Capítulo 33 | La pregunta

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- ¿Por qué lo hiciste hija? - a papá le comenzó a temblar la voz - ¿Qué necesidad tuviste para empezar a vender drogas? - me congelé.

....

Sus palabras no dejaban de hacer eco en mi cabeza, esa era la pregunta que nunca pensé que me iba a tocar contestarle a mi papá y en cuanto la hizo me dio pena, me dio rabia y me atacaron al menos un par de emociones más que me nublaron completamente dejándole a mi cuerpo una única opción: largarme a llorar y buscar refugio en quien siempre ha sido fuerte, pero ahora, estaba quebrándose frente a mí y me miraba con sus ojos llenos de lágrimas.

Él me aferró con toda la fuerza del mundo y no hice ningún intento por zafarme de sus brazos, empuñé mis manos y las escondí entre su pecho y el mío. Papá solo susurraba una y otra vez que me amaba y que todo estaría bien.

Cuando ya no me quedaron lágrimas por derramar comencé a regular la respiración, me ardían los ojos y el dolor de cabeza estaba apareciendo. Me senté en el sofá y me hice un pequeño masaje sobre mis sienes mientras papá iba a la cocina por un vaso con agua.

- Toma hija – se sentó al lado mío y estiró su brazo para entregarme el vaso.

- Gracias pá – tomé un sorbo corto y mi cuerpo comenzó a reaccionar nuevamente gracias a su agüita sanadora, como la llamaba él.

Cada vez que con Vale estábamos tristes y nos daban bajones en donde nada nos hacía parar de llorar, papá nos daba un vasito con agua tibia, un poco de azúcar y una hojita de melissa. Y como si tuviera poderes mágicos, en cuanto tomabas esa agua la pena pasaba y te empezabas a sentir mejor.

- ¿Quieres hablar del tema ahora? – preguntó suavemente – Entiendo si no lo quieres hacer, pero es necesario hija – hizo una pausa – debemos cuidarnos y actuar juntos, por ahora, no quiero que tu hermana se entere.

- Papá, Vale no es idiota – negué con la cabeza – sabe antes que yo que estas en algo raro, me lo ha tratado de decir varias veces, pero nunca encontramos pistas claras.

- Tu hermana es muy inteligente – papá se llevó las manos a la cabeza – Qué opinas tú, ¿Le contamos?

- ¿La pondremos en riesgo? – mi voz delataba mi susto.

- Ya está en riesgo preciosa – hizo una pausa – ambas han estado en riesgo desde que volvimos a la ciudad, pero por eso invertí en protegerlas.

- ¿Pero cómo has invertido en gente para que nos cuide si lo perdiste todo? - lo cuestioné.

- No todo cariño – me miro con ternura – hay ahorros que dejó tu mamá cuando murió y siempre voy depositando parte de mi sueldo en esa cuenta – me tomo la mano – aparte hay un dicho que dice, más vale tener amigos que dinero.

- Tú sí que eres un hombre sabio – apoyé mi cabeza en su hombro y suspiré – ¿Realmente quieres saber cómo terminé metida en todo esto?

- Si cariño, necesito saber cómo llegaron a ti – cerró los ojos y suspiró.

En los siguientes minutos me dediqué a hacerle un resumen a papá como había sido todo, como trabajando en el bar conocí a Laura y luego cómo conocí a Mario, su primo, quien como joven emprendedor, según él, me prometió dinero fácil sin riesgos de policías ni nada y yo en la desesperación de salvar y ayudar a mi familia había aceptado.

- Ay Poché – habló papá cuando terminé de contarle todo – me duele que hayas tenido que vivir eso.

- Tranquilo - le puse mi mano en su pierna - pase sustos de primera y no fui tan valiente para vender siempre. Al final terminaba haciendo contacto con revendedores... No ganaba lo esperado pero era suficiente para ayudarte - torci mi sonrisa y el solo respiraba profundo - ya esta pesadilla debería acabar pronto.

Ven, seremos | Caché [Pausada🥲]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang