5 La mañana de Mangel (Primera parte).

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E Mangel:

Mangel odia su vida.

Odia las agruras y el estrés. Que le ha provocado su trabajo.

Odia haberse hecho miembro de la Hermandad Oscura.

Y sobretodo odia haberse convertido en una fumarola humana, gracias a Lolito. Odiaba apestar a cigarro, pero era lo único que calmaba sus destrozados nervios.

Y ahora, luego de pasar más de 26 horas despierto, Mangel está a punto de cometer una locura. Esta dispuesto a matar al primer idiota que se le ponga enfrente.

Y por costumbre, las fantasías habituales, se hacieron presentes en su mente.

Quiere tomar un bate y destrozarle la cara a Luzu.

Quisiera tomar una maldita cadena y estrangular a Lolito mientras duerme.

Y ahora mismo, la idea de provocarle una sobredosis a Rubius, se le hace muy tentadora. Porqué el muy cabronazo a podido dormir más de 8 horas a diferencia de él.

«¡En su puto laboratorio!»

Mientras el está manchando de sangre, viceras, y lodo.

Mangel ve a Rubius descansando en su cama, mientras éste está conectado a las máquinas que registran sus ondas celebrales, se le ve una sonrisa dibujada en el rostro. Mientras las lagrimas negras salen de sus ojos y escurren por sus pómulos, hasta empapar la almohada en la que reposa su cabeza.

«A veces me siento mal por estar usando a mi mejor amigo como conejillo de indias... pero luego me recuerdo que fue por su culpa que fui encadenado a Lolito de por vida; y se me pasa»

Mangel trata de conservar la calma y controlar el impulso de matar a Rubius mientras duerme. Va a hasta su escrito y busca un cigarrillo que llevarse a la boca; para su suerte encuentra una cajetilla, pero está vacía.

E Mangel: ¡¡¡ME CAGÓ EN TODOS!!!

E Rubius:

A pesar de haber experimentado el mismo sueño mil veces. Rubén le encantaba revivirlo. Al menos la primera parte del sueño:

Vegetta y él habían pasado su primer noche juntos. Rubius se había despertado primero y ahora veía la linda cara de Vegetta; luego de la acción de anoche, éste estaba con el pelo desordenado y sin el efecto del fijador.

«Se veía hermoso con su cabello suelto».

Vegetta estaba abrazado a él y su cabeza quedaba justo a la altura de su corazón.

«¿Oyes lo arrepentido que está mi corazón?.

Luego sentía como éste se movía, recobrando la conciencia, y dejándole ver esos lindos ojos morados que tanto adoraba. Estaban tan llenos de vida y felicidad en ese momento...

Ese es el inicio de su pesadilla; un horrible dolor en el pecho, le avisa de lo que esta a punto de pasar.

«Buenos días osito»

Decía con una sonrisa en el rostro. Mientras se movía para acomodarse mejor, y dejar que su cabeza repose en el hueco de su cuello. Siente como Vegetta aspira profundamente su olor y luego exala lentamente sobre su cuello, lo que le provoca cosquillas.

Cosas Perdidas.Where stories live. Discover now