Cuando el frio es lo unico que nubla tu corazon es imposible pensar que cualquiera puede disiparlo, yo no creia en el amor pense que la luna o la oscuridad no me habian regalado un ser que me acompañara por la eternidad, alguien que se sentara en la...
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Jeremy
Ya era de noche, Missy se había dormido por un largo tiempo, pensé que fingía ya que normalmente solo duerme media hora o una hora pero no, se ha quedado completamente dormida.
—Mi dulce Elizabeth, extraño ver tus hermosos rulos cuando corrías por doquier buscando un escondite perfecto, debes ayudarme ¿Si? Tenemos que proteger a mamá a toda costa —sonrío a la nada recordando a mi hermosa Beth, ella era nuestra luz y Sara, ella era la traviesa de la familia, siempre causando problemas pero era la más sensible de todos nosotros—. Y tú mi pequeña Sara, no agobies a los demás fantasmas detrás de el velo ¿Está bien? Espero verlas algún día —mi sonrisa desaparece ya que lágrimas se amontonan en mis ojos, siempre les hablaba cuando lograba recuperar mi memoria, como si ella estuvieran ahí conmigo.
—¿Quienes son? —escucho la voz adormilada de Missy que hace que pestañee varias veces en un intento de alejar las lágrimas.
—Ya me queda claro que no haz escuchado nada de lo que he dicho, si no lo sabrías pero está bien te contaré, Elizabeth y Sara son nuestras hijas —reconozco y eso hace que se espabile, su voz suena ronca, sorprendida y ya no hay rastros de el sueño que tenía.
— ¿¡Que!? ¿Y donde están?-dice
— No están más en este mundo-digo triste
— ¿Que les pasó?-dice con algo de enojo
— La edad-digo
— ¿Como que la edad? Somos seres sobrenaturales, somos inmortales, lo menos que hacemos es morir por la edad-dice
— Fue en nuestra vida numero 300, yo era un humano ordinario sin ningún hechizo y tú eras una bruja —los humanos envejecen al igual que las brujas, ya que las brujas son más parecidas a los humanos que cualquier otra especie, ellas necesitan comer, beber, necesitan de el sol, de el aire, tienen trabajo, tienen casa preferible con jardín por su conexión a la naturaleza.
— Oh, entonces murieron en paz, te sonará raro pero me alegro que no hayan abandonado este mundo de manera macabra, me alegra que fue por la edad-dice
— A mi también-digo
— ¿Que más ha pasado? Se que no te escuche y debi hacerlo, así que lo haré ahora-dice sonriente
— ¿Que quieres saber?-digo
— ¿Cuantas vidas hemos vividos?-dice
— Exactamente unas 501-digo
— Que casualidad, se acerca mi cumpleaños y pronto cumpliré 501-dice
