Mi amor de verano

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Carta de Sanemi para Nezuko 

Mi amor de verano eterno. 

Hace tiempo me preguntaste si alguna vez escribí cartas a amores del pasado, y yo no dude en decirte que sí. En cuanto te lo dije empezaste a reírte, y a bromear en ese momento con el deseo de que tu enamorado te pidiera la mano mediante una carta.

No voy a mentirte y seré franco. No le veo romántico a escribir una carta como pedida de mano, ¿No sería mejor una cita romántica bien planeada? La verdad prefiero guardarme los comentarios, porque nunca fuiste una chica común como las demás, tú rozas el excentricismo en su máximo explendor.

Para darnos una idea… Te conocí siendo una demonio, y casi te mato ¿Puede una pareja tener semejante comienzo en su historia de amor? No lo sé, el mundo es grande, cualquier cosa puede pasar. 

No tenía pensado en un principio enamorarme de ti. El destino es un caprichoso que pone a las personas en lugares, que según él son las correctas aún si nosotros pensamos lo contrario. 

Si es así ¡Vaya vida de desgracias amorosas me tuvo que tocar!

Abordó el tema con humor, porque me canse de las cartas tristes llenas de lágrimas, además de que tu me enseñaste a ver todo con otros ojos.

Hasta el momento me parece la carta de matrimonio más nefasta que he leído, pero no me meteré conmigo mismo. Porque tampoco he leído otras cartas de ese estilo, como para argumentar mis razones de negatividad. 

Voy a comenzar a escribirte como terminé enamorado de ti, es una historia que sabes y vale la pena volver a recordar. 

Me gustan los recuerdos, ¿Lo sabías? Por más amargos o tristes que sean, a todos los aprecio. 

Ahora sí. Cuando finalizó la guerra tú viniste hacia mí dándome el comentario más inesperado de mi vida. Me dijiste que dormiste por dos años enteros, y yo no pude evitar recordar mi primer amor, a mi hermano que recientemente había perdido. Ese fue el primer acercamiento que tuve contigo después de tantos choques. 

Sin quererlo fuimos encontrándonos los años siguientes, en reuniones por fiestas o simplemente por andar de paso. Me contabas que aún no estabas lista para casarte con nadie, a pesar de que muchos hombres quisieran eso contigo. Yo te dije que deberías mandarlos bien lejos. Eras muy joven como para contraer matrimonio. 

Tu respuesta fue reírte del tema, y decirme que no me preocupara por ello. Déjame decirte que no te hice caso, y cada que recordaba esa conversación me preguntaba a cuántos rechazaste en lo que ibas de tu vida. 

Tenías dieciséis años cuando por fin decidí invitarte a salir, nosotros dos solos a algo más allá de solamente amigos, que se conocían por un evento muy desafortunado, y en donde las cosas que tenían en común no eran tan buenas como uno pensaría.

No te dije porque te invite esa vez, fue porque no quise cometer el tercer error de mi vida otra vez. 

Nuestras salidas eran secretas, nos sentíamos como Romeo y Julieta. Aquella novela europea que leímos una vez juntos, fingiendo las voces de los personajes, esa fue una tarde divertida que nunca pienso olvidar. 

Creo que nuestro sentimiento de estar haciendo algo a escondidas, era de cierta forma apasionante, más allá de no tener ningún contacto carnal. Sé que te gustaba al igual que a mi ver confundido a tu hermano, cada que nos veía juntos, y nosotros le teníamos que  explicar que solo fue coincidencia. 

¿Te imaginas?, Como diez coincidencias por mes poseíamos. 

Al año de salir no nos quedó de otra que decirle a Tanjiro lo que ocurría. Yo pensé que ese día lo vería muy enojado, y desde mi sitio me regocijaría en su rostro. A mi sorpresa eso no pasó. Nos estrechó las manos a los dos deseándonos buena suerte en nuestro romance. 

Ahí supe que tu hermano no era tan idiota como pensaba, sigue sin caerme bien. Nada personal…

Lo que más me gustó de ti durante este tiempo saliendo, es la calidad de tu sonrisa. No sé si esa cualidad la heredan los Kamado, o porque es que al verla, me genera ese calor tan igual que el sol en pleno verano, abrazando mi ser mientras disfruto el sonido del viento pasando, y a medida que lo hace mueve mi rehilete lentamente.

Mi relación contigo quise que fuera lenta. Mi prioridad es que te sintieras cómoda conmigo. Prefería esperar a que fueses mayor para tener en mente la idea de casarnos. Ni siquiera en las primeras salidas daba el paso a tomar tu mano o a besarte, si no fuera por tu impaciencia dudo que ahora estuviese escribiendo esto. 

Tienes diecisiete años ahora. Tu juventud está a flor de piel, tu belleza resplandece más que los rayos de luz, tu mirada es brillosa como los estanques cristalinos, que solemos recorrer rumbo a tu casa, tu pelo es largo y suave como terciopelo, tu piel es fina, y me dan esas ganas de tocarla por siempre. 

Ahora es cuando al finalizar estas palabras debiera arrodillarme y pedirte la mano, ¿Verdad? Eso lo leímos de historias extranjeras. Tienen su encanto, y sé que lo amas. Es por eso que a continuación dejo un dibujo representando esa acción. 

Me gustaría ver tu sonrisa ahora mismo. De dibujante no tengo nada, un niño de seis años me ganaría en eso. Tu sabes de todas formas lo que quise representar. 

Nezuko Kamado, ¿Te casarías conmigo? Prometo hacerte feliz más de lo que ya eres. 

Te amo, porque eres la persona que mi corazón anhelaba hallar.

Atentamente: El hombre que te ama. 

  

Cuatro estaciones.Where stories live. Discover now