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—Me imagino que se quedó dormido otra vez, ¿no?—Shohei preguntó, con un aire de fastidio.

—No, Shohei. No es así.—Chizuru decretó al instante—. En resumen, lo que pasó fue que de alguna manera el celular se le cayó desde su balcón y la pantalla quedó completamente rota. Pero ya está listo y tiene todas sus cosas. Nos llamó desde un teléfono público que queda en frente de su casa y nos está esperando allí. Yo te guío, Hiro.

Al igual que Chizuru, ninguno de ellos se esperaba dichosa explicación, pero tampoco es que fuera nada malo. El teléfono de Yutori se había dañado, y ya. 

—Son tres paradas, Kuruto. Creo que un set de ligas para entrenar no me vendría nada mal, ¿verdad?—Dijo Hiro, en broma, pero de manera seria al mismo tiempo.

Kuruto se quedó callado.

Shohei, en aquél momento, quería argumentar que Yutori pudo haber tomado un taxi al aeropuerto para ganar tiempo. Pero después recordó el sentimiento que tuvo ésta mañana. Si mencionaba aquello, causaría una discusión y un conflicto no sólo con Yutori, sino con  Chizuru también. No quería que el viaje se amargara por ésa estupidez.

—Creo que nos desviaremos un poco buscando a Yutori, pero el aeropuerto no está demasiado lejos. Estoy seguro de que llegaremos con tiempo.—Aki expresó con calma.


Cincuenta minutos después

—BÁJENSE, NO HAY TIEMPO PARA DESPEDIRSE DE HIRO.—Aki gritaba mientras que junto con Chizuru y Shohei, sacaban el equipaje de todos de la maleta del vehículo de Hiro. Casi que las estaban tirando al piso del apuro—. KURUTO YA TE DARÁ LAS PESAS Y LAS LIGAS ÉSAS QUE MENCIONASTE. CHAO, HIRO.—Agarró su maleta y se alejó del carro para acercarse a la entrada principal del aeropuerto, mientras que los demás se bajaban con apuro del vehículo.

Creo que Minpha y Kuruto son los únicos sujetos cuerdos que quedan dentro de ésa bola de locos.—Pensó Hiro, mientras se esfumaba de aquella escena.

No todos los presentes eran familiares con el gigantesco aeropuerto de Tokyo de Narita. Tan sólo Shohei, Chizuru y Nao lo habían visitado anteriormente, y tampoco es que lo conocieran demasiado. Claro que tenía todas las señalizaciones correctas y todo estaba muy bien indicado, pero aún así, la magnitud de aquél lugar intimidaba a los diez chicos. Más ahora que estaban bajo presión, con tan sólo algunos escasos minutos para entregar su equipaje y abordar el vuelo.

—Tengan todos sus pasajes a mano para que el proceso de nuestro equipaje sea más rápido, por favor.—Nao dijo, tomando el súbito liderazgo de los nueve chicos.

Detrás del mostrador donde se entregaban los pasajes para abordar y se entregaban las maletas, una chica con ojos brillantes y corazón acelerado veía como los miembros de las dos bandas que más admiraba caminaban hacia donde estaba. Curiosamente, era la única línea que no tenía a nadie. 

—Buenos días, no tenemos mucho tiempo para abordar nuestro vuelo. Apreciaría si tomara en cuenta ésto, ya que somos diez personas. ¡Gracias!—Le informó rápidamente Nao, quien le entregó de inmediato sus documentos respectivos. La chica estaba muy nerviosa: quería saludarlos, decirles cuánto su música significaba para ella, pero no podía ya que no quería retrasarlos. Dedujo que lo único que podía hacer para agradecerles por todo su trabajo era apresurarse lo más que pudiera en registrar su equipaje y entregarles sus pasajes para abordar el vuelo.

Los turistas y demás personas que hacían filas en las líneas que los rodeaban, observaban a nada más y nada menos que diez adultos hechos y derechos entregando sus pasaportes y documentos de la manera  más desordenada posible. El apuro y nerviosismo les había ganado por completo.

Una vez todo estaba completado (en un tiempo récord de tres minutos, lo cual les sorprendía a todos y hasta les parecía un tanto extraño pero no tenían tiempo para hacerse preguntas), corrieron a la aparente puerta de abordaje que les correspondía, y sin siquiera chequear sus alrededores, le entregaron sus pases a la persona que permanecía detrás del mostrador.

Es muy valiente por parte de ellos abordar un vuelo internacional con tan sólo dos minutos restantes.—Pensó el hombre, mientras les permitía el paso al pasillo que conectaba con el avión.

Acto seguido, todos entraron. Buscaron sus asientos correspondientes y, aunque notaron a muchos turistas (más de lo usual para aquél), no le dieron mucha importancia a ello. Lo que verdaderamente les importaba es que por fin estaban en su vuelo...ó éso creían.

Pasaron algunos minutos y el avión comenzó a moverse. Ya habían retirado la compuerta que conecta el avión con el aeropuerto y estaban a minutos de despegar. 

Kuruto, Minpha, Taku y Shohei optaron por escuchar música y tratar de dormir. Atsuki no tardó en relajarse demasiado y quedar dormido al instante. Tamon estaba abrazando a Nao del miedo que tenía, y Aki, Chizuru y Yutori decidieron quedarse despiertos.

—Buenos días a todos los pasajeros. Gracias por viajar con nuestra aerolínea. Hoy nos espera una ruta larga, ya que estaremos viajando directamente desde el Aeropuerto de Tokio Narita hasta el Aeropuerto Internacional de Miami. Estaremos despegando en menos de un minuto.—La voz del capitán anunció, al mismo tiempo que el avión tomaba velocidad cada vez más. 

Creo que éstos últimos días no he estado durmiendo casi nada, ¿pero a tal punto de que ya esté escuchando palabras?—Chizuru se preguntó, sorprendido, creyendo que su insomnio le estaba causando escuchar la palabra "Miami" en vez de "Okinawa".

Por las dudas, volteó a ver a los únicos que quedaban despiertos a ver si sólo él había escuchado aquello: en cuanto a Tamon, era difícil decifrar su expresión facial. Tenía el mismo aire de terror, sólo que ahora estaba más acentuado. Tanto Nao como Aki se veían sumamente confundidos, y Yutori se estaba riendo como si le acabaran de contar una broma.

¿De verdad todos ellos acababan de abordar un vuelo que estaba a segundos de despegar con destino a Miami y una duración de un día y algunas horas?

Sí, de verdad. ARLEQUIN y PENTAGON estaban en rumbo a Miami en ése preciso instante.

—Oye, Aki.—A pesar de todo el nerviosismo que invadió su cuerpo, Chizuru trató de hablar en voz baja para no disturbar a las demás personas. Casi todo el mundo estaba durmiendo.

—¿Sí?—Volteó a mirarlo. Los ojos de Aki estaban llenos del mismo miedo que los de Chizuru.

—Creo que estamos rumbo a—Lo interrumpió.

—Miami.—Aunque ambos querían empezar a gritar en ése aquél instante, debían de hacer lo posible por mantener la calma y comunicárselo a los demás sin que se armara un completo escándalo en aquél avión.




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⏰ Ultimo aggiornamento: Aug 30, 2020 ⏰

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