장 25

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Kim Dan Heung guardó silencio, esperando con ansias la respuesta de la joven

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Kim Dan Heung guardó silencio, esperando con ansias la respuesta de la joven. La incertidumbre lo carcomía, pero también había una innegable sensación de anhelo que tiraba de su corazón. Mientras la lluvia continuaba cayendo, su golpeteo rítmico proporcionaba una banda sonora inquietante a sus deseos. En ese fugaz instante, el mundo pareció contener la respiración, cautivado por las crudas emociones que se arremolinaban entre ellos.

El peso de las palabras no dichas flotaba en el aire y cada segundo que pasaba amplificaba la anticipación.

Eok Sun reunió el coraje para encontrarse con la mirada de Dan Heung. En sus pupilas vio el reflejo de su propio anhelo, una afirmación silenciosa de que sus corazones latían al unísono.

—Yo... —empezó ella cuando cayó en cuenta de que lo que estaba ocurriendo era real. Le estaba pasando a ella y no al personaje de una novela. Él era una persona real con sentimientos genuinos por ella—. ¿Qué pensaría ese hombre si supiera que yo empecé a llevarlo en mi corazón y que me preguntaba si sentía lo mismo?

Una amplia sonrisa se extendió despacio por el rostro de Dan Heung y volvió a alargar su mano hacia el rostro de ella.

—Este corazón mío late frenético porque desea hacer apenas palpitar el suyo.

—Lo hace palpitar sin cuidado —dijo ella, llevándose la mano al pecho—, late tan fuerte por su culpa que a veces temo poder morir... temo irme de este mundo sin verlo.

Dan Heung pudo sentir que su corazón se impactaba contra su pecho. Se llenó de entusiasmo y aprensión.

—No... —susurró él y sacudió la cabeza al tiempo que un par de lágrimas caían de sus ojos y se perdían entre la lluvia— No te vayas, quedemonos en este mundo... juntos.

Eok Sun asintió y alargó la mano para limpiarle los delgados arroyos que se abrirán paso atraves de sus pestañas. Tenía la piel caliente. Y mientras sus dedos se deslizaban por sus mejillas, una oleada de electricidad recorrió las venas de Dan Heung. Fue una declaración silenciosa, una promesa de un amor aún por realizarse por entero. En ese contacto, encontró consuelo, la seguridad de que sus corazones estaban entrelazados en una sinfonía de notas musicales que aún no habían sido tocadas.

Y se quedaron así con las palmas de sus manos sobre un rostro ajeno, como si cada suspiro, cada toque, tuviera el poder de cambiar sus vidas para siempre. Tal vez el tiempo sintió el deseo de congelarse para seguí presenciando este delicado intercambio de caricias de vulnerabilidad y pasión, un delicado equilibrio entre esperanza y miedo.

La mente de ambos se aceleró con pensamientos sobre lo que esto significaba para su relación. Se atrevieron a correr el riesgo y dejarse enamorar. ¿Serían capaces de sobrellevar las consecuencias de sus sentimientos? ¿Las habría si quiera o se estaban adelantando a algo que jamás sucedería?

La lluvia seguía cayendo con una intensidad que parecía no tener fin. Las gotas golpeaban el suelo con fuerza, creando charcos y arroyos que erosionaban la tierra.

TRONO DE NOBLES©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora