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El sonido de las latas de aerosol se escuchaba por todo el callejón, mientras un grupo de chicos pintaban libremente en una de las paredes de este.

—Shane! Cómo lo ves? —preguntó el rubio alejándose de su creación para verla de lejos.

El castaño se paró a su lado y miró la pared quedando asombrado.

—se ve genial, hermano, no por nada eres de los mejores tatuadores de la zona.

El rubio rodó los ojos y bufó.

—pff, tampoco es...

—la policía!!

Jackson dejó las palabras en el aire cuando escuchó a uno de sus compañeros gritar aquello.

—mierda!

A la velocidad de la luz, aventó los aerosoles en su mochila y se la colgó en la espalda echándose a correr, las sirenas de las patrullas se oían muy cerca.

Saliendo del callejón, corrió lo más rápido que pudo sin rumbo alguno, cuando menos se dió cuenta, ya estaba en le centro de la ciudad, pero aún podía escuchar una de las sirenas, por lo que se adentró al primer edificio que vio.

—demonios...

Soltó todo el aire que llevaba dentro y se agachó poniendo sus manos en sus rodillas, respirando hondo para recuperar fuerzas.

No sabía donde estaba, pero el lugar tenía un aroma dulzón, miró bajo sus pies, el piso cubierto por una alfombra café claro, al levantar la mirada, divisó un largo pasillo y en las paredes, un montón de puertas, además de carteles que parecían tener relación con el ballet.

Cerca de una de las puertas, divisó un bebedero, suspiró y se acercó para poder tomar algo de agua, solía asistir con regularidad al gimnasio, pero esa había sido una carrera bastante larga.

Cuando su boca recibió la frescura del agua, sintió su cuerpo relajarse un poco, después de haber bebido como un loco durante todo un minuto, se alejó de este.

Volviendo a la puerta de entrada, estuvo a punto de sacar un poco la cabeza para asegurarse de que no hubiera ningún policía, pero una elegante melodía lo hizo voltear de nuevo al pasillo, con pasos sigilosos se acercó a la que aseguraba era la puerta del lugar donde sonaba esa música.

Por la pequeña ventana de la puerta, logró divisar un cuerpo en el centro de la sala, moviéndose con tanta delicadeza y elegancia, parecía como si el cuerpo de aquella persona flotara por los aires gracias a tal habilidad.

Sus pies en punta y sus manos en poses que las hacían ver tan delicadas, tan suaves, con sus dedos separados uno a uno, hasta ellos parecían gozar de aquella dulce tonada.

El cabello de aquel muchacho saltaba con cada movimiento, logrando tapar el rostro del desconocido.

Jackson no se dió cuenta de que había quedado embobado ante aquella vista, sus ojos veían embelesados la preciosa figura al otro lado de la puerta.

Cuando la música terminó, el dueño de tan delicados movimientos levantó la cabeza hacia el espejo frente a el y Jackson sintió la respiración atascarse en su pecho, aquel desconocido que se movía como los angeles, tenía el rostro de uno... Un ángel, era la única manera en la que se le ocurría describirlo, un ángel atrapado en este mundo lleno de simples mortales.

Cuando sus ojos repasaban con cuidado el rostro del joven, su teléfono sonó en el bolso de su pantalón, el rostro del desconocido se giró hacia el al escuchar en sonido del celular, pero Jackson fue más rápido y logró esconderse alejándose de la puerta.

Sweet Pain | Gay |Where stories live. Discover now