditos chismes?!

—Es que... ¡Mira las fotos! ¡Eres tú con una rubia! ¿Qué hacían en la zona rosa de la ciudad? ¡Allí solo hay moteles y discotecas!

Ground Zero suspiró, ya había parado en el hospital por no decírselo, así que ya no tenía sentido esperar más.

—Allí está la joyería del héroe Daiyamondo— suspiró rendido.

—¿Daiyamondo, el héroe capaz de crear diamantes, que se supone ya está retirado?

—Sí, él.

—¡Eso no explica quien era la rubia!

Katsuki estuvo a punto de contestar cuando alguien tocó la puerta de la habitación.

—Ella lo hará— dijo sin temor alguno, Izuku sintió como su estómago se revolvía ¿En serio Katsuki había llamado a esa mujer? ¡¿Qué demonios pretendía?!

—Buenos días— la rubia ingresó a la habitación, Izuku se sonrojó de inmediato.

—¡¿Melissa-San?!

—Hola Izuku— le sonrió al peliverde que giraba la cabeza de un lado a otro viendo a su novio y a ella.

—Katsuki ¿le dirás?— Izuku estaba a punto de romper en llanto, era aún peor si era con alguien conocido, Bakugo le vio el rostro a punto de estallar en lágrimas, suspiró de nuevo.

—Sí ¿lo trajiste?

—Toma— la rubia sacó de su bolso una pequeña cajita de terciopelo, Izuku estaba demasiado ocupado tratando de retener sus lágrimas como para ver ese detalle.

—Deku... ¡Hey Deku!— Katsuki hizo su mejor esfuerzo para sentarse en la camilla, las vendas eran molestas, Melissa le sonrió a ambos y sin decir nada salió de la habitación, Izuku no quería voltear a verlo, aún trataba de procesar la situación.

—Mírame Deku— lo hizo voltearse a la fuerza.

—¡No quiero!— Izuku cerró los ojos, Bakugo contó hasta mil en una fracción de segundos, no quería hacerlo de ese modo ni en ese lugar, pero bueno, era así o que el nerd de mierda siguiera creyendo cosas que no eran ciertas.

—Deku, solo tú... joder. Izuku Midoriya... ¿te cas... ¡Cásate conmigo imbécil!— le tomó la mano izquierda y le colocó un anillo de compromiso en el dedo anular.

—¡¿K-k-kacchan?!— Izuku observaba su mano y al rubio, una y otra vez sin creerlo, Katsuki tenía las mejillas sonrojadas esperando su respuesta.

—¡Sí!

Deku lo abrazó, Katsuki suspiró, abrazándola también, esa debía ser la peor propuesta de matrimonio del mundo, pero no importaba si su idiota había aceptado.

<¡Solo espera que me den de alta y te follaré una semana entera nerd!> Izuku no vio la sonrisa malévola en el rostro de su prometido. Se separaron del abrazo para darse un beso apasionado.

—¿P-pero por qué Melissa lo trajo?— preguntó viendo el hermoso anillo en su dedo.

—Ella me ayudó a buscarlo... No quería decirle a la escandalosa cara redonda, con lo chismosa que es te lo habría dicho de inmediato y ni hablar de los idiotas de mi agencia.

—... ¡Lo siento mucho! No debí desconfiar de ti.

—Tampoco decirme toda esa mierda de mis manos— Katsuki se volteó indignado, la había pasado muy mal con lo de su sudor.

—Lo siento, te lo compensaré ¿sí?

—Claro que lo harás nerd, claro que lo harás...

Explosiones SudorosasWhere stories live. Discover now