Nobles. Hombres y mujeres de la alta aristocracia. Entre ellos, vive él, un joven amo que ha vivido recluido en su casa por años. Respirando el mismo aire, se encuentra ella, una joven dama que ha conseguido vivir a pesar de su mala salud.
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Kim Dan Heung se presentó ante todos los hombres antes de entrar a la carpa más grande del campamento, dónde se puso a dibujar un mapa.
—¿Cómo sabe dónde están las otras bases? —preguntó Chung San que estaba demasiado asombrado por la precisión con la que el joven Kim había marcado la ubicación de los cinco campamentos.
Dan Heung se paró de la silla para admirar el mapa desde una altura más elevada.
—Luego de localizar la ubicación de mi bandera se me ocurrió regresar y buscar las otras.
—Por eso tardó tanto —concluyó Chung San pero se deshizó de su expresión de sorpresa y volvió a ser el mismo hombre con semblante neutral que era siempre.
—También caminé muy despacio —dijo Dan Heung tratando de añadir un poco de comedia al momento pero Chung San no quiso esforzarse en seguirle la corriente—. Superior —volvió a hablar luego de un momento de meditación.
—Dígame —respondió el guardia rodeando la mesa para colocarse de frente al príncipe.
—¿Eres lo suficientemente bueno para vencer a alguien sin matarlo? —preguntó Dan Heung apoyando las manos sobre la mesa de madera.
—¿Cómo dijo?
—Si es posible... no quiero derramar sangre. —Tenía la vista fija en el mapa.
—Aunque yo pudiera hacer eso, estaríamos en desventaja si nos resolvemos a ser suaves desde un principio —respondió el soldado—. ¿Cree que los demás vendrán a nosotros con espadas de palo u flechas con punta de algodón?
—No lo harán, ¿verdad? —dijo Dan Heung como si se estuviera respondiendo a sí mismo algo que ya sabía.
—Solo vaya a echar un vistazo a la tienda en dónde guardamos las armas. Hay hasta pólvora. No creo que ni siquiera en tiempos de guerra estuvieramos tan bien abastecidos.
—¿Por qué sacrificar a alguien en una guerra que ni siquiera es real?
—Son las reglas de esta prueba.
Dan Heung sacudió la cabeza.
—No... Matar está permitido pero no es obligatorio.
Chung San aspiró aire y se cruzó de brazos.
—Comprendo tu punto, Dan Heung... —el soldado cerró los ojos al darse cuenta de su error: le había hablado de una forma demasiado informal—. Mire, alteza. Podemos intentar ser "benevolentes" pero cuando ellos vengan a atacarnos y pongan nuestras vidas en riesgo será inevitable usar las armas para defendernos incluso si eso implica matar a alguien en el proceso. Si no lo hacemos nos harán trizas. Igual habrá sacrificio de sangre.
