Capitulo 15: Me armo hasta los dientes y recibo una maquina asombrosa

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Encontrar a Alexander en este gran lugar fue algo difícil, él ya se encontraba recuperado de nuestra batalla del día de ayer mientras los demás participaban en la captura la bandera. Beneficios de la ambrosia, lo malo es que solo sana, no quita el dolor.

Bueno, un poco sí, pero no es suficiente para no sentir el dolor por el golpe antes dado.

Cuando encontramos a Alexander este estaba hablando con su hermana Silena, una de las hijas de Afrodita más hermosa y la consejera de la cabaña de su madre.

Si no recuerdo mal ella le ha querido dar el mando de la cabaña a Alexander por este ser mucho más fuerte que ella, tener más valor que ella y todos sus hermanos juntos junto a más cosas que lo hacen un digno líder. Yo y otros más apoyamos esa idea, incluso Alexander lleva más tiempo en el campamento que Silena.

Pero el no acepta, aun cree que no es digno de ser el consejero de la cabaña de Afrodita. No quiere tener el mismo papel que Annabeth, hija de Atenea que es un completo fastidio por su orgullo desmedido y sin sentido.

Lo único bueno es que Elías no posee ese defecto fatídico, el suyo es el despiste por dejar sus creaciones al alcance de todos. Necesita ponerle seguridad a su laboratorio, no quiero que una bomba me explote en la cara o en el peor de los casos, en el mundo.

-¿Podremos irnos de aquí, por favor? Me siento incomodo por la forma en la que me miran tus hermanas, Alexander-Dije mientras veía como las hijas de Afrodita me veían de forma coqueta y me lanzaban besos. Yo temblé esperando que no hubiera una yandere en ese grupo que se enamore de mí.

Un dato curioso es que las hijas de Afrodita fueron las que crearon el termino yandere en el mundo, pero un hijo de Apolo fue el que le dio el nombre que todos conocemos en la actualidad.

-Te apoyo, me da cosa el ver a mis hermanas actuar así contigo. Suerte que Lacy no actúa así-Dijo Alexander para luego ver a una niña rubia de ojos azules, o eso creo, de poco más de 7 u 8 años. Ella se escondió cuando la vi, pero aun así se asomó un poco para seguirme viendo desde su escondite.

Sé que soy sexi pero esto es demasiado. Ahora entiendo porque Dep se pone incomodo cuando recibe mucho amor, a veces recibir mucho amor puede llegar a darte miedo. Pero ese niño no ve la realidad de las acciones de sus acosadoras.

-¿Que están esperando? Vámonos de aquí-Bien dicho Elías, muy bien dicho. Te mereces un helado de Megan, son deliciosos.

Los tres escapamos de la cabaña de Afrodita, que anterior mente era rosa por fuera y parecía una casa de Barbie, que gracias a una sugerencia de Alexander fue pintada de color rojo infierno. Color que, en palabras de las hijas de Afrodita, las hacia parecer más sexis de lo que ya son.

Siii~, eso sonó raro. Pero no me meto en eso, aprecio mi hombría con todo lo que mi corazón me da.

Nos dirigimos al almacén para pedirle algunas cosas a Drake, necesitamos más armas ya que Alexander no tiene ninguna, Elías tiene una espada de bronce celestial y yo solo tengo mi espada y poderes sobre el agua. Aunque tengamos eso no es suficiente, esta misión es de una gran importancia.

Y no sería raro que los monstruos listos intentaran detenernos y así conseguir que la tercera guerra mundial inicie. Lo malo es que los hijos de Atenea que trabajaban para los humanos crearon la bomba atómica, si unos mestizos que no recibieron la educación del campamento crearon eso no quiero saber lo que Elías podría crear.

Solo sé que lo que haga no será bueno para nadie de nosotros, ya sean mortales e inmortales.

-Oye Drake ¿Dónde diablos estas?-Elías alzo la voz para llamar la atención de Drake que posiblemente este creando algo que haga hervir de celos a sus demás hermanos. Como el camper futurista, ellos tienen envidia de que Drake haga todo bien casi al primer intento.

Reencarnando en Perseo (Cancelada)Where stories live. Discover now