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El chico de buzo amarillo se cayó.

— AsUmAkInA.- Dije y comencé a caminar hacia la puerta principal.

Comencé a Escuchar como tosía...

Y ahí dudé si debía atenderlo por un balazo o dejarlo ahí ya que podría tener coronavirus y yo infectada no quería estar.

Me asomé por la ventana.

El chico estaba sentado tomándose el abdomen, recostado a la pared del supermercado.

Golpée un poco la ventana.

Él se giró.

Hice la seña de un arma.

Para que si el Muy Hijo de su perra madre tuviera una, la tirara o si no, no iba a atenderlo.

El agarró y de si buzo sacó un revolver.

Comencé a retroceder.

Pero cuandos estaba por alejarme al teléfono, desarmó el arma en 3 piezas, como es común.

Salí de la tienda y me encaminé al extraño.

Él estába quieto.

Hice la señal de la cruz pues ya lo creí bien muerto...

No muerto...MORIDO YA.

El tosió y me Miró.

— Oye...¿Tas bien?.- Pregunté.

El tomó una bocanada de aire.

— nO.- Dijo finalmente.

— Estem...¿Te atiendo por un balazo o tienes alguna otra enfermedad?.- Pregunté.

— Si por Enfermedades te refieres a la estupidez, pues por esa también...¡Ah! Y el balazo.- Dijo en un tono sarcástico.

— Capo, la estupidez es incurable, pero un balazo está ahí de que sí, Déjame ayudarte.- dije agachándome a su altura.

— Entonces, ¿la estupidéz no tiene cura? — Preguntó.

— Mmm, creo que remedio si... Un balazo, ¡Oh! No funcionó contigo — Dije en tono sarcástico.

El asintió, y trató de ponerse en pié.

— No, tú quieto, yo preocupada.- Dije mientras lo tomaba por debajo de los brazos y comenzaba a arrastralo.

— ¿Quieres que camine?.- Dijo serio.

— No, puedo.- Dije.

— A mi me parece que no.- Dijo.

Paré.

— ¿Quieres que te deje aquí de alimento para los perros callejeros? Puedo hacerlo, dejé mis estudios dentro sin terminar.- Dije.

El negó con la cabeza.

— Así me gustan los pacientes...SUMISOS.- dije mientras volvía a arrastrarlo dentro.

El iba murmurando.

Entramos al super.

— Bueno, en un rato viene John.- Dije mientras buscaba el botiquín.

Él estaba quieto y silencioso.

— Quítate el buzo.- Pregunté.

Se escuchó una risita.

— A sus órdenes.- Dijo mientras comenzaba a sacarse el buzo.

— La cosa rara de la cabeza también, payaso de cuarta.- Dije seria.

— No.- Dijo él.

— Si no te importa, voy a quedarme con mi pasamontañas.- Agregó.

Comencé a reirme.

"Me Niego" // (Hoodie X Rayita)Where stories live. Discover now