Espacial

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Tirado en el suelo junto a su gato, un agotado rubio miraba el techo de su habitación tras haber pasado toda la tarde buscando el espejo que regresaría a la normalidad a su amada.

La convertida en gato, también se encontraba hechada bocarriba sintiendo sus 4 patitas peludas, adoloridas.

Plagg y Tikki también reposaban cansados de aquella ardua busqueda, de la cual habían tomado un descanso.

Un miedo profundo invadió a Plagg y sin pensarlo tiró de la rojiza a esconderse.

Medio segundo después, la puerta se abrió de una patada por una morena pierna que entró de un salto a la habitación.

-Hola hermano, se que estas triste, así que adivina quién vino a visitarte.

Emitió un sonriente Nino habiendo entrado de esa manera ya que sus manos estaban ocupadas haciendo capullo a...

-¡Adoración!

Exclamó el rubio mientras iba a abrazar al hamster que tuvo que dar en adopción con Nino ya que Plagg casi generaba otra extinción por su culpa.

El kwami debajo de un mueble supo que había hecho bien en huir de ese lugar.

Tras entregarle al ojiverde su hijo, el chico de los ojos cafes sintió un escalofrio.

-Hssss.

Giró su cabeza y encontró a un erizado gato sobre un estante, con sus garras y dientes de fuera, a la altura de su cara.

Seguro quería una caricia.

-Michi, michi, mi.... ¡AHHHHHHHH!

Fué el grito de Nino al habersele lanzado un gato enojado sobre la cara.

Ponchito arañaba al invitado de su humano novio con satisfacción pura, ignorando los gritos de dolor y pánico.

¿Por qué? Dos simples razones.

La primera era porque si Nino no hubiera distraido a Chat Noir, ella no sería un gato.

Y la segunda, porque era un gato y los gatos arañaban sin razón logica.

-Ponchito malo, Ponchito malo ¡AAAAAAAAH ADRIEN CONTROLA A TU GATA!

El Agreste dejó a su hijo sobre su cama y se acercó a detener a su peluda amada.

-Tu gato se quiso comer a Adoracion.

Dijo Nino tras Adrien haberle quitado el gato de encima, mientras el chico sentía inseguro de su propia madre a su hijo.

El ojiverde miró a la gatita y negó.

Ella no podía ser capaz de comerse a su hijo ni aunque hubiera sido convertida en tigre.

Además, ella había atacado a Nino, no a Peligración.

¿Por qué Marinette atacaría Nino?

¿Será que aún no le perdonaba que le haya hecho creer a Adrien que era Idiota?

El modelo lo pensó mejor y recordó que su último recuerdo antes de ser golpeado por el akuma eran de Nino disfrazado de dinosaurio.

Sin pensarlo puso en el suelo a la gatita y habló.

-Adelante Mariponcho, tienes permiso.

El gato solo afiló sus garras y caminó lentamente hacia el tembloroso moreno.
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-Sabes, talvez a tu gato le haga falta felicidad.

Le dijo un más tranquilo pero arañado Nino mientras que cepillaba el pelo del hamster y el rubio cepillaba el de su gata.

-¿A que te refieres? Te aseguro que somos felices juntos.

Dijo y Nino jaló a Adrien hacia el escritorio, mandando a literalmente volar a la gatuna.

-Me refiero a más felicidad, hermano.

El moreno sacó un frasco y se lo pasó por debajo del escritorio, haciendo que Adrien lo mire extrañado.

-No me mires así, este tipo de cosas se pasan por debajo de la mesa.

Sorprendido, el rubio se apresuró a ver que era lo que su amigo le había extendido y negó sintiendose ridiculizado.

-En primer lugar, esto no es una mesa, es un escritorio, y en segundo lugar, esto solo es catnip.

El moreno rodando los ojos se lo quitó de las manos y lo esparció por el suelo.

-Mira y observa. Ven Ponchito, Ponchito.

La gata dudosa caminó hacia el chico que todavía tenía las marcas de sus garras en la cara, que le exparcía con una sonrisa de miedo unas hierbitas verdes.

Como todo buen gato, lo primero que hizo fué pasar su nariz por aquello para así identificarlo.

Adrien solo vió como las pupilas de su amada se dilataban, imaginandose ya que su querida gata estaba fuera de esta atmosphera.

La ex-humana en cambio, simplemente disfrutaba de como podía volar.

¿Era su imaginación o Adrien estaba borroso? Seguro le estaba fallando el internet.

Jamás había notado que el mundo tenía fondo de burbujas con brillitos.

¿No estaría volviendose loca? Nah, si estuviera loca no podría acicalarse sobre Jupiter.

Se sentía tan espacial.

Adrien solo miraba con preocupación como su Ponchito llevaba casi media hora inmovil con la mirada perdida, recostado en el suelo con catnip en toda su peludita cara.

Sin pensarlo tomó del cuello de la camisa al moreno.

-Nino ¿Qué le hiciste a mi Poncha? ¡Le reiniciaste el sistema operativo!

-No, solo esta espacial.

Continuara...

¿Cómo estan?

Yo atareada como no tienen una idea.

Hoy me propuse no dormir hasta actualizarles una historia y pues... ya son las dos y media de la mañana.

Desenme suerte en la mañana.

Por cierto, el catnip es una sustancia que pone MUY felices a los gatos. Tanto que hasta me atrevería a decir que si los pone bien espaciales.

En fin, disfruten.

Que quede claro que escribí esto con sueño (Eso Pau, echale la culpa de tus errores ortográficos y mala redacción a tus ganas de dormir)

Marinette desaparecióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora