Capítulo 8.5

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Tres semanas, solo tres semanas han pasado desde que nuestro protagonista empezó con su entrenamiento, el peliverde no podía creer que aun faltaban 9 meses, 1 semana, 2 días y 18 horas para el examen de ingreso.

Ahora mismo nuestro protagonista se encuentra tirado en el suelo, respirando pesadamente casi inconsciente, a su lado esta4n Gran Torino y All Might esperando a que se recupere.

- Bien hecho mocoso, haz mejorado considerablemente desde el primer día -Dijo el viejo con una sonrisa espeluznante- Pero aun te falta mucho, sigue con el buen trabajo- Finalizó el anciano antes de retirarse del lugar.

- Vamos joven Midoriya -Dijo mientras que el Símbolo de la Paz ayudaba a su sucesor a levantarse -Tengo que llevarte a tu casa.

- G-gracias All Might, realmente necesito una ducha... -Dijo el peliverde en voz baja, haciendo reir a su maestro.

- Tienes razón Midoriya-shonen -Dijo el rubio con una sonrisa, antes de que una duda lo asaltara- Se te hace tarde para tu trabajo, ¿no?...

- Tranquilo All Might, aun me quedan 45 minutos -Dijo el pecoso con una sonrisa- Solo ire a darme una ducha y tomaré el metro hasta mi trabajo...

Luego de decir eso, nuestro protagonista y su maestro tomaron una taxi hasta la casa del pecoso, mientras seguían con una amena plática. Una vez que llegaron a la casa de los Midoriya se despidieron y tomaron caminos distintos, hasta que...

- ¡Joven Midoriya! -Gritó el rubio desde lejos para llamar la atención del pecoso- E-estoy orgulloso de ti... -Dijo antes de ponerse todo mamado y salir de ahí como si tu madre te persiguiera con el cinturón de cuero.

Luego de que su maestro le dedicase esas palabras, Izuku con sus ánimos renovados subió corriendo a su casa para darse una ducha, ponerse su uniforme e ir a la estación de metro que lo dirige hacia su trabajo.

Una vez llegó marcó su hora llegada y empezó a llevar las órdenes a las mesas correspondientes, todo con una sonrisa, algo que no noto es que un grupo de chicas que pasaban por ahí se le quedaron viendo por unos minutos hasta que entraron al local.

Unos minutos después el peliverde se acercó para tomarlas órdenes del grupo, extrañándose por las miradas que le dedicaban las chicas, una vez que anotó la última orden el pecoso se retiro nervioso hasta la cocina para entregarle las ordenes a Tokoyami.

A pesar de que ya les había entregado sus ordenes, Izuku aun podía sentir las miradas de las chicas en su espalda y esto lo ponía nervioso, a pesar de que podía disimular bastante bien, esto empezaba a ser un problema. Y no fue hasta que se retiraron una hora después que el peliverde pudo respirar tranquilo y seguir con el buen trabajo, hasta que un par de horas después ya no había clientes y la cafetería estaba cerrando. Entonces Emily se acercó para decirle algo.

- Bien hecho Midoriya, lo hiciste bastante bien en tu primer día -Dijo la castaña con un tono dulce- Pero...en un momento parecía que algo te molestaba, ¿Puedo saber que es?... - Pregunto amablemente,solo para que el peliverde diera un suspiro cansado.

- No es nada solo...durante la tarde llegó un grupo de chicas bastante grande, supongo que lo habrá notado... -Dijo el peliverde, solo para que Emily asintiera- B-bueno, la verdad es que era complicado concentrarse con todos esos ojos sobre mi, era bastante incómodo...

- ¿Y no sabes porque te estaban mirando? -Preguntó la castaña, solo para recibir una negativa de Izuku, lo que la hizo suspirar, para luego sonreír- Bueno mas te vale que te acostumbres a las miradas, algo me dice que habrá mucha clientela de ahora en adelante...

Mi Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora