3 ¿Cuándo apagué la luz que había en mí?

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E Luzu:

Luzu estaba muy cansado...

Demasiado cansado.

Ha pasado más de 26 horas despierto. Su cuerpo y su mente le reclaman, sabé que falta poco para que las alucinaciones auditivas se hagan presentes; pero cada vez que cierra los ojos...

La misma pesadilla vuelve a su mente:

La alcaldía es una responsabilidad muy grande, es casi aplastante el peso que tiene sobre sus hombros. Pero Luzu esta decidido, quiere cambiar la ciudad, quiere ayudar a la gente y sobretodo...
Quiere ser la mejor versión de si mismo para Karmaland.

Lanita su secretaría; es una chica alegré y optimista, ha sido su mayor apoyo en este tiempo tan agitado. Luzu quiere cambiar las leyes de Karmaland para los híbridos, y el sabé que va a tocar los intereses de mucha gente...

Pero sabé que esto es algo por lo que vale la pena luchar.

Lanita llega a su oficina y como todas las mañanas le deja su café bien cargado en el escritorio.

«Tranquilo veras como todo va a mejorar».

Dice con una sonrisa la chica híbrida, mientras va en dirección a la ventana que da a la calle, para dejar que circule el aire. Y en menos de un segundo...

El aire se siente helado

Y hay sangre en la cara de Luzu.

Sólo entonces se despierta. Esta agitado y el agarré de su guardaespaldas es la gota que colma el vaso.

Luzu mantiene llave en el brazo de su atacante durante unos segundos; no hay respuesta por parte del agresor, luego la conciencia y el raciocinio de Luzu se ponen al corriente y puede ver ahora, quién es el que le a "atacado".

E Auron:

E Auron: ¿Te importaría devolverme el brazo tigre?

Dice Auron con cierto sarcasmo; por que sabé, que si él quisiera recuperar el control de su brazo, ya lo habría hecho. Pero deja que Luzu sea quién tomé esa decisión. Para el guardaespaldas, es bastante notorio que desde hace mucho tiempo Luzuriaga padece el síndrome de estrés postraumático. Viarias veces a querido tratarlo, pero su jefe es demasiado cabezota para aceptar ayuda psicológica, por parte de su espía secreto número uno.

E Luzu:

E Luzu: Lo siento Auroncito... sólo a sido un mal sueño.

Luzu soltó su brazo e inmediatamente trató de pasar de tema, ya sabía como iba a reaccionar Auron y su agenda no le permitía ponerse a llorar en el hombro del psicólogo a contárle sus penas. Ni ahora, ni nunca. Además Luzu siempre estaba consciente de que Auron era simplemente un mercenario; el dinero era su único jefe. Sabía que no podía confiar en él... y prácticamente en nadie.

Está ciudad se lo había enseñado demasiado bien.

E Auron:

E Auron: Luzu, sólo te haz dormido diez minutos en el auto. ¿No crees que esté asunto podría esperar hasta mañana? Estoy seguro de que esté culto de aquí no se mueve y...

Cosas Perdidas.Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum